JOSÉ ALBERTO MOJICA P.
REDACCIÓN VIDA DE HOY Por el tamaño de las cajas y por la forma de las pastillas
reconoce con exactitud, uno a uno, los ocho medicamentos que debe tomarse
diariamente para que su organismo no rechace el riñón que le trasplantaron hace
siete años.
Encima de un televisor a blanco y negro que nunca ha encendido hay varias
fotos suyas, de niña, al lado de una placa de cristal que le dieron en el
colegio como reconocimiento a su esfuerzo personal.
“Esos decretos de emergencia social no nos afectan, casi que nos matan”,
dice, mientras explica que su EPS no le quiere dar los medicamentos por ser de
alto costo.
Por eso, ahora le parece inconcebible que a todos los problemas que ya
existen en el sistema oficial de salud le pongan más barreras, que a ella le
huelen a muerte.
Greissy Andrea Vivas tiene 24 años y es ciega de
nacimiento. Cuando tenía 12 le diagnosticaron una falla renal aguda, pero como
sus padres se quedaron sin empleo no tuvieron cómo pagar la mensualidad de la
EPS. La falta de atención la obligó a un trasplante de riñón que le donó su
mamá.
Greissy estudia tecnología en sistemas, pero tuvo
que volverse experta en el área jurídica. A pocos meses de su trasplante, en el
2004, interpuso la primera de varias tutelas para que le autorizaran
medicamentos fuera del Plan Obligatorio de Salud (POS) que hoy en día cuestan
unos cuatro millones de pesos.
En la casa, Greissy y su mamá están desempleadas.
Su papá conduce un camión.
Ahora lo que le preocupa es que, de quedar vigentes los decretos, los
médicos dejen de recetarle los medicamentos que necesita, por miedo a recibir
una multa. Dice que sería imposible comprarlos por su cuenta y explica que si
deja de tomarlos tendría que volver a diálisis y así no podría trabajar.
Mensaje al Presidente También teme que le cambien la categoría a su
enfermedad y que le den medicamentos genéricos poco efectivos.
“No puedo pasar un solo día sin medicamentos. Y si no tengo con qué
comprarlos, ¿me muero entonces?”, cuestiona.
“Si entran en vigencia los decretos sería imposible que entregaran las
medicinas oportunamente porque habría un comité técnico-científico para todas
las EPS. Y mientras deciden si dan o no las medicinas, ¿me muero?",
enfatiza.
Además, recuerda que es ciega y que le quedaría muy difícil moverse por los
juzgados de Bogotá poniendo nuevas tutelas.
Y concluye: “Yo le diría al Presidente Uribe que no piense en dinero sino en
la vida de sus compatriotas; que piense que uno de esos pacientes puede ser
familiar suyo; nosotros somos su familia, somos su responsabilidad”.
Milton Días / EL TIEMPO.
CALI Los siete meses que lleva esperando un trasplante de médula ósea no le
quitan la sonrisa a Natalia Carabalí. Pero sabe que si hay demoras su anemia aplásica se convertirá en leucemia y no habrá garantía para
cumplir su sueño de ser pintora.
“Quiero que me hagan el trasplante rápido para salir adelante”, dice a sus 9
años. Su abuela Carmen, espera que un nuevo fallo judicial surta efecto para
que en 30 días la EPS asuma el procedimiento. “Nos dicen que se necesita 40.100
dólares, ¿de dónde los vamos a sacar?”, exclama.
El de Natalia es uno de los tantos casos que a diario atiende Funcáncer, institución que da la atención inicial a quienes
no cuentan con seguridad social. Por eso, sus directivas lanzan un S.O.S por los niños con cáncer.
“Se han corregido temas como el de los medicamentos para el cáncer que no
están incluidos en el POS, pero que un comité técnico desde Bogotá sea el que
autorice las formulas, resulta inaceptable”, dice Margarita Quintero, pediatra hemato oncóloga de Funcáncer.
Y para la directora de la fundación, María Cecilia García, “la falta de
acceso a medicamentos de alto costo es casi como aplicar la eutanasia pasiva
para estos niños”.