Siga estas cuatro estrategias básicas para renunciar al cigarrillo

Si cree que no puede dejar el cigarrillo solo, busque ayuda.

Tenga en cuenta que muchos fumadores tratan de dejar el hábito por su cuenta y que la mayoría no lo logra en el primer intento. Así que no se desanime.

1. Hágalo usted mismo

Elija una fecha para dejar de fumar y respétela. Trate de que no coincida ni con periodos que serán estresantes ni con las vacaciones; esta es una época propicia para ser invitado a fiestas, lugares y reuniones en los que seguramente habrá fumadores.

A medida que el día se acerque, saque todos los cigarrillos y ceniceros de su casa, de su oficina y de su carro; invite a que otros fumadores de su círculo de amigos intenten dejar el hábito con usted.

Es probable que al suspender el consumo se sienta malhumorado, irritable, hambriento y ansioso. El pico de la incomodidad se alcanza de una a tres semanas después y luego disminuye poco a poco.

Para sobrellevar estos periodos abastézcase de bocadillos o dulces bajos en calorías y chicles sin azúcar para mantener la boca ocupada. Elabore un plan de actividades y ejercicios que le permitan distraer la mente.

2. Apoyo conductual

Si siente que solo no puede dejar el cigarrillo, sin pena busque ayuda. Asesórese con profesionales en salud mental y asista a charlas y a talleres sobre el tema.

3. Reemplazo de la nicotina

Hay parches, gomas de mascar y pastillas que contienen nicotina. Su uso es seguro. Tienen la ventaja de que le evitan consumir los cientos de sustancias nocivas que tiene el cigarrillo. Asesórese con el médico sobre las dosis que debe consumir, pues  estas dependen de la cantidad de tabaco que fuma.

4. Medicamentos

En Colombia ya hay una droga para ayudarles a los fumadores a dejar el hábito. Bloquea los receptores de nicotina en el cerebro al tiempo que reduce los síntomas de abstinencia de la nicotina. Pregúntele al médico por ella.

El esfuerzo bien vale la pena, si se tiene en cuenta que el organismo gana desde el instante mismo en que se para de fumar: a los pocos días los vasos sanguíneos recuperan buena parte del funcionamiento normal que se pierde con el cigarrillo y en semanas  los alimentos saben mejor y el sentido del olfato se torna más agudo. Con los meses la función pulmonar mejora y el riesgo de sufrir un infarto o un accidente cerebrovascular empieza a disminuir a partir de los dos años.

FUENTE: HEALTH BEAT, HARVARD MEDICAL SCHOOL