Prevención
Arterias bajo presión
Mayo 17 de 2009
La hipertensión no tiene síntomas
y es la tercera causa de muerte en el país.
Aunque no tiene cura, prácticamente carece de síntomas de alarma y
se caracteriza por el estrechamiento y rigidez de las venas, razón por la
cual el corazón se ve obligado a bombear con mayor fuerza el flujo
sanguíneo, la verdad es que la hipertensión arterial se puede controlar y
mantener a raya.
Tercera causa de muerte en Colombia, el también conocido “asesino
silencioso” es el resultado, según Jorge Cedano,
médico internista del Centro Médico Imbanaco, de
una concurrencia de factores entre los que se encuentran “la herencia
genética, la raza (la negra está 1,5 veces más expuesta), el ambiente, el
estrés psicológico, el abuso de la sal, el tabaquismo y el licor en
exceso”.
De manera que todos esos componentes reunidos, o algunos de ellos
más pronunciados que otros, asegura Cedano,
“pueden contribuir a la aparición de la hipertensión que no respeta edad, a
pesar de que se manifiesta por lo general a partir de los 60 años, y cuyas
complicaciones afectan y causan colapsos en órganos tan vitales como el
cerebro, el corazón y los riñones”.
En consecuencia, advierte Carlos Eduardo Tenorio, cardiólogo
intervencionista y vascular periférico de Dime e Imbanaco,
“lo más importante es que las personas mantengan cifras arteriales normales
que deben estar por debajo de 130 sistólica, y por debajo de 80
diastólica”.
De lo contrario, dice Tenorio, “se corre el riesgo de sufrir un
infarto de miocardio, insuficiencia renal, accidentes cerebrovasculares
y hasta glaucoma”.
Si bien es cierto que la hipertensión no avisa, afirma José Raúl
Tello, especialista en medicina interna y gerente médico del grupo
cardiológico de Occidente, señales como “frecuentes dolores de cabeza,
visión borrosa y otras alteraciones visuales, hemorragias nasales u
oculares, zumbido en los oídos, cansancio permanente y dolor torácico,
pueden significar algún trastorno en camino que por lo menos amerita una
consulta médica”.
Igualmente, advierte Tello, los pacientes no deben autoformularse y muchos menos acudir a medicamentos
“como antihistamínicos (para alergias), anti inflamatorios (Aines) ni
estrógenos (hormonas). Tampoco es recomedable que
se eche mano de sueroterapia con vitaminas u otras sustancias y descartar
por completo el uso de sicotrópicos como la cocaína”.
Así que si de prevención se trata, alega Fernando Gómez Villafañe,
de la clínica cardiovascular Dime, “los controles y chequeos regulares
después de los 40 años de edad son la alternativa ideal para desterrar la
amenaza de la hipertensión”.
Gómez Villafañe conmina a la población adulta colombiana a que evite
el sedentarismo, por cuanto la falta de actividad física permite que el
cuerpo gane peso y, por consiguiente, le exija mayor despliegue al corazón
para irrigar la sangre a todo el organismo.
La muerte súbita por ataque al corazón, parálisis parcial o total
por cuenta de un aneurisma cerebral, estado de coma o la muerte, prosigue
el médico, “son las consecuencias de una hipertensión arterial fuera de
control”.
Y fuera de control significa, a juicio de Gómez Villafañe “malos
hábitos alimenticios, sueño irregular, cambios emocionales bruscos,
antecedentes de diabetes y falta de consulta médica”.
Sin remedio, la hipertensión no es el fin del mundo, siempre y
cuando se mantenga una vida sana y bajo observación.
Prevención, dieta y ejercicio
Eviteel sobrepeso porque al corazón le toca hacer más esfuerzo del normal
para enviar la sangre.
Realice ejercicios en forma rutinaria por lo menos 45 minutos todos
los días.
Una buena dieta debe contener frutas, carnes, pescados, ensaladas,
jugos naturales, agua y productos descremados.
Por el contrario, de las comidas diarias deben desaparecer o
consumir-
se poco elementos como la sal, las calorías (concentradas en la
comida chatarra), el té y el tinto. No fume.
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