Bajar de peso combate los efectos
del cambio climático, asegura estudio de revista británica
En
el mundo prevalece la tendencia a un aumento del Índice de Masa Corporal medio
de la población.
El International Journal of Epidemiology asegura que las
personas obesas provocan mayores gastos en transporte, consumen más alimento y
contaminan más.
Una
sociedad delgada, como la de Vietnam, consume un 20 por ciento menos de
alimentos y contamina menos que una en la que cerca del 40 por ciento de las personas
son obesas (parecida a la de Estados Unidos en la actualidad), según Phil Edwards e Ian Roberts, de la London School of
Hygiene and Tropical
Medicine.
Las
emisiones relacionadas con el transporte también son menores porque se gasta
menos energía en transportar a personas delgadas, y porque los que tienen
sobrepeso tienden a andar menos y a depender más del automóvil, afirman.
Edwards y Roberts
calculan que una población de 1.000 millones de personas delgadas emite 1.000
millones de toneladas menos de dióxido de carbono al año que una población de
personas gruesas.
Sin
embargo, en el mundo prevalece la tendencia a un aumento del Índice de Masa
Corporal medio de la población, que entre 1994 y el 2004 ha subido en el Reino
Unido en los hombres de 26 a 27,3 y entre las mujeres de 25,8 a 26,9, lo que
supone unos tres kilos más.
"La
humanidad, ya sea australiana, argentina, belga o canadiense se está haciendo
progresivamente más gorda", señalan los autores.
El
Índice de Masa Corporal se calcula dividiendo el peso de la persona por su
altura al cuadrado. Un peso considerado normal se sitúa entre 19 y 25, aunque
también se deben tener en cuenta la constitución y el sexo.
"Mantenerse
delgado es bueno para la salud y el medioambiente. Debemos hacer mucho más para
revertir la tendencia global hacia la gordura", concluyen los científicos.
Una
de las nefastas consecuencias del cambio climático se hizo evidente en días
pasados, cuando se conoció que el recalentamiento climático global, al ampliar
la ruta de muchas aves migratorias entre África y el norte de Europa, puede
tener consecuencias devastadoras para estas especies. Así lo asegura un estudio
dirigido por Stephen Willis,
de la Universidad de Durham, en el Reino Unido.
El
cambio climático tanbién jugaría un papel importante
en la posible desaparición de los anfibios.
"Ahora
estamos perdiendo más de la mitad de este grupo de invertebrados y el planeta
nunca ha visto algo de esta magnitud desde la extinción de los
dinosaurios", dijo Kevin Zippel, director del
programa el Arca de los Anfibios de la Unión Internacional para la Conservación
de la naturaleza (Uicn).
De
acuerdo con este grupo, más de la mitad de las 6.000 especies de anfibios que
hay registradas en el mundo están amenazadas con desaparecer.
LONDRES
(EFE Y AF)