Vacunas: el rigor marca sus pasos
Mayo 10 de 2009


Por Carolina Bohórquez R, reportera de El País

De los huevos de gallina saldrán las anheladas dosis para detener la temida influenza.

Las gallinas ponen ‘huevos de oro’ por esta época, cuando persiste el temor a una propagación mayor del nuevo tipo de influenza que ha cobrado en una veintena de países más de 40 vidas.

Lo son porque los huevos fertilizados de estas aves por ser células vivas atraen la atención de las compañías farmacéuticas del mundo. En ellos se puede cultivar el virus que ha provocado la temida variación en los síntomas de la ya tradicional gripa, enfermedad distinta del resfriado y caracterizada por fiebre, tos seca, dolores en la garganta y en el cuerpo, y congestión nasal.

Pero, según los expertos, las primeras dosis tardarán en estar listas de cuatro a seis meses, el tiempo que demora en incubarse el particular cultivo.

Para la influenza estacional (la convencional) no hay una vacuna que pueda evitarle a la población los molestos síntomas por el resto de la vida. Cada año la Organización Mundial de la Salud, OMS, convoca a jornadas de vacunación, aunque la verdad sea dicha, en Cali esa convocatoria es más un ruego para que se presenten los interesados en prevenir un contagio.

Hace menos de un mes se cumplió una jornada en la ciudad y de más de 90.000 dosis que había se quedaron en reserva 10.000, pese a que eran gratis. De allí que las gripas mal cuidadas han terminado en neumonías, enfisemas y asmas, causando la muerte de 211 caleños, en estos primeros meses de 2009 hasta el miércoles pasado.

La razón en repetir anualmente las dosis, dicen algunos investigadores consultados y la Secretaría de Salud caleña, se debe a que la gripa tiene diferentes variantes de sus agentes transmisores llamados cepas. Por eso la OMS cada año está atenta en detectar tres cepas dominantes en el mundo y enviar muestras a los fabricantes de las vacunas para distribuir entre 400 y 700 millones de dosis en todo el planeta.

Estas vacunas, en comparación con enfermedades como la malaria, que afecta a la región vallecaucana por su proximidad con zonas endémicas, una de ellas Buenaventura, implican procesos y tiempos diferentes.

Hallar una cura para la malaria, por ejemplo, es un trabajo muy riguroso, sostiene Sócrates Herrera, director del Centro de Investigación Científica, reconocido por la OMS como centro de referencia en Latinoamérica. En esta investigación el equipo de 40 científicos que lo acompañan lleva más de 25 años y ahora estudia nuevos métodos, entre ellos, exponer los zancudos transmisores a la radiación y luego trabajar con ellos para que no produzcan la enfermedad .

El País presenta, en algunos pasos, el valioso esfuerzo por crear vacunas contra males, como la influenza y la malaria.

Así se trabaja en el Valle para encontrar una vacuna contra la malaria