Las mujeres tienen menos
tolerancia hacia el dolor que los hombres
Para
las mujeres la experiencia dolorosa es más física, en ellas esta se relaciona
más con aspectos emocionales; por eso su tratamiento debería ser distinto.
Dos
personas con la misma enfermedad sienten el dolor de manera distinta, pero la
diferencia se acentúa entre hombres y mujeres.
De
acuerdo con un estudio de la Universidad de Georgia (Atlanta, Estados Unidos),
ellas tienen una menor tolerancia al dolor. Esto se debe a que los circuitos
cerebrales responden de manera distinta de un sexo a otro.
Sandra
Flórez, médica especialista en dolor, explica que cuando el estímulo doloroso
se produce, los hombres tienen más circuitos en el sistema nervioso para
inhibirlo.
En
las mujeres los circuitos dolorosos están más relacionados con las emociones,
con su historia dolorosa y con los afectos.
En
ese orden de ideas, su tratamiento debería ser distinto. Y en eso generalmente
se falla.
Aunque,
en general, los dolores que más afectan a las personas son el de espalda, el de
cabeza, el de músculos y el de articulaciones, en ellas hay que sumar una serie
de molestias específicas.
Los
agudos más frecuentes
Entre
los dolores agudos más comunes están:
Cólico
menstrual o dismenorrea: Es el relacionado con los cambios hormonales y está
muy ligado a los periodos menstruales.
Torción de las trompas: Las
trompas uterinas se enrollan sobre sí mismas; es una urgencia quirúrgica.
Enfermedad
pélvica inflamatoria: Se trata de un proceso infeccioso que compromete
principalmente al útero y los órganos anexos.
Dolor
del parto: Es generado por las contracciones específicas del músculo uterino
durante la expulsión del niño.
Endometriosis:
Es un dolor causado por el efecto hormonal sobre el tejido uterino que crece
por fuera del útero, afectando otras estructuras y órganos.
Los
crónicos más frecuentes
Entre
estos están:
Dispareunia: Es el dolor producido por
las relaciones sexuales.
Vulvodinia: Es el dolor causado en la
vulva, por múltiples factores; en algunos casos es incapacitante.
Artritis
y artrosis: Estos males son más comunes y dolorosos en las mujeres.
La tendinitis (inflamación de los tendones), la bursitis
(inflamación de las bursas o bolsas que acompañan las
articulaciones) y los dolores musculares generalizados (el de espalda,
principalmente) también son dolores que afectan con mayor frecuencia a las
mujeres.
Un
capítulo aparte merece el dolor de cabeza y, en particular, la migraña.
No
sólo es más frecuente en ellas sino que también presentan más dificultades en
su tratamiento, lo que genera una tendencia a convertirse en una dolencia
crónica.
Aunque
los anteriores son dolores específicos en las mujeres, el dolor después de
procedimientos quirúrgicos invasivos también es más severo en las mujeres que
en los hombres.
Lo
mismo ocurre con el dolor causado por el cáncer, que en diferentes
estudio ha mostrado tener mayor frecuencia en ellas.
Los
hombres les creen menos cuando se quejan
Un
estudio de la Asociación Colombiana para el Estudio del Dolor encontró que la
mayoría de los hombres no les creen a las mujeres cuando dicen tener dolor.
Otra investigación de la Asociación Española para el Estudio del Dolor concluyó
que estas reciben menos analgésicos que ellos para controlar sus dolencias.
"Aunque
las mujeres, además, tienen más componentes emocionales ligados a su dolor,
nunca reciben tratamiento para estos factores. Todo junto hace que el dolor
femenino esté prácticamente subtratado en las
mujeres; eso explicaría, en parte, el hecho de que sean ellas las que menos
consulten por esta causa y las que más se automedican", dice Sandra
Flórez. Tales diferencias exigen que se privilegie la atención del dolor
femenino a partir de tres bases fundamentales:
1.
Que el dolor del hombre y de la mujer es completamente distinto; no puede ni
debe tratarse de la misma forma.
2. Su manejo debe ser asumido por un equipo interdisciplinario, del que hagan
parte especialistas en dolor.
3. El tratamiento debe considerar no sólo los aspectos físicos y emocionales,
sino también los factores laborales, sociales y familiares de las mujeres.
Con
información de la Federación Latinoamericana para el Estudio del
Dolor, FEDELAT.
Redacción Salud