REDACCIÓN SALUD Más del 80 por ciento de los casos de diabetes tipo dos (o del
adulto) se pueden prevenir con la adopción de hábitos y estilos de vida
saludables, y aún así, en el mundo hay cerca de 290 millones de personas
afectadas por esta enfermedad, 1,4 millones de ellas en Colombia.
Se trata de un mal mucho más devastador de lo que mucha gente percibe. El
llamado ‘mal dulce’ es una de las principales causas de pérdida de años de vida
saludable en el mundo, pues cada año mata a cuatro millones de personas y es la
principal causa de ceguera, falla renal, infartos cardíacos y amputaciones. Su
abordaje representa el 12 por ciento del gasto mundial de salud.
El problema es tan serio que esta semana el Congreso de la República llevó a
cabo, por primera vez, un foro integral sobre el tema, promovido por la
senadora Dilian Francisca Toro, al que asistieron
médicos, pacientes, congresistas, autoridades y representantes del sector
salud.
El panorama esbozado no es alentador. Esta enfermedad, considerada un serio
problema de salud pública, está en aumento por cuenta del envejecimiento de la
población y el desarrollo de factores de riesgo como la obesidad, el consumo de
cigarrillo, la mala dieta y el sedentarismo.
Lo peor, concluyeron los asistentes, es que en el país no hay planes,
programas o proyectos dirigidos a promover estilos de vida saludables entre la
población.
Elisa Torrenegra, directora de Gestarsalud
(gremio que reúne a las EPS del régimen subsidiado) dice que si bien ahora hay
más personas cobijadas por el sistema de salud, la atención de los más pobres
no es integral. Esto se lograría –dice– con un plan de salud (POS) en cuyo
diseño se tenga en cuenta la atención de las personas como un todo y no por
partes, como hasta ahora.
La senadora Toro pidió a la Comisión de Regulación en Salud, Cres (máxima autoridad del sistema), que con urgencia
presente propuestas que no sólo garanticen la atención en su totalidad sino que
también enfatice los programas de promoción de hábitos saludables y prevención
de la enfermedad.
Dora Inés Molina, presidenta de la Federación Diabetológica
Colombiana, propone que los médicos sean educadores en el tema; “es necesario,
primero, que conozcan los factores de riesgo y le enseñen a la gente a
controlarlos”, dice