Los primeros días de vida del bebé requieren una atención especial. Tenerlo
cerca en las noches es recomendado por los especialistas, porque se despierta constantemente
y la madre puede lactarlo; además, percibir si hay alteraciones en su sueño.
El problema aparecería cuando crece y, convertido en niño, duerme en la
misma habitación, e incluso en la misma cama con sus papás.
- Los primeros días Es importante saber que al dormir con los recién nacidos
deben tenerse precauciones especiales para evitar accidentes. El pediatra Peter
Blair, en un estudio realizado en 1999 (www.sids.org.ar), señala que los
riesgos que podrían sufrir los menores de 14 meses al dormir con sus padres
aumentan cuando los adultos se acuestan muy cansados, tomados, después de haber
ingerido sustancias alucinógenas o en hacinamiento.
Hay que tener en cuenta, además, que las camas de los adultos no están
diseñadas para los bebés; por esa razón, debe prescindirse de almohadas,
demasiadas sábanas o cobijas, procurar que el pequeño no quede encajado en un
hueco del colchón y que duerma boca arriba y no sobre su estómago.
Los expertos aseguran que el colecho, como se conoce cuando los padres comparten
cama con el bebé, no es peligroso, lo riesgoso es no tomar las medidas
adecuadas.
Sids Argentina, asociación que trabaja por la prevención del Síndrome de
Muerte Súbita del Lactante, recomienda a los padres: *No dormir con el bebé si
son fumadores o si están demasiado fatigados.
* La superficie de la cama no debe ser muy blanda.
*No debe dormirse con ellos en un sofá.
*No acomodar al bebé con hermanos u otros adultos diferentes de los padres.
* Se deben conocer los potenciales peligros del colecho, como que el pequeño
quede atrapado entre el colchón y la pared o el respaldo de la cama; también
puede haber aplastamiento del adulto.
*Lo recomendado por los expertos es que el pequeño duerma en una cuna al
alcance de los padres, lo que favorecería la atención inmediata y la lactancia.
Cuando empieza a crecer La Academia Americana de Pediatría recomienda que
los pequeños permanezcan en el cuarto de sus padres máximo hasta el primer año
de vida. La pediatra María Isabel Usher señala que esta posibilidad puede darse
después de los seis meses, cuando comienzan a dormir toda la noche. Los
monitores son ideales, pues con ellos pueden escuchar la respiración de su
hijo.
Entre más pequeño sea, más facilidad habrá de que se adapte a la habitación
propia. Un niño de dos o tres años hará pataleta cuando le ordenen dormir en su
habitación; el primer paso para lograrlo es tomar la decisión y ser
consistente. Decórele el espacio de manera agradable, con un cobertor de su
personaje favorito, píntele las paredes con figuras llamativas y acompáñelo las
primeras semanas hasta que se duerma.
- Una saludable relación de pareja Yadira Cristancho tiene dos años de
casada y, por falta de espacio, tiene en su habitación la cama de su hija
Paula, además de la cama matrimonial. Sin embargo, es la niña la que duerme con
ella y su esposo en la que debería ocupar la menor. La consecuencia: hace tres
meses que no existe contacto sexual entre ellos y Yadira se niega a buscar un
espacio para acomodar la cama de la niña, pues ya se ha acostumbrado a tenerla
a su lado.
Paola Arbeláez, especialista en desarrollo personal y familiar del Instituto
de la Familia de la Universidad de la Sabana, dice que esta situación genera en
los niños ansiedad e inseguridad; además, no aprenden que los padres tienen
espacios privados, distintos a los que comparten con los hijos y por eso no se
establecen límites. El conocido pediatra T. Berry Brazelton asegura que muchos
padres ven en esta práctica una manera de resarcir las horas de ausencia en el
hogar como consecuencia de la alta carga laboral. La
terapeuta sexual Martha Mejía asegura que la mujer no puede abandonar el papel
de esposa y de amante: “Algunas mujeres no se cuidan, se la pasan en bata. Pero
si después de tener el bebé, la mujer se siente deseada por su esposo, se
facilitará el regreso a la sexualidad”.
‘ ‘ Algunas mujeres no se cuidan, se la pasan en
bata. Pero si después de tener el bebé, la mujer se siente deseada por su
esposo, se facilitará el regreso a la sexualidad”. Martha Mejía, terapeuta
sexual