Diversos estudios constatan que tener una mayor ilustración médica favorece
la salud y la comunicación con el médico. Adicionalmente, se ha comprobado que
los pacientes mejor informados empiezan a exigir su participación en las
decisiones médicas que les afectan.
De ahí que las personas con escasos conocimientos médicos tienen peor salud,
no siguen adecuadamente los tratamientos prescritos e ingresan más veces en los
hospitales que aquellos que tienen una mejor información sobre estos temas.
Aquellos, más allá del concepto antiguo que limita el analfabetismo a quienes
no sabían leer y escribir, conforman los nuevos analfabetos, llamados también
analfabetos académicos, que constituyen un creciente problema.
Es necesaria una alianza con las asociaciones médicas, la industria
farmacéutica y los organismos estatales para elevar los conocimientos de salud
en los padres de familia y adultos.
La necesidad de implementar estrategias para aumentar los conocimientos de
la comunidad es una tarea que hace varios años figura en los objetivos de la
Sociedad Colombiana de Pediatría. Para lograrlo, hemos hecho acuerdos con
distintos medios privados e instituciones. El paciente del futuro deben empezar
a pedir la palabra y, por lo tanto, los profesionales de la salud debemos estar
preparados para aceptar el reto que supone atender a un paciente más autónomo e
informado