Universitarios de Medellín consumen más sustancias psicoactivas de lo que se cree

Un estudio en el que participaron 13 entes de educación superior de la capital antioqueña, reveló que las sustancias más consumidas son el café, el cigarrillo, el alcohol y la marihuana.

Un estudio en el que participaron 13 entes de educación superior de la capital antioqueña, reveló que las sustancias más consumidas son el café, el cigarrillo, el alcohol y la marihuana.

Así quedó consignado en el documento 'La vivencia universitaria y el consumo de sustancias psicoactivas', que está condensado en el libro De viaje en U, publicado por el Fondo Editorial de la Fundación Universitaria Luis Amigó y presentado ayer en Medellín.

Allí, a través de los testimonios de cerca de 600 estudiantes, se estableció que para ellos la universidad significa el paso de la juventud a la adultez y que, en esa medida, es allí donde se consolidan los hábitos de consumo de esas sustancias.

Según el estudio, las más consumidas en las universidades de la ciudad son el café, el cigarrillo, el alcohol y la marihuana.

Según la coordinadora de la Red para la Investigación, Formación y Prevención del consumo en el Ámbito Universitario (Red Unir), Gloria Castañeda, si bien la mayoría de los universitarios que participaron en la investigación ya habían probado una o varias sustancias psicoactivas en la secundaria, es en la universidad donde ese consumo se diversifica a otras sustancias y aumenta su frecuencia.

Además, arrojó un dato revelador: todos los estudiantes encuestados son consumidores de al menos una sustancia psicoactiva, sea legal o ilegal.

Sin embargo, Castañeda hizo énfasis en que el perfil de la mayoría de los estudiantes no constituye el de un consumidor problemático o compulsivo, pues normalmente se reúnen para conversar o departir y de allí surge el consumo de las sustancias.

"Lo importante es que no se reúnen con el objetivo específico de consumir. Esa sí es una actitud de un individuo problemático" señala.

Además, hizo énfasis en que las campañas de las universidades para prevenir el consumo no están llegando a sus estudiantes, y que estas instituciones tendrán que trabajar mucho para establecer mecanismos y lenguajes que les lleguen a sus alumnos.

JUAN DIEGO URREA U.
CORRESPONSAL DE ELTIEMPO
MEDELLÍN