Cuando al frente se tiene a una persona que se está asfixiando a causa de un
atragantamiento, lo único que queda es calmarse y actuar de manera rápida y
precisa para ayudarla a expulsar el cuerpo extraño que la ahoga. Esa puede ser,
ni más ni menos, la diferencia entre la vida y la muerte.
Mario Iván Muñoz, médico adscrito a la Cruz Roja Colombiana, asegura que
estos accidentes son más frecuentes de lo que se cree, y que si bien afectan
más a niños pequeños y a ancianos, se presentan casos en todos los grupos de
edad.
¿Qué es? .
El atragantamiento es la obstrucción, por un cuerpo extraño, de la vía
aérea; este provoca un cuadro repentino de asfixia que, de no resolverse, puede
generar una hipoxia grave que da lugar a inconsciencia, seguida de paro cardiorrespiatorio y muerte.
¿Cuáles son los síntomas iniciales? .
Estos dependen del tipo de obstrucción. Cuando es total la persona,
angustiada, se lleva las manos al cuello; no puede respirar, hablar ni toser y
adquiere una tonalidad azulosa (cianosis); luego pierde el conocimiento.
Cuando es parcial la persona tose con fuerza y emite un sonido extraño al
respirar; su respiración es dificultosa (disnea).
¿Qué tan peligrosa es?.
Cuando la obstrucción es total solo se cuenta con menos de un minuto para
evitar que la víctima quede inconsciente. A los tres minutos el cerebro
empezará a sufrir, a los seis minutos se producirá daño cerebral y a los 10
minutos de que la persona deja de respirar se provoca la muerte cerebral.
¿Qué hacer?.
Procure no quedarse solo: pida ayuda de alguien que esté cerca y llame una
ambulancia. Mientras llega intente resolver el problema de manera calmada, pero
rápida. Existen una serie de maniobras cuyo objetivo es lograr la expulsión del
cuerpo extraño; estas varían si el afectado es un bebé, un niño o un adulto,
también si la obstrucción es total o parcial y si la persona está consciente o
inconsciente.
Si es total: se reconoce por la ausencia de movimientos de ascenso o
descenso del tórax a cada intento de ventilación artificial. Debido a la
completa falta de aire, en poco tiempo la persona pierde el conocimiento.
Actúe rápido: inspeccione la boca y la garganta, despejándola de cuerpos
extraños mediante barrido con el dedo y sin empujar. Luego aplique, según el caso,
la maniobra de Heimlich para desobstruir la vía aérea
(ver gráfico).
Su efectividad se debe a que al realizar las compresiones en el lugar
correcto, los músculos abdominales suben, lo que comprime el diafragma e
incrementa la presión en el tórax. El aire de reserva funciona como una tos
artificial, arrojando el cuerpo extraño.
Si es parcial: el afectado está muy agitado y respira con dificultad, pero
está consciente. Insístale en que tosa duro y repetidamente. Si empeora o se
deteriora su nivel de consciencia, proceda como si la
obstrucción fuese completa. Si permanece estable, pero no logra expulsar el
cuerpo extraño, llévelo de inmediato a un servicio de urgencias.
ASESORÍA: COLEGIO MÉDICO COLOMBIANO.
BASTÓ UN TROZO DE PAN.
Mi cuñado, de 38 años, estaba comiendo en un local de la calle 72 con quinta
(en Bogotá) cuando empezó a asfixiarse. Justo en ese instante mi hermana marcó
a su celular; la mesera que le contestó le dijo, muy angustiada, que algo le
estaba pasando, que no podía respirar... Salió a la calle como loca, cogió el
primer taxi que pasó y en dos minutos estaba en el restaurante.
Encontró a mi cuñado tirado en el suelo, convulsionando y amoratado. En ese
momento ella me llamó. Le indiqué la maniobra que se practica con víctimas de
atragantamiento inconcientes, e hizo lo que pudo.
Corrí hasta el lugar.
Cuando llegué la ambulancia ya estaba ahí, pero al entrar supe que nada se
había podido hacer. El examen reveló lo que había pasado: un trozo de pan
obstruyó su laringe.
ANA LUCÍA M., MÉDICA