Comportamiento Humano. Por: Carlos E.
Climent.
Ancianos de 40
Agosto 23 de 2009
Según Disraeli cuando un hombre cae en la anécdota,
sonó su hora para que se retire del mundo. La actitud de la persona ayuda a
enfrentar el paso de los años.
AM es una mujer de
65 años y no pocos problemas físicos con los que viene batallando desde hace
mucho tiempo. Un día, caminando en el supermercado se cayó y se fracturó la
cadera. Fue sometida con éxito a un procedimiento quirúrgico y enviada al día
siguiente a su casa en donde realiza un proceso de fisioterapia.
La
fórmula que ella se ha inventado para lo que su médico denomina “una
recuperación sorprendente” incluye, entre otros ingredientes, el burlarse de
ella misma por el resbalón tan inexplicable, el hablar poco de la desgracia de
su fractura, el combatir el dolor con la dosis menor de los analgésicos
recomendados y el regresar rápidamente a sus actividades normales
movilizándose, no sin dificultad, con la ayuda de un caminador.
AM
luce más saludable, atractiva y joven que la mayoría de sus contemporáneas; lo
que probablemente se debe a que:
· Siempre le ha
hecho frente a sus limitaciones con optimismo y sin artificios.
· No ha sido
desconfiada ni controladora.
· Es generosa en
los detalles pequeños y grandes. Sin falsas pretensiones, está disponible si
sus familiares la necesitan.
· No dispone de
grandes fortunas, ni es irresponsable con sus gastos, pero no está
compulsivamente dedicada a controlar cada centavo que se gasta ni a convertir
el ahorro en uno de los placeres fundamentales de su vida.
· Trata de mantener
un contacto con las diferentes personas que la rodean y no se encierra ni se
limita a unas pocas actividades.
· No tiene energías
de sobra pero se programa para tener siempre algo que hacer. Las ganas van
surgiendo en la medida en que ella sale de las molestias generadas por sus
dificultades. Por ejemplo su vida íntima, que cada vez le demanda más voluntad,
no ha sido descartada totalmente sino reprogramada a unos tiempos, no tan
frecuentes pero que se han convertido en importantes momentos de placer
tranquilo para la pareja.
· Si bien, con
frecuencia, siente ganas de aislarse no se deja vencer por su tendencia a la
soledad y “se gerencia” toda clase de actividades y reuniones para evitar que
su vida social se reduzca. Como consecuencia de tales decisiones no le falta un
nieto que le va a desordenar su casa, una visita en la semana o un almuerzo con
amigas.
· Critica abiertamente a muchas personas de su generación que
“tienen una disculpa para cada propuesta que les hacen”.
· Al contrario de lo que le pasa a muchas
personas que se envejecieron y a quienes sólo interesan “sus” lecturas, “sus”
anécdotas, en fin “sus” cosas, ella disfruta al escuchar las historias de los
demás.
En
conclusión, no son solamente la edad cronológica ni las enfermedades los
factores que contribuyen al proceso de envejecimiento, sino la actitud de la
persona para enfrentar el paso de los años. Esto permite explicar que haya
jóvenes de 80 y ancianos de 40.
*carloscliment@elpais.com.co