Amar para sanar

Mayo 25 de 2009                  

           

Por Alda Mera - Reportera de El País

 

La médica hindú Hemlata Devidayal Sanghi invita a ver el amor como el antídoto contra las enfermedades.

 

 

“En uno de mis viajes a América Latina encontré a una pareja, el esposo era médico y su hija estaba enferma de cáncer. Les pregunté si la joven había tenido una experiencia negativa y efectivamente, tenía un novio que ellos no aceptaban.

 

Les cuestioné que si ahora que estaba tan avanzada la enfermedad de su hija, ellos lo perdonarían y permitirían que él la visitara, y aún así se negaban. Entonces les dije: ‘Tienen que perdonar y aceptarlo para que ella sane’”.

 

Así ilustra la médica hindú Hemlata Devidayal Sanghi su teoría del poder sanador del amor, la cual expuso en el Seminario Internacional Exponer, realizado el fin de semana en Cali.

 

A ese método llegó hace 30 años, cuando observó que la medicina occidental no era clara en porqué tomando los medicamentos y siguiendo los tratamientos, persistían los problemas en los pacientes.

 

La hermana Hemlata, quien había empezado a practicar la meditación yoga, observó que las vidas de los pacientes se quedaban atascadas porque no entendían las razones de su enfermedad.

 

“Los mandaba a practicar yoga. Les decía: ‘relájese, aprenda la meditación’ y cuando vi que mejoraban, comprendí que hay algo más allá que es la dimensión espiritual y que está en el cerebro”.

 

Ella comprobó que combinar fármacos y meditación surte un gran efecto. Por eso, recomienda tomar los medicamentos como se indica y crear una vibración de amor alrededor suyo y alrededor de los demás, a través de la espiritualidad.

 

Primero el paciente debe comprender que es necesaria no sólo la sanación física, sino la sanación espiritual, la cual se logra al amar a todos. Si el enfermo está sensible o deprimido, necesita rodearlo de ese sentimiento para bajar ese nivel de energía -es inútil hablarle-, lo importante es extenderle esa vibración de amor y hacer que la persona se sienta unido a quienes le rodean, y cuando vaya mejorando, le pueden explicar los motivos de esa sensación.

Las situaciones difíciles deben afrontarse y aceptarse para evitar el desarrollo de enfermedades.

 

 

Amor sin expectativa

 

“El amor con expectativa no funciona. La regla es hágalo, pero olvídese del resultado”, dice. Igualmente, hay que permitirle a la persona crecer, vivir y no tratar de controlarla. Si quiere que un niño cambie, “déle amor, pero no lo haga comportar de esta u otra manera, el amor solo lo logrará, y sino cambia, no importa, de pronto cambia en otro aspecto”.

 

Ese era el error que ella cometía con los pacientes, porque les daba amor, pero quería corregir a la persona o la situación, y se sentía responsable, pero con la experiencia “aprendí que hago lo que me corresponde como médica, pero el resto se lo dejo a Dios”, dice.

 

Su lema es no perder la esperanza y nunca desahuciar a nadie. “Con ese sentimiento trabajo y he visto pacientes que han dejado hábitos como fumar, beber, incluso furiosos que se fueron calmando”.

 

Advierte que el poder sanador del amor no reemplaza la medicina, pero si la persona aprende el arte de sanarse a sí misma, va a ser más fácil. La técnica es aprender a visualizar la energía espiritual, que tomamos de Dios, sobre el centro de la frente en forma de una luz blanca y brillante, que entra por nuestros ojos y va hasta el órgano enfermo para ayudarlo a sanar.

 

Así es como la hermana Hemlata, desde que empezó a practicar la meditación vio la conexión divina para sanar. “Pero no me contenté con saberlo, quise compartirlo con todos porque entendí que pertenecemos al mismo Padre y por lo tanto somos hermanos”, concluye.

 

Dios

 

Cuando la hermana Hemlata Devidayal Sanghi habla de tomar la energía de Dios para sanar, ella dice que el paciente puede ser de cualquier proceso o credo religioso.

 

“Lo importante es ir a Dios, Él es uno solo. Por ejemplo, en el cristianismo, Jesús en la cruz es el ejemplo y el medio para llegar al Padre, para que le ayude a perdonar a la persona que le hizo daño. Igual en India, a la deidad que allá adoren, es válido.

 

A veces tendemos a separarnos de Él y el poder se disminuye. Lo importante es saber que podemos identificarnos con Dios, pero que no somos Dios sino instrumento suyo y para tener poder sanador hay que conectarse con Él”.

 

Para lograr que el amor sane, siempre tenemos que entregar esa persona a Dios “Haga lo que tiene que hacer y suélteselo a Dios, deje que todo fluya naturalmente, y se dará un cambio; dé amor y suéltelo, y cuando quiera volver a entrar en contacto con esa persona, vuelva a darle amor, pero vuelva a soltarlo. Para sanar con naturalidad no hay necesidad de apegarse a la persona ni a la situación”, recomienda la hermana Hemlata Devidayal Sanghi.

 

El karma

 

El karma es acción y puede ser bueno o malo, positivo o negativo, no necesariamente es solo sufrimiento, y puede venir de vidas pasadas. “Cuando conocemos a alguien, hay una primera reacción de agrado o de rechazo y eso viene del pasado, pero hay que tener cuidado: si es de agrado, de no apegarnos, y si es de rechazo, también, porque nos encontramos en este mundo para cancelar esos karmas y eso sólo se logra a través del perdón. Eso nos indica que si todo ser humano cuando está a punto de morir pide o da perdón, ¿por qué esperar hasta la muerte para perdonar? El perdón es una fortaleza, no una debilidad”, dice la hermana.

 

Según ella, debemos prepararnos para lidiar con el enemigo, no para atacarlo, y la mejor manera es con sentimientos de amor, de perdón, de bondad, de felicidad, y crear un aura de protección con estas vibraciones. “La gente pone muchos cerrojos en la puerta, pero la mejor protección son los sentimientos desde el corazón”.

 

Otra forma de protección es no tomar el sufrimiento de otros como propio; se puede ayudar al que sufre, pero sin involucrarse emocionalmente para no interrumpir el proceso del otro y para no crearse karmas mientras ayuda.

 

Hemlata Devidayal Sanghi

 

Nació en Hyderabad, India.

 

Estudios: Doctora en Medicina, egresada en 1973 de la Escuela de Medicina de Osmania, Hyderabad.

 

Trayectoria: Ha viajado por América y Europa compartiendo sus conocimientos y experiencias. Es conferencista en temas para curar el alma y el

 

cuerpo.

 

Más de su vida: Es practicante de meditación raja yoga por más de 30 años.