Vacaciones a prueba de
riesgos
Julio 12 de 2009
’Nada sin riesgo’ es la campaña que la
Policía lanzó en Melgar, para concientizar a los
adultos de supervisar a los niños y tener salvavidas capacitados para
reaccionar.
Fotos: Ablestock
A muchos niños se les ‘fractura’ su descanso por caídas, quemaduras o
intoxicaciones. Prevenir y no lamentar.
Al Hospital
Universitario del Valle, por esta época de vacaciones, el 80% de los niños que
llegan a Urgencias lo hacen por quemaduras, causadas por líquidos hirvientes
como agua o aceite que hieren su dermis e, incluso, los llevan a la muerte.
De
acuerdo con informes de la Secretaría de Salud Pública de Cali, el 30% de los
accidentes de menores de edad ocurre en su temporada más feliz.
Aunque
todos los meses del año las quemaduras son causa frecuente de consulta por
urgencias, entre julio, agosto y septiembre se incrementan los casos de niños
entre los 8 meses y los 2 años que se queman con aguapanela,
agua o chocolate hirviendo, como lo confirma Amanda García Lenis,
enfermera directora del Servicio de Urgencias del HUV.
Pero
si hay algo que ‘fracture’ las vacaciones de los niños, son las caídas. Por
estos días del año, los pequeños de la casa se caen de los árboles, de las
sillas, de las terrazas y en las clínicas se incrementan las urgencias por
fracturas en extremidades superiores e inferiores.
Según
García Lenis, también se dan las intoxicaciones con
medicamentos. “A esta fecha, los niños exploran a sus anchas: toman frascos de
alacenas y cajones e ingieren sustancias extrañas”.
Así,
que aunque los niños están en riesgo todo el año, en vacaciones se incrementan
los casos de quemaduras, fracturas, intoxicaciones o ahogamiento. Y es porque,
dice la directora del Servicio de Urgencias del HUV: “no están al cuidado de
los profesores ni de sus padres -muchos trabajan- y los dejan a cargo de
ancianos sin la energía para cuidarlos, o de empleadas muy ocupadas como para
no descuidarlos”.
Caídas,
las más frecuentes
Pablito, de 4 años, se cayó de una silla, mientras
buscaba unas galletas en la alacena, pero por miedo a la reacción de su mamá,
no le contó nada.
Es
posible que tenga un trauma craneoencefálico. ¿Cómo saberlo, si ellos callan?
Hay unos signos de alarma, para detectar los efectos de un golpe en la cabeza:
dolor de cabeza, vómito y somnolencia.
Lo
principal es no alarmarse ni alarmarlo. Hay que brindarle toda la tranquilidad
que sea posible.
El
papá o la mamá, el que esté más tranquilo, debe inmovilizar el miembro inferior
o superior con un cartón, una regla o algo que le dé una estabilidad a la
fractura y ayude a disminuir el dolor o el edema. Mucho cuidado con
transportarlo inadecuadamente, porque puede causarle por ese solo hecho una
lesión. La forma ideal de movilizarlo es en bloque, con apoyo en la espalda y
en los miembros inferiores. Lo vital es llevar al niño al centro de salud más
cercano.
No
más ahogamientos
El
año pasado, en Colombia, 1.148 niños murieron por ahogamiento: la segunda causa
de muerte en niños y adolescentes, siendo más vulnerables los de 2 a 5 años,
según un informe de Urgencias Pediátricas de la Fundación Valle del Lili. El 25% de los casos conllevan a la muerte y el 50%
deja secuelas neurológicas de por vida.
La
mayoría se da en piscinas residenciales y sin supervisión de los papás. La
Secretaría de Salud Pública Municipal hace un llamado a los padres, para
permanecer pendientes de sus hijos, y a los administradores de unidades y
centros recreativos a tomar medidas como: colocación de barreras protectoras y
el incremento de vigilancia; instalación de cercos, cubiertas protectoras; uso
de alarmas y chalecos salvavidas. En caso de accidente saque al niño de la
piscina, póngalo boca abajo hasta que expulse el agua y llévelo a una
institución de salud de nivel de complejidad como el HUV.
Quemados
por el olvido
No
colocar las ollas en las primeras boquillas, sino en las del fondo. No dejar la
puerta del horno abierta porque los niños se paran allí. No dejarlos entrar a
la cocina. No dejar a su alcance fósforos, alcohol ni encendedores. Por olvidar
esas recomendaciones, hay padres que lloran hoy a sus hijos.
Hay
otro peligro más: hay que estar pendiente de que las perillas de la estufa de
gas estén cerradas, que el niño no las alcance -las
abrirá-. Mejor cierre la llave de gas. En un apartamento cerrado, el simple
hecho de prender el televisor puede causar una explosión. Son muchas las
creencias, pero una sola la solución en caso de quemadura. De nada sirve
aplicarle crema de dientes, cebolla o aceite. Al quemarse, la piel pierde su barrera protectoras y esos productos, que no son
estériles, la infectan. Tampoco hay que vertirle
agua, porque más se profundiza. Sólo cúbrala con un paño muy limpio y lleve al
niño a un centro de salud.
La
casa, territorio minado
Productos
desinfectantes, sustancias químicas y tóxicas, deben mantenerse siempre muy
bien tapados, en sus envases originales y bajo llave, especialmente por estos
días en que los niños andan a sus anchas por la casa.
“Los
niños son los más afectados por los accidentes caseros. Los medicamentos a su
alcance, las tomas y conexiones eléctricas merecen atención (hay dispositivos)
para evitar accidentes en los menores”, afirma Pedro Villamizar,
cirujano pediatra del Centro Médico
Imbanaco. Él pide a los adultos dejar atrás el mal
hábito de guardar sustancias tóxicas, como desinfectantes para pisos, fijadores
o sustancias para el cabello, en envases de gaseosa, que son ingeridas por los
niños con consecuencias graves. Es importante, dice Amanda García Lenis, directora del Servicio de Urgencias del HUV,
“decirles que se deben cuidar, ponerles normas y límites en casa, igual que en
el colegio”.
No
permita que...
Sus
hijos jueguen en las escaleras.
Accedan
a terrazas, ventanas y sitios elevados.
Sus
juguetes estén en sitios donde los niños no puedan alcanzarlos fácilmente.
Las
escaleras no tengan barandas y pasamanos.
Tengan
acceso a armas.
Caminen
descalzos o en medias por la casa.
Jueguen
en la cocina.
Cifras
· 20% de las
urgencias infantiles estos días en las clínicas son por quemaduras.
· 4 casos de muerte
por ahogamiento de un niño en una piscina, es el promedio cada año (desde
2000).
· 60% de las muertes por intoxicación se
redujeron por el uso de tapas de seguridad en los medicamentos.