En panorama sombrío está el Medio
Ambiente de Cali según investigación de la UniValle
El
basurero de Navarro, que fue cerrado hace un año después de funcionar durante
más de 40 como botadero a cielo abierto, sigue dejando consecuencias en la
zona.
Después
de 5 años de estudios, investigadores concluyeron que en los sedimentos del río
Cauca hay materailes pesados como cadmio, plomo,
mercurio y hasta arsénico.
Esos
mismos contaminantes se encuentran en especies de peces autóctonos del
afluente (corronchos y bocachicos), que eventualmente
son consumidos por la gente.
Los hallazgos en la salud fueron igual de desalentadores: enfermedades
respiratorias y bajo peso al nacer, por esos factores de contaminación, y lo
que ellos llaman, "evidencia no concluyente, pero que mostraría efectos de
la contaminación de la zona con la ocurrencia de defectos congénitos".
Su interés en este sector de la ciudad nació de la existencia allí del basurero
de Navarro -que fue cerrado hace un año después de funcionar durante más de 40
como botadero a cielo abierto- pero a ese factor le fueron sumando la
contaminación del río Cauca y el canal de aguas residuales del sur.
Empezaron como un grupo interdisciplinario de Univalle
y por la magnitud de sus estudios terminaron recibiendo apoyo de universidades
de Estados Unidos, Canadá y Suiza e invirtiendo casi 2.000 millones de pesos en
los estudios.
El profesor Miguel Peña, uno de los investigadores del Instituto de
Investigación y Desarrollo en Abastecimiento de Agua, Saneamiento Ambiental y
Conservación del Recurso Hídrico (Cinara), de Univalle, explica que además de que el río ya trae unas
concentraciones de metales desde antes de llegar a la ciudad, probablemente por
la actividad industrial en el norte del Cauca y por el uso de insumos
agroquímicos (como herbicidas y fungicidas), en la zona urbana se le agrega
contaminación.
"Hay diferentes fuentes. Vimos que estos vectores de aquí, el canal y el
basurero de Navarro, que al parecer está contaminando aguas subterráneas, son
una fuente adicional de contaminación para el río", explica.
Uno de los últimos hallazgos en el tema de la salud es de las malformaciones
congénitas. Fabián Méndez, médico investigador de la Univalle,
explica que el trabajo lo comenzaron después de conocerse, entre el 2004 y el
2005 en la ciudad, los casos de anomalías congénitas raras, como la sirenomelia y la ciclopía.
Alerta por enfermedades congénitas
"Después de muchas investigaciones y análisis, la evidencia concreta que
tenemos es que las anomalías congénitas están ocurriendo en Cali y a unos
niveles mucho más altos de los demostrados o vistos en otros sitios similares
en Latinoamérica, algunas de esas anomalías son anomalías que, se sabe, tienen
un origen ambiental", dice Méndez.
Y explicó que cuando se comparan las cifras de anomalías congénitas en Cali,
con algunos países de América Latina están entre 9 y 6 veces más frecuentes en
la capital del Valle, con el agravante de que son alteraciones raras y que
muchas de ellas son incompatibles con la vida. Según Méndez, en las
investigaciones hechas con animales como ratones o pollitos se ha comprobado
que si se exponen a concentraciones elevadas de cadmio y plomo, presentan estas
malformaciones.
Agregó, sin embargo, que no es la sola presencia de estos metales pesados ni la
cercanía con Navarro lo que influye en las malformaciones. La alimentación es
un factor crucial. "Uno empieza a hacer estudios donde mira qué consumen
estas mujeres.
Hay comportamientos culturales que las hacen más vulnerables y las exponen a
estos contaminantes. Por ejemplo, las mujeres en Aguablanca
consideran que el consumo de pescado es favorable y evidentemente lo es, más
durante un periodo de embarazo, pero si el pescado contaminado, la podría poner
en riesgo", dijo Méndez.
Quizá la principal conclusión de esos estudios es que las más afectadas son las
mujeres de escasos recursos económicos. "Hemos visto en quiénes ocurren
las malformaciones congénitas: en las más pobres, de las más pobres.
Es un asunto de inequidad y de injusticia social. No es suficiente con que
usted se exponga a un contaminante sino que si usted es pobre, está desnutrida,
usted es vulnerable, susceptible a que esa contaminación la afecte",
puntualizó Méndez.
Problema para revisar
Pese a que el panorama no es alentador, los investigadores de Univalle creen que su papel no solo consiste en señalar el
problema sino en dar alternativas.
"No estamos en una situación que nos vamos a intoxicar mañana y nos vamos
a morir, pero sí al borde de una situación crítica. Si no hacemos algo,
seguramente se nos va a salir de las manos pronto", dijo el investigador
del Cinara.
Y adviritió que ahora que el Municipio proyecta obras
de desarrollo (como una ciudadela de vivienda llamada Ecociudad
Navarro), es importante evaluar su conveniencia desde el punto de vista de
salud y qué se va a hacer para mitigar los riesgos en la salud y el ambiente.
Proponen, además de la creación de un Sistema de Monitoreo Ambiental, usar
recursos de la región para mitigar los efectos por la contaminación.Lo
llaman biorremediación y fitorremediación, que consiste en utilizar otros seres
vivos para ayudar a limpiar el ambiente.
"Por ejemplo, lo que llaman colchones o zonas buffer, o de mortiguación protectoras en las orillas de los ríos y de
aguas residuales.
Especies de reservorios para impedir que ese gran pulso de agua contaminada
pase al río y la podemos ir liberando de forma dosoficada
al río", explica el investigador Peña. La otra solución, es que haya un
trabajo interdisciplinario entre investigadores de la Universidad del Valle y
otras universidades de la ciudad, con las autoridades de
Cali.
Mujeres embarazadas, nuevo interés de investigadores
Así el basurero de Navarro esté cerrado, los estudios de los investigadores de
la Universidad del Valle seguirán más tiempo, pues calculan que las
afectaciones en el ambiente se demorarán unos 30 años.
Una de las investigaciones que los ocupan ahora, cuenta el médico Fabián
Méndez, es el seguimiento a mujeres embarazadas desde los primeros 3 meses de
gestación.
Están midiéndoles en la sangre la presencia de cadmio y plomo hasta el
nacimiento del bebé, para mirar si nacen con menor peso o problemas de
crecimiento.
"Queremos mirar si cuando hablamos de anomalías congénitas, eventualmente
estamos frente al pico del iceberg, y hay una cantidad de otros efectos que no
miramos, porque resulta que eventualmente algunas de las mujeres expuestas al
cadmio y plomo puede que terminen en aborto", explicó.
El estudio está programado para terminar a finales del 2010 y se está
desarrollando captando mujeres en su primer en el sector del Carlos Holmes
Trujillo y en Decepaz. Se tiene planificado, según
Méndez, incluir a unas 400 mujeres.
CALI