A propósito del
Día Mundial de la Tuberculosis, expertos afirman que nadie está exento de
contraer la enfermedad. Ante los síntomas, la atención debe ser inmediata.
Niños, los de mayor cuidado.
Usted puede estar infectado de tuberculosis y no saberlo. Una enfermedad
pulmonar de mucho cuidado porque es altamente contagiosa y ataca sin distinguir
clase social.
Según el epidemiólogo de la Universidad Icesi, Yoseth Ariza,
“todos somos vulnerables de contraer tuberculosis, por ser una bacteria que se
transmite fácilmente por el aire. No es para estimagtizar
a unos pocos”.
A propósito del Día Mundial de la Tuberculosis
(TB), celebrado el pasado domingo, epidemiólogos e infectólogos
de Cali alertan sobre la necesidad de prevenir la enfermedad, mejorar la red
para el tratamiento de la infección en los centros de salud y estar atentos a
posibles infectados para brindarles ayuda oportuna.
La alarma se dispara en el Valle del Cauca, al ser
el departamento con más casos. De acuerdo con el Sistema Nacional de Vigilancia
en Salud Pública, en 2012 hubo 2059 casos, de los cuales hubo 232 muertes.
En Cali se registraron 1313 infectados, de los
cuales 127 fallecieron, según la Secretaría de Salud Municipal. Y en
Buenaventura se reportaron 302 enfermos.
Pero, ¿cuál es la causa para que el departamento
encabece la lista nacional de infectados?
El doctor Ariza explica
que las personas pueden ser portadoras de la bacteria al inhalar los
microorganismos del aire. Sin embargo, el germen solo se activa cuando las
defensas están bajas.
“En el Valle, la pobreza, el hacinamiento, la
desnutrición, los pacientes con cáncer, VIH, trasplantes de órganos, fallas
renales y diabéticos tienen mayor riesgo de desarrollar la enfermedad”, afirma.
El infectólogo José
Fernando García aclara que “aunque todos estamos propensos a contraer la
bacteria, solo el 5 % de quienes la adquieren la desarrollan cuando las
defensas están alteradas”.
El caso de Buenaventura tiene otra particularidad y es que los puertos
son más susceptibles a recibir bacterias que viajan desde todas partes del
mundo.
El médico salubrista César Moreira, quien ha
realizado investigaciones en esa ciudad sobre TB, manifiesta que “tenemos la
cepa Beijing, causante de la mayor morbimortalidad en
el mundo por TB; es proveniente de China y resistente a los medicamentos”.
Agrega que “la pobreza, que está alrededor de un 80
%, la desnutrición, el hacinamiento y el estrés por falta de oportunidades
favorecen aún más la transmisión”.
Para identificar si hay presencia del bacilo de la
TB hay que realizar una radiografía de tórax, la prueba de PPD o un análisis de
esputo.
Todos los casos deben ser reportados al sistema
nacional de salud, que subsidia el tratamiento de seis meses por tratarse de un
problema de salud pública, sin importar el régimen al que este afiliado el
paciente.
Pero el infectólogo
Fernando Rosso admite que “aunque se han hecho grandes esfuerzos por disminuir
la epidemia, no hay un control suficiente y persisten las fallas para la
detección temprana de la TB”.
El médico José Fernando García dice que todas las
secretarías de Salud municipales deben tener un programa especial para el
tratamiento de la enfermedad.
“Lo ideal es que al menos un 85 % de pacientes se
cure, pero en este momento solo un 70 % se recupera, mientras un 12 % abandona
la medicación; lo grave es que esas personas siguen transmitiendo la
enfermedad”, advierte.
Otro problema es que los programas no tienen medios
de control para obligar a los pacientes a tomar el tratamiento y hay dificultad
en los sistemas de búsqueda de los infectados. “Eso condiciona que no seamos
capaces de controlar la epidemia. El sistema de salud, los médicos y los
trabajadores sociales deberían salir a buscarlos”, dice el especialista.
