El drama de ser
sospechosa
Liliana(*), de 29 años,
narra su experiencia como sospechosa del virus que el jueves se volvió la
primera pandemia del siglo XXI.
Alerta.
La OMS ha puesto especial énfasis en la alerta de pandemia en los países del
hemisferio sur que actualmente se enfrentan al invierno, que favorece la
aparición del virus AH1N1.
Afp / El País
“Mamá, eso no me da a mí”. Esa fue mi respuesta a la cara de preocupación que
puso mi madre cuando le dije que me acababa de ganar una beca para asistir a un
taller en Panamá.
El encuentro no sólo tenía como sede un país estigmatizado por el virus de la
gripe AH1N1, sino que tenía como invitados profesionales de Salvador, Honduras,
Guatemala, República Dominicana y México. “¿México?” Sí, mamá, México, y dejá de poner esa cara bueno –insistí-.
Llegó el día de abordar el avión y para mí era un vuelo cualquiera. Por un lado
con la acostumbrada zozobra que me produce el encierro de los aviones y por el
otro, la ansiedad por el taller.
Sólo hasta el arribo en Panamá se me ocurrió pensar en el virus, y todo debido
a los exhaustivos controles en el aeropuerto panameño, pues me recibieron con
una cámara para probar la temperatura corporal.
Una semanita en Panamá y de nuevo a mi ciudad.
Transcurrieron dos semanas y yo continué con mi rutina normal, de la casa al
trabajo y del trabajo a la casa. El primer síntoma incómodo que sentí fue un
leve dolor de garganta. Eso fue un viernes y para el día siguiente, la
congestión y el dolor en el cuerpo se hicieron más fuertes.
“Mamá, eso es una gripa cualquiera, y con el aire acondicionado de la empresa
no es fácil recuperarse”, le advertí, antes de que se preocupara sin razón.
El domingo los síntomas se hicieron más severos: fiebre de 39 grados, intenso
dolor muscular y todo lo que estamos acostumbrados a escuchar mañana, día y tarde
en noticieros y periódicos.
Como buena colombiana, preferí ahorrarme el trabajo de ir al médico y opté por
tomarme unas pastillas para sobrellevar el dolor.
Sin embargo, el martes que regresé al trabajo los síntomas reaparecieron y tomé
la decisión de ir a urgencias.
-¿A qué viene?, preguntó una mujer, en lo que se conoce como el filtro de
urgencias, ella es quien determina si la consulta es prioritaria o puede
esperar.
-Es que desde el viernes tengo gripa…
-¿A usted ya le dieron esto?, me interrumpió y me pasó un papel en el que reza
que si el motivo de la consulta no es urgente, el médico informará para que se
le cobren los $12.500 de la consulta.
-Mire señorita, le respondí, yo sé que por una simple gripa no se deben
congestionar los servicios de urgencias, pero tengo entendido que si los
síntomas involucran una fiebre de 39 grados y el paciente ha estado en EE.UU., Panamá, México o Canadá puede ser sospechoso y hay
que descartar.
La mujer accedió a tomarme la temperatura, pero la temperatura me hizo quedar
mal: había bajado a 37 grados, así que preferí pedir una cita médica para el
otro día.
Y ese mismo día el país se conmocionó con la historia de una bogotana que murió
a causa del virus y aparentemente su EPS no le había prestado mayor atención.
Tal vez a ella, le debo que la doctora que me atendió me ordenará una prueba
(hisopado orofaringeo) urgente. SOSPECHOSA, puso en
mi hoja clínica.
Y ahí me cayó la realidad, el viaje a Panamá, me había dejado otro saldo, el de
ser “sospechosa” de tener una de las enfermedades más temidas de hoy. Y creo
que esa sola marca ayudó a agra-
var mi estado. El desánimo natural por la disminución
física que produce una gripa de este tipo, creció cuando la médica puso ese
adjetivo en mi hoja clínica.
Lo curioso es que en el laboratorio de la EPS no están al tanto de los
protocolos para el tratamiento de la gripe AH1N1, pues con una sonrisa en el
rostro la mujer que me atendió me preguntó:
-¿Qué prueba es la que usted necesita?
-La de la gripe…, respondí.
- Ah, espéreme un momento, ¿sí?
Pasó más de un cuarto de hora hasta que una mujer me llamó e hizo seguir en una
sala. Muy amable ella, no se le niega, me pidió que abriera la boca mientras
leía las instrucciones en un cartel colgado en la pared.
-¿Cuándo llega el resultado?
-Ehhh, en una semana el Ministerio de la Protección
Social la llama.
Sola, aislada en mi habitación, con las puertas cerradas, pero las ventanas
abiertas y recibiendo las llamadas de mis amigos, no me siento propiamente como
una celebridad, al contrario. Y es que si llego a tener la influenza AH1N1 seré
de las cien primeras colombianas que se contagio del temido virus y eso no es
para sentirse orgullosa.
Creo que mi vida no corre peligro, pero la larga espera por los resultados no
ayuda. Pienso en las estadísticas de mortalidad de la gripe y me entra un
escalofrío, la mayoría de las víctimas han sido jóvenes, yo soy joven... Ahora
es mi mamá la que me dice: “tranquila mija, eso qué
le va a dar a usted”.
· "En nuestra
época, caracterizada por los viajes, donde la gente se desplaza rápidamente en
avión, no hay ninguna región donde el virus no pueda propagarse”. Keiji Fukuda, subdirector de la
OMS.
· "Si un virus
de este tipo se expande por los países en desarrollo, el impacto será enorme,
pues carecen de infraestructuras sanitarias". Adam
Kamradt-Scott,investigador
de la Escuela de Higiene y de Medicina Tropical de la Universidad de Londres.
· "Pandemia
significa extensión (del virus). Pero un mayor nivel de alerta pandémico no
significa necesariamente que vayamos a ver un virus más peligroso”. Margaret Chan, directora de la
OMS.
· 60 millones de
personas podrían morir en un lapso de 12 meses si la pandemia de hoy fuera
similar a la de la Gripe Española, según un estudio de la U. de Harvard.
· Hay que recordar que, cada año, la gripe
común mata hasta 500.000 personas en todo el mundo, pese a que ya existen
vacunas contra ella.
Las pandemias del siglo XX
El siglo XX sufrió tres pandemias gripales: la tristemente célebre 'Gripe
Española' de 1918-1919, la llamada 'Asiática', de 1957-1958 y, finalmente, la
de 'Hong Kong' , en 1968-1969.
La Gripe Española: Considerada como la más mortal de la historia en un lapso de
tiempo tan corto (de septiembre de 1918 a abril de 1919), causó más de 40
millones de muertos y mil millones de enfermos.
La Gripe Asiática: Esta pandemia, que afectó en dos oleadas virulentas, causó
unos cuatro millones de víctimas.
Gripe de Hong Kong: Dio la
vuelta al mundo entre 1968 y 1970, matando a dos millones de personas.
Las pandemias vigentes
El mundo ya tiene pandemias de sida y de malaria. Sumadas, éstas dos pandemias
matan a unos tres millones de personas al año e infectan a muchas más, pero ya
no generan pánico, sí preocupación.
Estas pandemias existen desde hace décadas, lo que significa que la gente las
considera como un riesgo cuantificable y no como un nuevo peligro aparentemente
aleatorio y por lo tanto aterrador.
(*) Nombre cambiado.