La primera vez que salió al
aire, hace dos semanas, Carmenza Posada creyó que se
iba “a morir del susto” delante de cientos de televidentes que la seguían en
vivo y en directo en varias regiones del país. Entre sus planes no estaba
volverse presentadora.
Hasta hace tres meses estaba
dedicada a dar clases en el campus de
Pero no solo cambió cinco
años de clases presenciales por un espacio en
televisión. También tuvo que irse de Manizales a Bogotá: a las afueras de la
capital están los recién estrenados estudios de televisión de Edupol, la empresa que –en alianza con universidades–
ofrece educación superior ‘polimodal’ en 112
municipios.
“Hay cosas muy difíciles,
porque uno está acostumbrado al contacto directo.
Por la cara que ponen sé si
están entendiendo o no. Ahora no puedo contar con eso”, confiesa Carmenza. Las dudas de sus alumnos le llegan en tiempo real
y por Internet con ayuda de profesores auxiliares. Hasta 900 alumnos a la vez
Son 7.116 las personas que desde el año pasado cursan 19 carreras con el método
de Edupol. La parte académica corre por cuenta de las
instituciones socias:
La empresa monta equipos de
transmisión satelital en cada lugar y adecúa los
salones con pantallas y computadores conectados a Internet. En cada clase
podría haber hasta 9.000 estudiantes, aunque hasta ahora la más demandada ha
reunido a 900.
María Elena Bonivento, de 36 años y empleada de una tienda de
porcelanas de Riohacha (
María Elena desembolsa
130.000 pesos al mes y Edupol le ofrece financiación
si no puede pagarlos.
“Al muchacho lo mantenemos en
su lugar de origen, porque de 100 personas que se van a estudiar a una ciudad,
tal vez vuelve una. Además, el costo es mínimo, comparado con lo que podría
costar cada programa en una universidad presencial”, apunta Carlos Franco Amastha, el barranquillero detrás de Edupol.
Franco comenzó vendiendo
cursos de inglés y hoy tiene a más de 100 mil brasileños estudiando con el
método de Edupol/Eadcom.
Estrellas de
Los maestros-presentadores
brasileños son literalmente estrellas de televisión a quienes les piden
autógrafos en la calle. Debinson Cabrera Cruz,
docente de matemáticas de
“Hay que saber controlar el
tiempo: si levantan un dedo, me faltan 10 minutos. También hay marcas para
saber dónde me tengo que parar. El truco es ser uno mismo”, recomienda el
profesor.
Edupol ha
crecido 47 veces en un año en número de alumnos –empezaron 150–, así que el
profesor de matemáticas no está lejos de empezar a firmar autógrafos también.
Al atardecer comienza el
ajetreo en los siete estudios de televisión de Edupol,
a las afueras de Bogotá.
Fotos: Diego Santacruz / EL
TIEMPO