Equipo de científicos griegos
comprobó que comer rápido da más hambre
Los
resultados, publicados en Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism,
indican que al parecer, cuando se come rápido disminuye la liberación de un
tipo de hormonas responsables de la saciedad.
Éstos
péptidos son los encargados de enviarle señales al
cerebro para que la persona deje de comer.
Lo
que no se había hecho hasta el momento era investigar los niveles de estos péptidos teniendo en cuenta un nuevo elemento: la velocidad
de la ingesta. Por primera vez, Alexander Kokkinos,
del Hospital General de Laiko (Atenas, Grecia) y su
equipo, analizaron esta asociación.
Para
ello, seleccionaron a 17 individuos que debían hacer la misma prueba: consumir
un helado de 300 mililitros a distintas velocidades.
Los
investigadores tomaron muestras de sangre antes, durante y después de la comida
para anotar y valorar las medidas de glucosa, insulina, el nivel de lípidos en
el plasma y las hormonas intestinales. "Descubrimos que cuando se ingería
el helado en 30 minutos en vez de en cinco las concentraciones de ambos péptidos era mayor y la sensación de saciedad se presentaba
antes", concluyen los investigadores.
Esta
investigación le aporta una base científica a la recomendación que de manera
empírica los médicos dan a sus pacientes obesos: siempre coma más despacio.
Por
mucha hambre que tenga, primero...
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Tome agua: unos sorbos mientras le sirven la comida le ayuda a reducir la
sensación de hambre.
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Sopa: no saque otra cucharada del plato si no se ha pasado la que tiene en la
boca. Tómela sin afanes.
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Lleve bocados pequeños a la boca y trate de masticar a conciencia cada vez.
Conversar ayuda en el proceso.
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Espere: antes de lanzarse a repetir tras el último bocado, deje pasar unos
minutos. Notará que el hambre se va.
El
Mundo (España)