Universidad con ánimo de lucro,
un engaño para la comunidad estudiantil
Francisco
Piedrahíta, rector de la Icesi,
rechaza la reforma a la Ley 30 de Educación Superior, que legalizaría las
universidades con ánimo de lucro.
El
rector de la Icesi, rechaza la reforma a la Ley 30 de
Educación Superior, que legalizaría las universidades con ánimo de lucro.
¿Qué diferencia la universidad sin ánimo de lucro de
aquella con ánimo de lucro?
La
diferencia central es la distribución de excedentes. La universidad sin ánimo
de lucro no tiene dueños, es dueña de sí misma y, si tiene excedentes, por ley,
deben reinvertirse en la misma universidad, mientras que la universidad con
ánimo de lucro tiene dueños o accionistas que hacen una inversión para obtener
unas utilidades, como en cualquier otra empresa.
¿Por qué no es conveniente la reforma a la Ley 30 de
Educación Superior?
He
estudiado casos en Estados Unidos, Chile, México y Brasil, pero sobre todo en
EE. UU. porque esas universidades funcionan como
empresas sociedades anónimas y publican su información. Y el Congreso ha sido
más estricto y se generan escándalos por ello. El último gran escándalo fue
esta semana cuando la Fiscalía General y cuatro estados de ese país demandaron
a una de estas empresas (universidad con ánimo de lucro) por fraude de US$13.000 millones, cifra superior al presupuesto de toda
la educación en Colombia.
¿Qué logran esas universidades?
Los
resultados son muy buenos en dividendos para las empresas, pero muy malas en
calidad para la población estudiantil: tienen tasas de deserción muy altas y
las de graduación son muy bajitas, los egresados no consiguen trabajo y no tienen
cómo pagar los créditos de estudio. La semana pasada vino el rector de la
Universidad Fluminense y habló mal de esta experiencia en Brasil. En México es
a bajo costo para estudiantes pobres y ofrecen programas de estudio de muy mala
calidad. Y las revueltas en Chile están relacionadas con las universidades con
ánimo de lucro, que allá son ilegales. Y se complica más porque descubrieron
que, como la universidad es sin ánimo de lucro, le montan una empresa que se
vuelve dueña de los activos de la universidad y le prestan servicios y así
sacan las ganancias y luego parten entre los dueños y los políticos.
¿Por qué es tan mala la universidad con ánimo de lucro si
la competencia en el libre mercado es buena?
Los
economistas coinciden en que la ley del mercado no funciona cuando se trata de
bienes públicos y si hay externalidades positivas o
beneficios para todos. Y porque hay una asimetría en la información, es decir,
que el proveedor sabe muchísimo más que el comprador sobre lo que éste compra.
Y cuando se compra educación universitaria, ésta no se da en uno o dos días
sino en cinco años y sus logros se ven a lo largo de la vida. Esta
desinformación se debe a que las universidades con ánimo de lucro invierten más
en publicidad y mercadeo, tienen una fuerza de ventas reclutando jóvenes, así
que es muy fácil ganar estudiantes con cuentos, hay una tendencia o
probabilidad de engaño.
Mencionemos un ejemplo...
Mientras
en Icesi, por ejemplo, gastamos el 4% del presupuesto
en mercadeo, una universidad con ánimo de lucro en EE. UU. gasta
el 25%. En internet hay un video de un ex directivo
de una de estas empresas contando muy tranquilo que sólo el 10 o 20% lo
invierten en profesores y el 25% va a mercadeo. Cuanto el periodista lo
confronta, responde que eso qué importa, si cuando se compra un perfume, ¿acaso
solo el 10% del precio no corresponde al contenido, y el resto es publicidad?
Por eso digo que ellos son vendedores de ilusiones.
Una de esas universidades es la de Phoenix. ¿Cómo
funciona?
Es
universidad con ánimo de lucro más grande en EE. UU. está
en la bolsa, y aunque en ese país todo es con todas las de la ley, invierte
sólo la séptima parte de lo que invierte Icesi por
estudiante, que es en Colombia y en la provincia, pero invertimos siete veces
más. Eso sí, Phoenix cobra el doble de lo que Icesi
cobra, así que el negocio es redondo. Es más, ganan el 60% neto sobre el
patrimonio invertido, el triple de lo que ganan en promedio las grandes
empresas norteamericanas.
¿Esta reforma sería dar una patente de corzo a las
universidades piratas?
En
Colombia hay universidades con ánimo de lucro, sólo que sin decirlo, como en
Chile. Algunas personas, ante la propuesta de reforma a la Ley 30,
olímpicamente responden que ‘si ya las hay, legalicémoslas, sincerémosnos
y pongámoslas a que paguen impuestos’. Con ese cuento podemos arreglar todos
los problemas del país: si hay gente que roba, pues legalicemos el robo, o si
hay gente que mata, legalicemos el crimen. Esa disculpa es horrible. El Estado
debe es preocuparse de que las universidades con ánimo de lucro se vuelvan
universidades de verdad y exigir que reinviertan sus utilidades en educación,
no para los accionistas.
¿La reforma sería un retroceso a las medidas de cualificación tomadas por el mismo Gobierno y el MEN?
La
década pasada fue sostenida de mejoramiento de calidad de la educación
superior, desde que estableció el registro calificado, la acreditación, las
pruebas Ecaes, ahora Saberpro,
el observatorio laboral para el seguimiento a los egresados, Colciencias fortaleció su evaluación de la investigación, y
una serie de medidas que buscaban mejorar la educación superior, pero esta
reforma iría en contravía.
¿Hay algún caso en Colombia?
El
Politécnico Grancolombiano, que ya entró en la red de la multinacional Whitney y el único resultado es cuánto le entra de flujo de
caja a la universidad y a los accionistas, en vez de mostrar logros académicos:
cómo les va a los graduados; no hablan de deserción escolar ni de incorporación
laboral. Se cambia el paradigma de calidad académica, el de la década pasada,
donde las universidades del país hicimos un esfuerzo y el Gobierno
exigiéndonos, por el paradigma de las ganancias.
Se pierde en investigación...
El
ánimo de lucro desfigura la esencia de la universidad porque no le importa la
investigación, que es la gran misión de toda universidad en todas partes. En la
Universidad de Phoenix, cuyos dueños son los accionistas de la empresa Apollo, no gastan un peso en investigación, eso no está en
su agenda.
¿Eso en qué se traduciría?
En
que no van a abrir programas como biología, química, geología, ni de
humanidades o ciencias sociales, porque eso requiere mucho laboratorio, mucha
investigación, mucha inversión y tienen poca demanda, y así no da dividendos.
Entonces van a montar programas baratos de tiza y tablero y de mucha demanda.
Eso es gravísimo porque no vamos a tener profesionales en áreas que el país
requiere, así sea en cantidades reducidas. Por eso la universidad es un bien
público, y esa es la gran preocupación de las universidades oficiales como la
del Valle y que compartimos,y
es que esta reforma desfigura la esencia de la universidad, porque desaparece
como bien público y aparece como vendedora de títulos.
Le preocupa el tema del mercado...
Y
le está hablando un hombre de empresa, que cree en el mercado, pertenece a
juntas directivas, pero hay sectores donde el mercado no funciona y la
educación es uno de ellos. En Icesi hay muchas
empresas de la región que invierten, pero donando recursos, porque creen que
eso mejora el entorno, a la población, a la ciudad, a sus empresas porque van a
estar en una comunidad más sana y más próspera, y además van a tener
profesionales calificados, pero no son accionistas a la espera de ganancias
netas o utilidades en efectivo, sino de resultados de investigación y de
docencia en el mediano y largo plazo.