Un virus que no duerme

La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de elevar a grado seis -o sea, el de pandemia- el nivel de alerta por el virus AH1N1, que ya hace presencia en 74 países. Una alarma que no se presentaba hace 40 años. La directora del organismo, Margaret Chan, advirtió que esto no quiere decir que el virus sea más peligroso, o que mucha gente vaya a caer gravemente enferma. El caso es hacer sonar la alarma. Ante esta decisión, el Ministerio de la Protección Social ordenó tratar en Colombia todos los casos de gripa severa como sospechosos.

Desafortunadamente, para Francy Arias, una joven y humilde madre de 24 años, que vivía en el sur de Bogotá, la medida llegó tarde. Ella falleció el pasado 4 de junio, luego de presentar los síntomas, al parecer por casi un mes. Y se comprobó que su esposo y su hijo eran portadores. Todo indica que a Francy la trataron en la EPS Cruz Blanca como si tuviera una simple gripa, hasta que se agravó y falleció en el hospital de Meissen, como consecuencia de una neumonía severa, ocho horas después de ser llevada por su desesperado marido, que la vio casi agónica. A Cruz Blanca, según se informa, la pareja había acudido en tres oportunidades en busca de atención médica, donde se le habían administrado simples paliativos para la gripa y no se tomó ningún examen, a pesar de tener alta fiebre, tos persistente, pérdida de peso y falta de apetito.

¿Descuido? ¿Negligencia? ¿Falta de conciencia sobre las alertas que a diario se divulgan sobre la AH1N1? Las investigaciones que están en curso lo establecerán. Pero, a primera vista, no hubo la suficiente y oportuna atención para Francy, quien se lleva la triste marca de ser la primera víctima mortal en Colombia por la pandemia global. De haberse descubierto a tiempo que estaba contagiada, seguramente hoy no habría dos huérfanos de 8 y 4 años.

La nueva gripa, como lo advierten los expertos, es moderada. Se han reportado en el mundo 28.774 casos y han fallecido 144 personas. Su nivel de mortalidad es de 0,1 por ciento. Pero no se puede bajar la guardia. En Colombia hay un paciente en cuidados intensivos y 35 casos. El virus está entre nosotros y requiere, no solo que la ciudadanía adopte todas las prevenciones, sino que la red de salud nacional no baje la guardia, que se respeten los protocolos y que se mantengan las alarmas encendidas. Es más mortal la negligencia que el virus. Colombia ha sabido actuar, la divulgación de recomendaciones ha sido amplia, la Secretaría Distrital de Salud de Bogotá ha sido un buen referente internacional, pero si estamos durmiendo con el enemigo, lo más aconsejable es mantener un ojo, o los dos, abiertos.

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