Suena Cabo e' y la
descarga de trompetas y timbales de la orquesta de Richie
Rey llena la pista y se pega a la piel. Hace año y medio que ellos
dos bailan juntos.
Reinaldo dice que cada dos meses cambian el repertorio pues 'si se deja un
tema mucho tiempo uno lo baila cada vez más lento y lo que se busca es tener
ligereza, hacer los pasos y giros más rápido, casi flotar'.
Lo dice una persona que desde antes de nacer tenía limitaciones para caminar y
menos practicar algún deporte o bailar: nació con una pierna 'muerta' y a los
seis meses se la amputaron. Por eso baila apoyado en una muleta.
Eso no es impedimento para giros, rápidos pasos, marcar los tiempos de un disco
o levantar y sostener en alto a su compañera Mayerli,
como lo hizo en su presentación en La Matraca, en el barrio Obrero de Cali, espacio
de los amantes de tangos, boleros y rumberos de la denominada 'vieja
guardia'.
De 35 años, nació en Bogotá y desde muy niño su familia se trasladó a Ipiales
(Nariño) y a los 16 regresó a la capital.
Sus primeros pasos los dio saltando en su pie derecho. A los 4 empezó a usar
muleta. Sus padres insistieron para que se acostumbrara a una prótesis pero
dice que para un niño es difícil adaptarse a un objeto que no es su cuerpo.
Explica que su hermano mellizo Guillermo fue en sus años de infancia una especie
de bendición y sombra, que lo acompañaba y al que le gustaba imitar en muchas
cosas, lo que le permitió ir superando diversas situaciones.
'Todo empieza por la familia. Si no se tiene apoyo de ella es difícil salir
adelante. Hago mi arte gracias a mi papá Reinaldo, mi mamá Lupe. Mi hermano
Guillermo, mis hermanas, a la gente que me conoce en este medio', resalta.
Afirma que de adolescente la situación es difícil y más en las fiestas. 'Que lo
dejen a uno con la mano estirada en un baile es duro. El apoyo de mi familia
fue fundamental para superar el complejo de discapacidad', expresa.
Su primer baile fue con su mamá Lupe a los 7 años cuando en una reunión
familiar ella lo 'sacó' y se animó a seguirle el paso.
Terminado el bachillerato, durante cinco años trabajó en una multinacional. Sus
bailes en ese tiempo se relacionaban con reuniones familiares o de trabajo.
Desde hace 10 años empezó a bailar en fiestas y hace más de dos que lo hace en
forma profesional. Con su espectáculo se ha presentado en varias
capitales del país, así como en Estados Unidos y Costa Rica y prepara un viaje
para Holanda.
Conseguir pareja fue una de las dificultades pero logró conocer a Claudia
López, una joven bailarina que lo acompañó por un año. El embarazo suspendió
los ensayos y presentaciones.
Hace año y medio, ante una presentación en Telemundo,
en Los Ángeles, y el embarazo de Claudia, estableció contacto con Mayerli, quien hacía parte de un grupo de salsa en la
capital.
Mayerli, quien da clases de baile como electivas las
universidades del Rosario y Los Andes, reconoce que un primer momento no le
puso cuidado pues le parecía complicado.
'Un día acepté ensayar y de inmediato hubo acople. Es una experiencia
fortificante. Cuando salimos a una presentación me siento muy contenta al ver
la admiración de la gente. Al terminar una presentación en Los Ángeles una
señora lloró de emoción', recuerda.
En el 2008 fueron invitados a una exhibición en Bailando por un sueño, en Costa
Rica. 'Al día siguiente salimos y por todos lados nos reconocían y pedían
autógrafos. Entramos a misa y el sacerdote nos saludó ante todos sus
feligreses', recuerda.
Mayerli dice que no han tenido caídas o accidentes
como pareja. Reinaldo refiere que hace varios años se cayó y se golpeó en la
cabeza, pero igual eso lo alentó a seguir adelante y a ensayar más y tener más
concentración.
Y es que si la falta de su pierna izquierda no lo ha limitado para bailar,
practicar natación o ciclismo, una caída no lo iba a frenar.
Casado con Claudia Mora y con una hija de 5 años, ya le enseña a ella los
primeros pasos. Si antes en un baile lo dejaban con la mano tendida, ahora no
lo dejan descansar cuando en ocasiones sale a reuniones familiares.
Sin escuela pero con mucho oído
Reinaldo dice que no ha asistido a ninguna academia de baile. Le ayudó la
formación musical de su mamá Lupe. Ella le enseñó a tener 'oído' y reconocer
las variacionesmusicales.
'Se aprende a reconocer los bajos, el conteo, piano, los tambores, la conga,
todos son golpes que para uno como bailarín son muy importantes', dice.
En 1998 obtuvo un tercer puesto en Salsa al Parque y en el 2008 logró un premio
en un evento en Cali.
Precisamente es en esta ciudad donde más apoyo ha tenido. El pasado fin de
semana tuvo presentaciones en Conga, Zaperoco, Jala Jala,
La Pollera y Brisas, todos 'templos' de la salsa, donde Reinaldo y Mayerli mostraron toda su calidad y ejemplo de vida.
IVÁN NOGUERA
Enviado especial de ELTIEMPO
CALI