Según estudios de la Defensoría del Pueblo, en Colombia cerca de 16 millones
de personas, habitantes del 80 por ciento de los 1.100 municipios del país, no
reciben agua potable en sus viviendas. (VER TABLA: INVERSIÓN PROYECTADA PARA
AGUA POTABLE EN EL 2009)
Esta crisis de salubridad ha causado otro drama: según el Dane, dos niños mueren cada 24 horas por diarrea, dolencia
que está generalmente asociada al consumo de líquido contaminado.
Pero contrario a lo que podría pensarse, esta tragedia está comenzando a dar
un giro y podría terminar, ya que en al menos cuatro años el ciento por ciento
de las poblaciones nacionales tendría acceso a agua potable.
La causa para que este cambio se esté produciendo se origina en un proyecto
liderado por el Ministerio de Medio Ambiente llamado Planes Departamentales de
Agua (PDA), al que ya se han involucrado 30 de los 32 departamentos.
En pocas palabras, lo que ha logrado este plan es que las regalías que el
Estado entrega a los municipios para que sean destinadas a saneamiento,
finalmente no terminen gastándose en fiestas, remodelaciones de plazas o en
contratos para pagar favores políticos, como siempre ha ocurrido.
Y es que la corrupción en Colombia sobre el tema del agua ha llegado a
niveles extremos. Un informe de la Procuraduría revelado el año pasado indicó
que entre 1996 y el 2003 se desperdiciaron 11,7 billones de pesos que el
Gobierno giró a los municipios para frenar los líos de saneamiento.
Según el Ministerio Público, si esos recursos se hubieran invertido
adecuadamente, los más de 16 millones de colombianos que hoy no tienen agua la
estarían recibiendo. Además, el 95 por ciento de las poblaciones tendría alcantarillado,
una obra que solo está disponible hoy para el 65 por ciento de ellas.
Ese desperdicio récord ocurrió porque el dinero para agua se guardaba en una
partida que se llamaba ‘Propósito General’, que los alcaldes podían gastar en
lo que querían. Como en Apartadó (Antioquia), donde
usaron esa plata para reconstruir unos techos en la plaza de mercado.
Pero desde el 2008 esos recursos quedaron blindados y solo pueden destinarse
a la construcción de un acueducto, de un alcantarillado o en perfeccionar la
conducción del líquido a las viviendas.
“Cada mandatario sabe el monto exacto que le va a llegar cada año para
invertir en agua potable. Entonces, puede planear, endeudarse sobre cantidades
exactas y pignorar o ‘hipotecar’ esos recursos. Eso le permite hacer obras
grandes, de buena calidad, y olvidarse de aquellos trabajos en los que se
ponían un par de tubos que nunca se conectaban y que se instalaban solo para
impresionar y ganar votos”, explica Juan Lozano, ministro de Medio Ambiente.
Lograr esa transformación no fue un esfuerzo aislado o de un día. Primero,
se tuvo que crear un viceministerio de Agua en el
2006 y reformar la Constitución Política para cambiar el funcionamiento del
Sistema General de Participaciones, esto con el fin de que los dineros para
agua y saneamiento llegaran a esta bolsa que funciona únicamente para aliviar
la sed de la gente. A esto se sumó la aprobación de un par de leyes más: la
1.151 y la 1.176, con la que se crearon los Planes Departamentales de Agua
(PDA).
De ahora en adelante, ninguna obra de este tipo se hace aisladamente. Cada
municipio o departamento (que también deben sacar dinero de sus presupuestos
para hacer las obras) define sus prioridades y es asesorado para determinar
cuáles son los trabajos más convenientes. Las contrataciones son públicas, a
través de procesos licitatorios, se publicitan por la web
y son monitoreadas por la Procuraduría y la Contraloría, todo dentro de un
programa llamado ‘Agua transparente: para que no se roben la plata del agua’.
Para el 2009 se tienen planeadas inversiones por 2,27 billones de pesos.
Solo en la región Andina se llegará a los 806 mil millones, en la Caribe a los 1.159 millones y en el Pacífico a 126 mil
millones.
Los únicos departamentos que no se han vinculado a los PDA son Amazonas y
Arauca. De resto, ya son 721 los municipios y 236 las zonas rurales que tienen
un diagnóstico técnico entregado de lo que serían las obras en sus territorios,
en los que se han generado 26 mil empleos directos.
Habitantes de San José del Guaviare tienen menos
sed Después de 30 años de sequía, San José del Guaviare,
una capital departamental, tendrá agua en el 30 por ciento de su territorio.
Allí la inversión llegó a los 8 mil millones de pesos entre acueducto y
alcantarillado.
El líquido podrá llegar a las viviendas durante 18 horas diarias.
Esto lo convierte en el primer municipio de los antiguos territorios
nacionales que logra estos niveles de abastecimiento. Solo falta la
adjudicación de 5 mil millones de pesos, porque la idea es que el ciento por
ciento del municipio tenga agua potable. Esto podría ocurrir antes de que
termine el 2009. “Si esperamos tres décadas para recibir agua en una parte de
la ciudad, no será difícil esperar 10 meses para que llegue a toda la
población”, dijo Óscar López, gobernador de Guaviare.
235.000 millones de pesos asignará Cundinamarca
este año al agua, la cifra más alta del país. Lo siguen Atlántico y Córdoba.
2,7 billones de pesos invertirán en el 2009 los Planes Departamentales.
1.159 millones de pesos irán a la Costa. Antes, este presupuesto no pasaba de
300 mil millones al año.
5 billones de pesos es la destinación proyectada de aquí al 2012 por las
entidades territoriales (municipios y departamentos) para tener agua en sus
viviendas