E.U. lanza ley 'no dejen que las chinches piquen', ante temible epidemia de los diminutos insectos

La chinche de cama chupa la sangre de sus víctimas.

Se habían visto en cantidad por última vez antes de la Segunda Guerra Mundial, pero ahora infestan dormitorios universitarios, hospitales, refugios para mendigos y hoteles desde Nueva York a Chicago.

Las chinches habitan en las grietas y pliegues de colchones, sofás y sábanas, y salen antes del alba  para alimentarse de sangre humana.

Cunde la alarma, y ante la epidemia en todo el país -gran número de denuncias a líneas telefónicas municipales y las quejas de caseros,  cadenas hoteleras y autoridades de la vivienda-, el gobierno federal decidió tomar cartas en el asunto.

La Agencia de Protección Ambiental (EPA) efectuó el martes su primera cumbre sobre el problema. Organizada por un comité asesor federal, la conferencia de dos días, que congrega a unos 300 participantes en el hotel Sheraton Crystal City de Arlington, Virginia, suministrará asesoramiento y recomendaciones a la agencia.

El Sheraton no ha reportado problemas de chinches, según un popular registro en línea, de modo que por lo menos los conferencistas dormirán tranquilos.

''El problema parece aumentar y decididamente podría agravarse en zonas densamente pobladas como las ciudades, aunque puede ser un problema para cualquiera'', dijo Lois Rossi, director de la división de registros en la Oficina de Programas Pesticidas de la EPA.

Y la EPA no está sola en la lucha contra el problema. Un asistente del representante demócrata G.K. Butterfield dice que el legislador planea reintroducir la semana próxima un proyecto de ley para expandir programas de subsidios para ayudar a las autoridades de vivienda pública a luchar contra la plaga.

Muchos de los programas abarcan cucarachas y roedores pero no chinches. El proyecto será llamado ''Ley no dejen que las chinches piquen''.

''Está claro que era necesario'', comentó Saúl Hernández, asistente legislativo de Butterfield.

Uno de los problemas, según los investigadores y la industria de los pesticidas, es que hay pocas sustancias químicas en el mercado aprobadas para uso en colchones que sean efectivas para reducir el número de las chinches. Las criaturas han desarrollado resistencia a algunas de las sustancias químicas en el mercado.

No se sabe que las chinches transmitan enfermedades. Pero sus picaduras pueden causar infecciones y reacciones alérgicas en algunas personas. Los insectos despiden un anticoagulante y excretan un agente sedante para no despertar a sus víctimas.

ARLINGTON, Virginia (AP)