Deshidratarse, incluso de forma leve, disminuye los niveles de concentración y vitalidad

2 litros de agua pura es la cantidad ideal -además de otros líquidos- que recomiendan los expertos para tener una buena salud.

Además, se tiende a caer en el desgano y la fatiga mental y física. No es para menos: el 70 por ciento del cuerpo humano está compuesto por agua, que es esencial para el organismo.

El cuerpo la necesita para llevar a cabo procesos fisiológicos como la digestión (absorción y excreción), la regulación de la temperatura corporal y el transporte de nutrientes y otras sustancias corporales.

Vale decir que no se necesita ser un deportista de alto rendimiento o estar sometido todo el tiempo a altas temperaturas y a labores físicas extenuantes para perder líquidos.

El organismo humano carece de mecanismos para ahorrar agua, razón por la cual es necesario reponer aquella que se pierde a través del sudor, la orina o la respiración; cuando este no recibe la cantidad de líquidos necesaria para funcionar correctamente, tiende a fatigarse más de lo normal.

Desde el punto de vista fisiológico, no mantener los niveles de energía adecuados puede llevar a las personas a experimentar cambios en sus estados de ánimo, por lo que conviene abrir espacios durante el día para tomar líquido y pequeñas comidas.

Aunque la cantidad de líquido que requiere una persona depende de factores como su nivel de actividad física y la temperatura ambiente, hoy en día se reconoce que la necesidad hídrica del organismo está en 10 a 14 vasos al día de líquidos, incluyendo leche, café, jugos y otras bebidas.

Factores actuales como el calentamiento global, una mayor contaminación del aire, la creciente exposición a rayos lumínicos, computadores y otros aparatos eléctricos y la cada vez más alta concentración de personas en espacios reducidos, hacen necesario que se aumente también la reposición de agua.

De allí la recomendación de que, adicional a los líquidos que se toman con los alimentos, cada persona beba como mínimo ocho vasos de agua pura, a diferentes horas del día, para mantener el cuerpo bien hidratado.

En la mañana: el cuerpo viene de descansar de cinco a siete horas y debe eliminar las sustancias de la noche y equilibrar su nivel de líquidos para enfrentar la nueva jornada.  

A media mañana: hidrata el sistema digestivo y lo prepara para recibir el almuerzo; esto contribuye a mejorar la digestión.  

A medio día: es muy importante tomar de uno a dos vasos de agua con el almuerzo (dependiendo de los alimentos consumidos, claro). La saliva, el jugo gástrico y los jugos del intestino reciben los alimentos deben procesarlos; para ello necesitan tener un medio de transporte, que es el agua.  

En la tarde: se necesita para refrescar la piel, humedecer la boca y ayudarle al organismo a eliminar, a través de la orina, las sustancias que ha producido de desecho.  

En la noche: tras una jornada de trabajo es muy útil para hidratar la piel y prepararse para descansar.   

¿Para qué sirve el agua en el cuerpo?  

Es el medio de conducción de todas las sustancias que necesitan las miles de células que componen el organismo. Allí se diluyen parte de las sustancias nutritivas necesarias para el organismo.

El peso corporal del cuerpo está representado por el 60 por ciento en líquido; el agua es el principal disolvente. Es el componente principal de la sangre, medio de transporte de los glóbulos rojos que llevan oxígeno a todas las células del cuerpo.  

Es el componente principal de los procesos de digestión y absorción de los nutrientes de los alimentos.  

Todos los órganos son bañados por medios líquidos; estos proveen el medio en el que fluyen las sustancias para nutrir y eliminar lo que no es necesario. Es el medio a través del cual se eliminan las sustancias tóxicas.  

Dentro del agua se llevan a cabo todas las reacciones químicas del organismo, haciendo una dinámica dentro de un equilibrio hídrico y de elementos fundamentales como los minerales.

No espere hasta tener sed para beber líquidos

- Tome bebidas en cada comida y refrigerio.

- Elija aquéllas que sean de su agrado. Varios estudios demuestran que los niños y los adultos consumen alrededor del 50 por ciento o más de líquidos cuando están aromatizados, en comparación con el agua pura.

- Coma más frutas y verduras; tienen un alto contenido de agua.

- La sed no es una medida confiable de hidratación, este alerta, es un síntoma ya de deshidratación.

- Mantenga siempre una botella de agua o alguna otra bebida en su escritorio, en el carro, en la cartera o en cualquier lugar que le recuerde que debe consumir líquidos.

- La temperatura ambiente es la más recomendada para beber agua. Cuando los líquidos se sirven a temperaturas moderadas (ni demasiado altas ni demasiada baja) existe una tendencia a consumirlos en mayores cantidades. 

- Elija las bebidas que se ajusten a su nivel de actividad y estilo de vida. Si no desea consumir demasiadas calorías, considere la posibilidad de ingerir bebidas de bajas calorías o elabore sus propias bebidas, tenga presente el contenido calórico de las bebidas que ingiere.

REDACCIÓN SALUD