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Los padres tienen que explicarles a los pequeños qué es la muerte y cómo deben elaborar los duelos

30 Jun

Isa Fonnegra de Jaramillo, sicóloga clínica y autora del libro El duelo en los niños explica cómo los adultos deben guiar a los pequeños en este tema, desde la infancia.

“Los niños son los grandes marginados y olvidados de los momentos de duelo familiar, porque se cree que no tienen la capacidad de entender qué ha ocurrido o porque simplemente los padres no saben cómo referirse a las pérdidas y, especialmente, a la muerte”, sostiene la sicóloga clínica.

 

En esta obra, la especialista plantea que así como se requiere la educación sexual desde la infancia, de la misma manera es necesaria una educación para la muerte, teniendo en cuenta que esta está presente y latente siempre en la vida de los seres humanos.

“Educar para las penas consiste en permitirle al niño expresar sus emociones –dice–. De una forma u otra, es darle permiso para que sienta lo que tiene que sentir”.

Un niño puede sentirse triste principalmente porque experimenta una pérdida, ya sea el fallecimiento de algún miembro de la familia, la muerte de una mascota o la separación de sus padres.

Cuando esto ocurre, los padres no deben utilizar frases como: “No te pongas así”, “Ya no llores más” o “Tienes que demostrar que ya no eres un niño y que eres fuerte”.

“Este tipo de ‘lecciones’ hacen que el niño crea que la tristeza es mala y que se debe esquivar; con eso, lo único que se logra es que el pequeño no elabore sus duelos y se vuelva insensible ante las penas, tanto las propias como las de los demás”, añade la especialista.

Lo ideal es evitar criticar,juzgar, censurar y burlarse de las reacciones afectivas del niño con respecto a las pérdidas.

Cómo hablar
Desde la infancia se debe asimiliar la tristeza como algo normal, natural y presente en la vida de todas las personas. Para ello, es fundamental que los niños vivan las pérdidas y que entiendan que así como hay experiencias felices y gratas en la vida, también hay otras tristes, y que a lo largo de su existencia tendrán que asimilar momentos de gozo y otros de dolor.

La muerte es uno de los motivos que puede provocar la congoja en los niños, así que resulta fundamental que los pequeños entiendan cuál es la diferencia entre un ser vivo y uno muerto; para ello, es necesario que los padres les den una explicación desde antes de que la familia deba experimentar la muerte de un ser querido.

Se puede recurrir a ejemplos sencillos; por ejemplo, mostrarle al niño que un pajarito que está vivo es aquel que vuela, que canta y que come, y que cuando hay uno tirado y quieto en el piso significa que está muerto. Entonces, los padres pueden recogerlo, meterlo en una cajita y enterrarla en el parque.

Por supuesto, de acuerdo con las creencias de la familia, pueden decirles que ese cuerpo era solamente como la cáscara de un huevo y que lo más importante, que era el alma ya está en un lugar mejor.

“De esa manera, los niños aprenden a ver la muerte como fin natural de la vida y sin dramatismos. Así, el día en que un miembro de la familia muera, los padres pueden hacer recordar al niño esa conversación sobre el pajarito, y eso hará más fácil la asimilación y comprensión de la muerte”, asegura Fonnegra.

 

Por Melissa Serrato Ramírez

Redactora ABC del bebé