Trabas a investigación de plantas medicinales

Nov. 10 de 2012

Por:Jeinst Campo Rivera, Unimedios

Las cerca de cinco mil especies de plantas medicinales del país que tienen potencial de uso farmacéutico, cosmético y alimentario no han podido estudiarse con eficacia debido a barreras institucionales impuestas a la ciencia.

El acceso a los recursos genéticos para el desarrollo científico y la creación de nuevos productos al servicio de la humanidad se ve limitado por las innumerables barreras que entidades oficiales ponen a los investigadores. Estos obstáculos pueden, incluso, limitar la competitividad del país frente a los tratados de libre comercio suscritos con diversas naciones.

Pese a los intentos para contar con una normativa que proteja los recursos genéticos y contribuya a fortalecer la investigación, Colombia sigue negando permisos ambientales y patentes en grandes proporciones, sin que se debatan a fondo las implicaciones que esto puede traer para el desarrollo del país.

Según la Superintendencia de Industria y Comercio, en los últimos doce años solo se han concedido 5.456 patentes de 18.791 solicitudes atendidas en la Oficina Nacional de Patentes e Invenciones. Se han negado 8.685 y archivado 4.037, es decir, el 67% no ha logrado adquirir la licencia. Las otorgadas a plantas medicinales son mínimas.

A esto se suman los exagerados periodos requeridos para conceder un permiso ambiental y una patente. Estos superan, incluso, los dos años de estudio, un amplio plazo que pone en jaque el arduo trabajo de los científicos nacionales.

Estos aspectos, según el profesor Manuel Sánchez Salvador, director del grupo de investigación en Plantas Medicinales de la Universidad Nacional de Colombia en Palmira, se convierten en el talón de Aquiles de un sector prometedor, que hoy no puede avanzar científica ni económicamente.

“Hay una normativa vigente sobre la adquisición de recursos genéticos para la ciencia que restringe tajantemente el acceso a estos vegetales, indica.

¿Normativa archivada?

El 2 de julio de 1996, la Comunidad Andina, por medio de la Comisión del Acuerdo de Cartagena, aprobó la Decisión 391 (Régimen Común de Acceso a Recursos Genéticos), que establece la soberanía de los países sobre su uso y aprovechamiento.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los Estados deben proteger el derecho a la alimentación (y el de la propiedad), tomando medidas para asegurar que la acción de las entidades privadas no afecte negativamente el acceso de otros a los recursos y deteriore así su capacidad para obtener los alimentos.

Sin embargo, el profesor Sánchez dice que, a pesar de la existencia de leyes que regulan el acceso a los recursos genéticos para la ciencia, en el país falta visión para avalar programas de investigación que permitan aprovechar nuestra naturaleza. Por el contrario, se introducen avances de otros lugares que bien podrían haberse desarrollado en nuestro propio contexto.

“Poseemos cerca de cinco mil especies de plantas cuyo potencial no se ha podido explotar eficientemente. Aunque se trabaje hoy en garantizar su acceso genético, los productores tardarán mucho tiempo en aprovechar esta biodiversidad; tiempo que otros países ya habrán utilizado en investigar y entrar en nuestro mercado con productos novedosos”, dice.

Brasil y China, ejemplos

Los expertos del grupo en Plantas Medicinales señalan que Brasil y China –entre los países más biodiversos del mundo– cuentan con la ayuda del Estado para acelerar los procesos científicos, lo que les permite crear conocimiento a gran escala. “En Brasil hay una política de Estado que concede a las universidades procedimientos más ágiles y fáciles para investigar”, afirma el docente.

Para Shaoping Li, profesor del Instituto de Ciencias Médicas Chinas de la Universidad de Macau, el acceso a recursos genéticos y la solicitud de patentes en su país no es un asunto que les preocupe a los científicos, pues los procedimientos son sencillos, se orientan a conservar especies y a estudiar nuevos productos.

“Con relación a patentes y propiedad intelectual estas son aplicables para la elaboración de medicamentos, pero, a nivel básico, las plantas medicinales no son propiedad de alguien. Hay ciertas especies que se han usado demasiado y están desapareciendo. Pero es a través de su conocimiento como se puede estimular su siembra entre los agricultores” afirma.

El investigador de la UN concluye: “Es necesario que en el país se definan los protocolos y procedimientos para acceder a los recursos genéticos, pues la normativa actual no lo facilita. No hay claridad sobre qué entidades conceden los permisos, a quiénes se les permite investigar y cuáles son los procedimiento”.