La muerte de Eluana Englaro –la mujer italiana que duró 17 años en coma
vegetativo– no apagó el fuerte debate abierto en Italia en torno a su caso,
sino todo lo contrario.
“Eluana no murió de muerte natural, fue asesinada”, clamó el jefe de
gobierno Silvio Berlusconi, quien intentó bloquear hasta el último minuto una
decisión del máximo tribunal de justicia de Italia, que autorizó a la familia a
interrumpir la alimentación artificial que mantenía con vida a Eluana: una
suerte de eutanasia por razones humanitarias.
El ministro de Reformas, Umberto Bossi, dijo a la prensa que si bien
comprende a la familia, no se puede “dejar morir de hambre y sed” a una
persona. Mientras que el Servicio de Información Religiosa (SIR), de la
Conferencia Episcopal Italiana, difundió un editorial en el que sentencia: “Se
impone a todos una reflexión grave y meditada (...) Eluana no ha muerto sola:
la ha matado quien la ha privado de comida y de agua (...) y quien lo ha hecho
o facilitado tiene una gran responsabilidad ante Dios y la sociedad”.
Giuseppe Englaro, el padre de la mujer, salió al paso de las críticas
diciendo que él era el único responsable y añadió: “Si mucha gente viera una
foto de Eluana en la actualidad se callaría, pero no mostraré esa foto jamás”.
Marinellla Chirico, una periodista de la televisión pública italiana, la
RAI, que vio a Eluana antes de su muerte, describió la experiencia como
“emocionalmente devastadora”. Y dijo: “Era una mujer completamente inmóvil a la
que los enfermeros debían mover cada dos horas para evitar que el cuerpo se le
llenara de llagas”. El diario Il Corriere della Sera añadió que no pesaba más
de 40 kilos La Policía custodia la clínica de Udine donde murió Eluana, la
noche del lunes, con el fin de evitar enfrentamientos entre partidarios y
adversarios de la eutanasia, congregados ante la institución.
Entre tanto, la mayoría de las fuerzas políticas del país acordaron debatir
en las próximas dos semanas una ley que reglamente el final de una persona
enferma que no puede manifestar su voluntad. En Europa, sólo Holanda y Bélgica
han legalizado la eutanasia, mientras que Suiza la tolera y en Luxemburgo está
en vías de legalización