Una crisis mundial
Febrero 08 de 2010
De acuerdo con la
Organización Mundial de la Salud, existen cinco factores que han causado las
dificultades por las que pasan los sistemas de salud en el mundo.
Para
la OMS esta crisis se manifiesta en que la mayor parte de los recursos se
orientan a atender a los más pudientes. A que un gran número de personas tiene
que comprometer su patrimonio para atender problemas de salud, a una medicina
fragmentada, sin visión integral, en la que los “especialismos”
se vuelven dominantes y al hecho de que la mayor parte de los recursos se
concentran en la curación en detrimento de la prevención y la promoción.
La
Organización ha constatado que todos los modelos de sistemas de salud
existentes en el mundo, los totalmente públicos, la combinación de sector
privado y público, y los de predominio del sector privado, pasan por
dificultades. Pero destaca a algunos de la Unión Europea como los más eficaces
para brindar servicios a la totalidad de la población, entre ellos los de
Francia, Italia, Austria y España.
Según
el informe, el desarrollo es una condición necesaria para la existencia de
buenos servicios de salud. Las sociedades que gozan de economías con buena
oferta de empleo estable están en mejores posibilidades de brindar mejores
servicios de salud, ya que cuentan con una base más amplia de contribuyentes al
sistema. Asimismo las que comprenden que la salud es un derecho que debe
prestar el Estado, en las que el gasto en salud pública puede superar el 10%
del PIB, como sucede en Francia.
El
modelo francés, en el que cerca del 90% de los servicios es prestado por el
Estado y sólo un 10% por el sector privado, ha pasado bien por la prueba de
varias crisis internacionales y continúa siendo un ideal para muchos países
europeos. Al otro lado está el sistema estadounidense, con altísima
participación privada y un completo fracaso en la cobertura universal del
servicio de salud, por lo cual se recomienda evitarlo si se quiere afrontar con
éxito la crisis en la salud pública.
En
términos generales, la OMS aconseja fortalecer la atención primaria en salud y
orientar los sistemas a la prevención y a la promoción, antes que a la
curación. Igualmente que ciertas enfermedades catastróficas y de altos costos
deben contar con seguros que puedan adquirir las empresas, las instituciones o
los ciudadanos, para evitar inequidades en el gasto público.
También
se alerta sobre las consecuencias que ha de causar la reciente crisis
financiera, sobre todo en los países en desarrollo. El aumento de la pobreza
necesariamente significará una disminución en la inversión en salud, sumiendo a
los diferentes sistemas, en especial a aquellos totalmente dependientes de los
contribuyentes, en crisis financieras que afectarán los servicios. De la misma
manera, el calentamiento global con su efecto en la expansión de enfermedades
como la malaria, obligará a mayores gastos, sobre todo en el área de
investigación y desarrollo de nuevos medicamentos, lo cual no se le debe dejar
exclusivamente al sector privado.
En
resumen, la salud está enferma en el mundo y requiere de reformas urgentes.