Párele bolas al adormecimiento de las manos / Le tengo el remedio

Aunque sus manos pueden dormirse por problemas en las arterias, en las venas o en los nervios, voy a dedicar este ratico a hablar de la causa más conocida: el síndrome del túnel del carpo.

Esta afección es una de las quejas más comunes entre las personas que usan sus manos para trabajar. Mejor dicho, casi todo el mundo.

Aprenda. En la muñeca hay un ligamento parecido al pulso de un reloj por donde pasa, en este caso, el nervio mediano, que es el que permite la sensibilidad y el movimiento de los tres primeros dedos de la mano (pulgar, índice y corazón). Este canal, que está en el carpo, se llama túnel del carpo. Fácil, ¿no?

Entienda. El nervio mediano comparte ese espacio con otras cosas; gracias a eso cumple su función sin problema. Hasta ahí no ha pasado nada.

Por qué molesta. Si en ese canal se aumentan la grasa (como ocurre con enfermedades como el hipotiroidismo) o hay desarreglo en los huesos y en las estructuras que están ahí (como ocurre con los procesos degenerativos por la edad), el nervio empieza a quedarse sin espacio; este se aprieta y empieza el problema.

¿Y el trabajo? Con calma. Resulta que cuando la muñeca repite movimientos de extensión o de flexión, como ocurre con modistas, mecanógrafos, operarios de máquinas y gente que trabaja en cultivos de flores, hacen que el nervio mediano roce con el ligamento que, como dije, se parece al pulso de un reloj.

Dolor. Cuando eso pasa el nervio empieza a inflamarse; las primeras fibras que se afectan son las sensitivas, que son las más externas, y aparecen los calambres, sobre todo cuando la mano se queda fija en una sola posición (en la noche, por ejemplo). Eso hace que la gente amanezca con un dolor el macho.

Cuidado. Si a esto no se le para bolas, y la persona sigue trabajando como si nada, además del dolor y el adormecimiento la mano va perdiendo su movimiento y va causando deformidades. Grave, ¿no?

¿Y entonces? Pues hay que prevenir eso evitando los movimientos repetidos; una forma de hacerlo es hacer pausas cada hora, por lo menos; hay que procurar que los puestos de trabajo sean ergonómicos y, ante el primer síntoma, avisar en el trabajo.

¿Se puede tratar? Sí. Cuando los síntomas aparecen es necesario un programa de rehabilitación, usar férulas nocturnas (y diurnas, cuando se necesite). Mientras tanto el médico puede prescribirle analgésicos para disminuir el dolor. A veces, en casos graves, es necesaria una cirugía para romper el ligamento y liberar el nervio.

Por último: cuando tenga sensación de adormecimiento, consulte. No se automedique. Si le dicen que hay que hacer infiltraciones u otros procedimientos, cerciórese de que sea un especialista idóneo. Si considera que es una enfermedad profesional, dígale a su jefe (así se ponga bravo).

CARLOS F. FERNÁNDEZ
ASESOR MÉDICO DE EL TIEMPO