Hay que estar preparados frente a la bronquiolitis, enfermedad que ataca a menores de dos años

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Como la fiebre en estos casos puede ser inferior a la que se presenta con las gripas, hay que estar atentos a otros síntomas, como inapetencia, irritabilidad, dificultad para dormir y problemas para respirar.

Se debe consultar al pediatra apenas se observe que al niño se le hincha debajo de las costillas al respirar y tiene taquipnea, es decir, respiración acelerada y como entrecortada y sibilante.

La tráquea se divide en dos grandes bronquios; cada uno lleva el aire a un pulmón y se ramifica, como un árbol, hasta desembocar en miles de pequeños conductos que llevan el oxígeno hacia unos pequeñísimos sacos llamados alvéolos, a través de cuyas paredes es transferido a la sangre.

Esas ramificaciones profundas de los bronquios se llaman bronquiolos, y es lo que se inflama cuando ocurre una bronquiolitis.

Este cuadro se presenta como consecuencia de las infecciones virales o por virus como el de la gripa común, la influenza y el sincicial respiratorio (VSR), pero también pueden ser causa de ellas el adenovirus y el parainfluenzae.

Algunas fuentes citan al rinovirus y el metaneumovirus como potenciales causantes. Pero el primero de estos ataca generalmente las vías respiratorias superiores (nariz, garganta).

Si bien los síntomas y las características de los cuadros son similares, la identificación de los gérmenes se realiza a través de técnicas de laboratorio que en muchos son indispensables para controlar la propagación o adecuar tratamientos.

Estos virus son agentes que circulan más en invierno, y es prudente estar advertidos si es que en la familia hay niños menores de 5 años (aunque la enfermedad es más frecuente entre el nacimiento y los 2 años, y después de esa edad es mucho menos habitual).

Las enfermedades respiratorias agudas de este tipo (que incluyen, además de las bronquiolitis, las bronquitis y los diferentes tipos de neumonía) causan más de la mitad de las hospitalizaciones de niños en la época invernal.

Horacio López, profesor titular de Infectología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA), señaló que en aproximadamente un 2 por ciento de los casos de bronquiolitis se requiere hospitalización.

Cómo ataca

Normalmente la infección comienza con mucha mucosidad, para luego dar los síntomas característicos de dificultad respiratoria. Lo más común es que al cabo de una semana el cuadro remita y todo haya pasado. En los casos en que esto último no ocurre, y empeora, es cuando se requiere la hospitalización.

No hay demasiada diferencia en la forma en que se manifiesta la enfermedad si es causada por un virus o por otro: "Según un estudio que hicimos en el hospital, los costos de tratamiento y los días de internación son aproximadamente los mismos", remarca este especialista.

Sólo el adenovirus parece ser un poco más agresivo cundo lleva a la internación, ya que puede dejar una enfermedad pulmonar crónica como secuela en algunos casos.

"La bronquiolitis ataca principalmente a menores de dos años, lo cual ya es importante porque justo ellos tienen menos capacidad respiratoria", agregó.

La mala nutrición y la falta de acceso a los servicios de salud son, además, factores de riesgo que pueden influir para que el cuadro empeore y requiera internarse.

¿Cómo reconocerla?

"A los dos años prácticamente no existe la enfermedad asintomática", sostiene el pediatra Eduardo López, del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez de Buenos Aires.

Se debe consultar al pediatra apenas se observe que al niño se le hincha debajo de las costillas al respirar y tiene taquipnea, es decir, respiración acelerada y como entrecortada y sibilante.

Es frecuente que el niño, además, rechace la comida, se vuelva irritable y tenga dificultad para dormir, justamente porque respira mal. También puede padecer fiebre (habitualmente la temperatura en estos casos no supera los 38 grados centígrados; es más baja que en la gripa).

Si el niño tiene los síntomas de bronquiolitis, no hay que automedicarlo sino llevarlo al pediatra.

Cómo prevenirla

Salvo para el virus de la gripa común, que es el que causa cerca de un 10 por ciento de los casos de bronquiolitis, no hay vacunas que la prevengan. La calidad del aire, señala el titular de Infectología de la UBA es fundamental, y por lo tanto, remarca una de las medidas de prevención es que en la casa no se fume.

Hay que lavarse bien las manos antes y después de tocar al bebé. Y si hay otro niño en casa, evitar que entre en contacto con las secreciones.

No llevar al pequeño a lugares donde pueda estar en contacto con niños potencialmente infectados, puede ayudar a prevenir el contagio también.

La lactancia materna, en el caso de los que bebés estén en edad, es un factor de prevención de ésta y de otras enfermedades también.

Sin embargo, Eduardo López recuerda que son erróneas las versiones según las cuales el VSR no ataca a bebés muy pequeños en edad de lactancia: "Hay niños menores de 2 meses de edad con bronquiolitis", afirmó.

MARCELO RODRÍGUEZ
LA NACIÓN (ARGENTINA)