Antibióticos, Inútiles Contra Estos Males

Son muchas las personas que atacadas por una gripa darían lo que fuera por obtener algo que los cure de manera mágica.

Lamentablemente, lo único que la medicina de hoy puede hacer es aliviar los síntomas con medicamentos para bajar la fiebre, calmar el dolor, disminuir la moqueadera y hasta parar la tos.

No pocos recurren a los antibióticos con la esperanza de que los gérmenes que causan la gripa se eliminen de totazo o salgan en estampida. Gran error: estos medicamentos no actúan sobre los virus que son los responsables de que las personas se sientan como un trapo.

Para entender esto hay que asomarse al mundo microbiano y, sin entrar en detalles, saber que dentro de los microorganismos que producen enfermedades se distinguen tres tipos: los virus, las bacterias y los hongos, que no se parecen nada entre ellos.

Para el caso que nos toca tendremos en cuenta solo a las bacterias y a los virus.

Las primeras son seres vivos formados por una sola célula, que nacen, crecen se reproducen, se relacionan con su medio y mueren. Mejor dicho, son independientes como los humanos.

Los virus, en cambio, no hacen nada por sí solos, es más, los científicos todavía debaten si son seres vivos o no y muchos se inclinan por lo segundo.

La verdad no son más que una molécula grande. Mejor: un trozo de ADN o ARN, envuelto en una cápsula. Este bicho anda suelto por ahí y cuando encuentra una célula que le gusta se mete en ella y la obliga a que fabrique copias de él hasta que muera.

Como se ve, el virus no nace, es fabricado; no come, no se desarrolla y no muere porque no tiene un metabolismo que se pueda interrumpir.

Pero tranquilos, no es Robocop y sí puede ser “destruido”. Esto se logra rompiéndole el DNA o el RNA y también separándolo de la cápsula (desguazándolo como a un carro). Eso no quiere decir que esté vivo, como tampoco lo está porque pueda enfermar a la gente.

Los antibióticos son fármacos para matar, por eso actúan contra las bacterias. Matar quiere decir interrumpir el metabolismo. Para que se entienda: les alteran alguna función vital, como nacer, crecer, comer, respirar y reproducirse; si se permite, es como si las envenenaran.

En los virus esto nos es posible porque no se puede cortar la alimentación o la respiración a algo que no come ni respira. No se puede bloquear un metabolismo que no existe. O mejor, es imposible matar a los virus porque nunca han estado vivos.

Por eso los antibióticos no valen contra ellos. Ante ellos solo queda confiar en las defensas del cuerpo para que los desguacen o vacunarse para que el cuerpo agilice este despiece. ¿Se entiende ahora por qué tomar antibióticos para la gripa es botar la platica?.

¿qué contienen los antigripales?.

La mayoría de los medicamentos que se utilizan para manejar los síntomas de la gripa son mezclas de por lo menos tres moléculas, para que actúen de manera simultánea.

Si tiene dudas sobre algunos de ellos, lo mejor es que consulte con el médico antes de usarlos. Estos son los tres grupos principales y sus características: Analgésicos: sirven para aliviar los malestares y dolores y disminuyen la fiebre. Ejemplos: acetaminofén, aspirina, ibuprofeno, ketoprofeno y naproxeno. Precaución: los niños y los adolescentes no deben tomar aspirina.

Antihistamínicos: se encargan de disminuir las secreciones del cuerpo. Entre ellos se cuentan la cetirizina y la clorfeniramina. Por lo general producen alguna somnolencia.

Descongestionantes: disminuyen el tamaño de los vasos sanguíneos, con lo que achican las vías nasales y reducen la congestión. Uno de ellos es la fenilefrina. Como en general elevan la tensión arterial, es necesario administrarlos con precaución.

Como calmar el dolor de garganta.

La garganta y la laringe son los primeros en sufrir los embates de los virus gripales, muchas veces porque atacan directamente allí o porque por ahí pasan todas las secreciones y los restos de procesos de irritación que ocurren en otras partes. Si el dolor lo mortifica, siga estos consejos: Recuerde. Si la irritación de la garganta se acompaña de fiebre, malestar general, dificultad para respirar, tos productiva o dura más de cinco días, consulte con el médico.

Gárgaras. Si hay dolor al tragar, la zona irritada puede estar en la parte superior de la garganta. Mezcle una cucharadita de sal en medio litro de agua tibia. Esa solución imita el suero que al bañar los tejidos algo refresca y calma. Haga gárgaras cada hora.

Humedezca. La molestia en la mañana generalmente se debe a haber dormido con la boca abierta. Normalmente la nariz calienta y humedece el aire que va a la garganta y a los pulmones. Al respirar por la boca el aire se reseca e irrita la garganta, más en épocas de lluvia. Haga vaporizaciones de agua antes de acostarse y, si es posible, deje un recipiente con agua hervida en el dormitorio.

Destape. Si la razón para respirar por la boca es su nariz tapada, aplíquese un gotero entero de agua con sal (de la misma de las gárgaras) en cada fosa varias veces al día. No utilice descongestionantes nasales sin fórmula. La mayoría elevan la tensión arterial y crean dependencia. Suénese, eso también ayuda.