Para eso, las secretarías de Salud de Cali y el
Valle, en alianza con la FES, el Cideim, la Universidad
Icesi, la Fundación Valle del Lili,
EPS e IPS, conformaron la Red TB Pacífico, con el fin de definir unas rutas
para que la comunidad, las familias y los centros de salud identifiquen y
atiendan a los pacientes.
Liliana Forero, funcionaria de la Secretaría de
Salud Departamental, cuenta que el equipo lanzó un primer protocolo sobre el
Proceso de Atención Integral de Tuberculosis en niños, donde “se estableció que
el padre y el médico son quienes deben sospechar que un menor puede haber
contraído TB, de acuerdo a sus síntomas. En cada casa de un adulto con TB es
obligación realizar las pruebas diagnósticas a los niños que convivan con él”.
Por su parte, Diego Calero, secretario de Salud del
Municipio, señala que “en Cali se está trabajando en mejorar los niveles de
captación de pacientes y hemos tenido una ligera disminución de casos” y
destacó que de la mano de las aseguradoras y las IPS se están mejorando los
tiempos y las cifras de ubicación de pacientes.
La mycobacterium
tuberculosis es una bacteria descubierta por el médico alemán Heinrich Hermann
Robert Koch el 24 de marzo de 1882 y es la segunda causa de muerte en el mundo
después del Sida. Cada segundo una persona adquiere la bacteria.
Según la Organización Mundial de la Salud, es una
patología pulmonar contagiosa que se transmite por el aire cuando quien se
encuentra infectado tose, estornuda, habla o escupe.
Basta con inhalar unos pocos bacilos para
infectarse. Es por eso que nadie está exento de padecerla.
No todas las personas infectadas enferman. El
sistema inmunológico hace que la bacteria se encapsule manteniéndose inactiva
por años. Pero un individuo con inmunosupresión, es
decir, con bajas defensas, tiene mayor riesgo de que se le manifieste y se le
multipliquen los microorganismos por todo el cuerpo sino se controla.
Puede prevenirse con una buena alimentación, una
vida sana, habitar espacios aireados, sin hacinamiento, mejorando la situación
sanitaria y vacunando los niños con la BCG.
En caso de contraer tuberculosis, los especialistas
recomiendan el uso del pañuelo o tapabocas y acudir al médico.
En los adultos los síntomas son muy claros: tos de
más de quince días, fiebre, sudoración, esputo, dolor toráxico, debilidad y
pérdida de peso.
Es necesario acudir inmediatamente al médico para
la realización de las pruebas que diagnostiquen la tuberculosis y recibir el
tratamiento.
No obstante, el peligro es latente cuando un niño
contrae la infección, pues los menores no tienen síntomas específicos para
detectarla, razón por la cual la tasa de mortalidad es alta: entre un 30 % y 40
% de los que no reciben tratamiento muere, y de los que sí lo reciben
oportunamente un 5 % fallece.
Lo anterior se debe a que cuando se descubre la bacteria
esta se ha desplazado del pulmón a otros órganos como el hígado, los huesos o
el cerebro, que es cuando provoca una meningitis tuberculosa que causa la
muerte de más del 80% de los menores.
Según la infectóloga
pediatra Paola Pérez, los niños pueden presentar fiebres esporádicas, pérdida
de peso, no tener ningún síntoma respiratorio o tener simplemente una gripa
común cada cierto tiempo. “Esto hace que cueste más trabajo pensar que tiene la
bacteria, incluso los exámenes que la diagnostican pueden dar negativos”,
afirma.
Del médico depende sospechar tempranamente que un
menor padece tuberculosis: “Hay que revisar cuidadosamente los síntomas
clínicos y los antecedentes, si viene varias semanas enfermo y si hay riesgo de
que haya tenido contacto con alguien contagiado”, asevera Pérez.