Urge
una política nacional en CT+I:
comunidad científica
Los
foros y la opinión calificada respecto del panorama poco promisorio de la
investigación científica en el país se multiplican y redundan en datos, hechos
y escenarios poco halagüeños, y contrastan con el mutismo que ha observado el
alto gobierno en la materia.
Así
por ejemplo, en una reciente columna de opinión Rafael Orduz
llamaba la atención sobre el hecho cierto según el cual si bien el país ha
crecido, exporta y atrae inversión, a la vez sigue sin invertir mayor cosa en
la calidad de la educación ni en rubros como investigación y desarrollo.
"Lo
que hay detrás son realidades ineludibles", decía, y señalaba que mientras
el quintil más pobre de la población colombiana cuenta con seis años de escolaridad
y el más rico con diez, y que mientras Corea registra 11,9 años de escolaridad
por habitante, invierte en investigación y desarrollo el 3,8% del PIB y
registra 133.000 solicitudes de patentes de parte de residentes, Colombia
apenas invierte el 0,16% del PIB y registra 133 solicitudes de patentes.
"Colombia
debe apuntarle a ser reconocida por innovadora. Si no es así, seguiremos a paso
de mula", sentenció (elespectador.com, 19 de noviembre de 2012).
Insostenibilidad
Según el profesor Moisés Wasserman, los indicadores
de la producción científica han seguido subiendo pero el esfuerzo no ha sido
sostenible porque el financiamiento para proyectos de investigación está
frenado, y aunque considera que los recursos provenientes de las regalías
podrían en parte suplir el faltante, uno de los problemas es que están muy
orientados a proyectos de término próximo, limitados regionalmente, lo cual,
afirma "realmente no reemplaza a una política nacional activa de financiamiento
de la ciencia".
Política que reclama con insistencia y urgencia la
comunidad científica del país cuanto más se acrecienta el desconcierto y la
sensación de que las cosas no andan por buen camino en un momento en que se
pensó que sí y que el impulso al desarrollo científico y tecnológico estaba
despejado por la nueva legislación, la reorientación de Colciencias
y la destinación del 10% de las regalías para esos rubros.
El desconcierto —explica el ex rector de la Universidad
Nacional— puede que se origine en la novedad del mecanismo de las regalías,
pero sobre todo con la forma como se diseñó el proyecto mismo, que sus
defensores han promovido como una manera de buscar equidad.
El mecanismo de generación de proyectos de investigación por regalías tiene
algún nivel de complejidad, observa Wasserman, pero
lo que es muy evidente, advierte, "es que la capacidad decisoria de los
proyectos está sobre todo en los gobernadores, mucho más que en el campo
científico, mucho más que en Colciencias".
Wasserman, quien participó en
el foro sobre políticas de ciencia, tecnología e innovación que organizó en
Medellín la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales
Capítulo Antioquia y la Sede de Investigación Universitaria, plantea que para enrutar el camino es necesario que se reúnan los distintos
sectores interesados y piensen "con apertura, con tranquilidad, con
generosidad, en una política nacional mucho más que en resolver problemas de
carácter puntual".
De lo contrario, coincide en que la locomotora de la
innovación proyectada por el Gobierno, que está directamente relacionada con la
investigación, con la ciencia y la tecnología, se vendrá al traste con las
aspiraciones de que se convierta en estrategia de desarrollo económico y de
competitividad del país.
Pero, eso sí, espera de parte del Gobierno oídos abierto
a las reflexiones y advertencias de la comunidad académica científica.
"Realmente creo que no ha habido interlocutores
ilustrados en el alto Gobierno infortunadamente, pero por algunas manifestaciones
del nuevo ministro de Hacienda pareciera ser que él tiene una sensibilidad
importante por el tema y ojalá se convierta en un
interlocutor ilustrado", dice.
Recomendaciones
Contrario a lo que sostienen algunos colegas, el profesor Nelson Porras, de la
Universidad del Valle, afirma que el país necesita muchos más doctorados. Por
lo mismo recomienda, como lo recomendó la Comisión de Sabios para la
modernización del país a principios de los años 90, que el gobierno colombiano
aumente el porcentaje del PIB para incentivar la ciencia, la tecnología y la
innovación.
Tras haber obtenido su formación doctoral en Brasil,
sugiere que Colombia debe emular al coloso suramericano, que ostenta la mayor
producción científica en Latinoamérica y se erige como una de las diez primeras
economías del mundo.
"En Brasil crearon verdaderas ciudades
universitarias, trajeron científicos de otras partes del mundo, engancharon los
mejores profesionales graduados en las propias universidades de tal manera que
se preparó en el tiempo para poder ser lo que es ahora", dijo.
Al comparar lo que ha venido sucediendo en Colombia
critica que hoy, con la ley de regalías, se quieran cosechar frutos sin haber
sembrado, abonado y cuidado suficientemente el terreno.
En tal sentido, propuso que para mejorar los indicadores
de inversión en ciencia, tecnología e innovación la ley de regalías debe
reformularse y las comunidades científicas tienen que insistir en
planteamientos serios que incidan en un cambio de visión del Gobierno.
"Debemos hacer conciencia en las sociedades
científicas de la necesidad de participar en el desarrollo de la vida del país,
no solo con nuestros aportes al conocimiento sino también con nuestra
conciencia y voz permanente en la construcción de una política de Estado sobre
ciencia, tecnología e innovación", dice el profesor de la Universidad del
Valle.
Al tiempo que planteó que el Gobierno tiene que
garantizar la educación superior pública gratuita, Porras insistió en que la
ley de regalías tiene que modificarse, para que Colciencias
destine un porcentaje con dedicación específica al desarrollo científico del
país "basado en la proyección del crecimiento de programas de posgrados,
en el aumento de la solicitud de becas de posgrado, así como el crecimiento del
número de proyectos de investigación presentados en las diferentes
convocatorias".
Reiteró en que es preferible que el mayor número de
estudiantes se doctoren en Colombia, con pasantías en el exterior, pero pasando
el mayor tiempo en el país para ayudar a la consolidación de los laboratorios y
de los grupos e institutos de investigación, pilares del desarrollo del capital
humano científico y tecnológico.
"En los últimos años en nuestro departamento de
Física, 70 estudiantes que pudieron haber continuado su formación científica
han emigrado al exterior por falta de recursos, por falta de becas para
continuar con nosotros. Estos países a los que han emigrado les ofrecen las
condiciones de trabajo", dijo el profesor de la Universidad del Valle.