Envuélvase. El calorcito favorece las defensas del cuerpo. Una bufanda no está demás. También ayuda a calentar la columna de aire que entra al organismo.

Agüita. Tomar muchos líquidos tibios hidrata los tejidos resecos de la garganta. Dos litros diarios en cualquier forma son lo recomendado. Evite, eso sí, bebidas espesas porque al cubrir algunos tejidos pueden aumentar el moco y producir tos. Los cítricos ‘queman’ y el café es diurético y hace eliminar agua.

Enderécese. La garganta también se irrita con los jugos gástricos que llegan a ella al acostarse. Ponga dos ladrillos a las patas de la cama en la cabecera. No vale levantar la almohada, porque el problema empeora. Procure no comer justo antes de acostarse y no se llene en la noche.

Por último. Haga gárgaras con jugo de limón diluido o whisky. La mezcla de miel, mantequilla y limón caliente no hace daño y récele a San Isidro Labrador, que quita el agua y pone el sol.

Remedios a la mano para aliviarle ese malestar.

La gripa, como la Selección Colombia, se elimina sola.

Todavía no se ha descubierto nada que la cure de un jalón; sin embargo, la cultura popular se ha encargado de demostrar que el arrunche y el buen cuidado, ojalá en casita, son el mejor remedio para aliviar los síntomas mientras esta pasa. Así que saque el pañuelo, si va a toser hágalo en el pliegue del codo y lea lo que sigue.

No a los antibióticos. No los tome por nada del mundo. La gripa o resfriado común es producida por virus. Contra ellos no hay nada. A esa droga diga no.

Abríguese. El resfriado hace que el organismo concentre todas las fuerzas para combatir la infección. El frío induce al cuerpo a utilizar parte de la energía para calentarse. Además se cree que las defensas actúan mejor en el calorcito. Recuerde que el cuerpo pierde calor principalmente por la cabeza.

Puede salir en tanga, pero con gorro de lana.

Líquidos. Con la gripa se aumenta el sudor, se respira más rápido, hay más mocos, se llora, hay tos. Todo esto hace que usted pierda agua. Así, las secreciones se hacen más espesas y la sensación de congestión es mayor. Tome dos litros de agua al día. Se sentirá mejor.

Caldo de pollo. Investigadores del hospital Monte Sinaí, en Estados Unidos, descubrieron que el caldo de pollo contiene sustancias que aumentan la producción de secreciones. Ellas contienen defensas, refrescan y limpian las vías respiratorias. Una taza caliente es la dosis recomendada.

Ejercicio. Se ha comprobado que la actividad física moderado eleva las defensas. Camine a paso ligero, durante media hora, todos los días, eso sí abrigadito. La media maratón de Bogotá y la doble a Chocontá no se recomiendan.

Desinflámese. Disuelva una cucharadita de sal en un litro de agua. Envásela en un frasco con gotero y aplíquese veinte gotas seis veces al día en los orificios nasales. Con esto se lavan las citoquinas y las linfoquinas, sustancias responsables de la inflamación de la nariz y de la producción de moco. Si el tamaño de la nariz lo exige, use el litro.

Vaporícese. El vapor de agua humedece las vías respiratorias y afloja las secreciones. Hace que ceda la congestión y se respire mejor. Si no tiene vaporizador, improvise uno con una olla. Cuidado se quema.

Vaselina. Aplíquese vaselina generosamente en las fosas nasales. Hágalo alrededor y por dentro con un copo de algodón. Eso evitará que la nariz se pele de tanto sonarse.

No fume. El cigarrillo, con sus cerca de 4.000 sustancias nocivas, irrita las vías respiratorias y puede incluso inflamarlas, lo que aumenta las secreciones durante el proceso gripal. Además disminuye la oxigenación y con ello la capacidad de las células para defenderse; por si fuera poco, estimula el centro de la tos, lo que empeora el problema. Además produce mal aliento.

No tome. Aunque algunos insisten en que un traguito ayuda a curar la gripa, no hay tal. El alcohol inhibe la hormona antidiurética, con lo cual aumenta la deshidratación y la pérdida de sales, tan necesarias en esta situación.

No hay ninguna razón para levantar el codo. Brinde cuando esté alentadito.

No a la droga. Por nada del mundo tome medicamentos sin receta médica.

Aunque los antigripales son de venta libre, dentro de sus componentes puede haber algunos principios activos que empeoran algunas situaciones, por ejemplo los descongestionantes elevan la tensión arterial y pueden llegar a producir palpitaciones y sensación de angustia en personas con antecedentes cardiovasculares o hipertensas.

Por otro lado, los antihistamínicos pueden fundirlo en una jornada de trabajo y algunos analgésicos incrementarle las alergias, los problemas de úlceras o los daños renales. No insista.

Consulte. No dude en visitar al médico si su estado de salud empeora; no olvide que descuidarse puede conducir a complicaciones que pueden poner en riesgo la vida