Este alcaloide presente en el café, el té o en bebidas de cola y energéticas
también mejora el tiempo de respuesta y el rendimiento en tareas de memoria a
corto plazo.
Un grupo de
investigadores de la Universidad española de Barcelona y del Instituto de
Investigaciones Biomédicas Pi i Sunyer estudiaron los efectos del consumo
moderado de cafeína sobre el funcionamiento del cerebro con resonancia
magnética nuclear.
Los científicos llegaron a la conclusión de que tomar el equivalente a dos
refrescos de cola o un café una hora antes de un examen puede mejorar el
rendimiento intelectual.
Más del 90% de los europeos adultos consumen diariamente cafeína en una
forma u otra, ya que son conocidos sus efectos como un estimulante suave,
aseguran los responsables del estudio.
Entre otras aptitudes, midieron la velocidad de procesamiento de la
información, la destreza manual, la capacidad visual y espacial, la memoria
inmediata y la atención sostenida de un grupo de jóvenes universitarios de
entre 18 y 25 años.
Según los primeros resultados, aquellos que ingirieron conjuntamente cafeína
y glucosa tuvieron un patrón de activación cerebral diferente al
resto.
Para rendir igual que los sujetos de los otros grupos que únicamente tomaron
agua, agua con glucosa o agua con cafeína, quienes tomaron cafeína y glucosa
requirieron menor activación cerebral para ejecutar una tarea de atención, lo
que puede ser interpretado como un mecanismo de facilitación del rendimiento
intelectual.
Estudios previos ya habían constatado este efecto beneficioso con dosis
bajas de cafeína, mientras que el consumo de dosis excesivamente altas de
cafeína (más de 500 mg) se asocia con estados anímicos de ansiedad y un exceso
de estimulación.
"Son diversos los efectos que la cafeína puede ejercer sobre el sistema
nervioso central cuando se consume en cantidades bajas o moderadas.
Así, aumenta el estado de alerta y reduce la fatiga, especialmente en
situaciones de cansancio o bajo grado de alerta", afirmó la doctora Ana
Adán, una de las coordinadoras del trabajo.
La cafeína también aumenta el rendimiento en tareas de vigilancia, en tareas
simples que requieren respuestas sostenidas, así como en tareas que requieren
movimientos precisos.
"En contraste, cuando se deja de consumir, los perjuicios sobre el
rendimiento son escasos y de poca magnitud. Existe a menudo un incremento en
las percepciones de estado de ánimo negativo que sigue a la retirada del
consumo de cafeína, aunque dichos efectos pueden estar más relacionados con las
expectativas de los consumidores que con la propia privación", agregó
Adan.
Otra de las cuestiones principales del estudio era fijar los límites para el
consumo responsable.
La dosis más habitual que seleccionan las investigaciones es la de 200
miligramos, que corresponde aproximadamente a 2-3 cafés ó 5-6 refrescos de cola
de 330 mililitros.
EFE