Tres de cada 10 estudiantes han bebido en el colegio, revela encuesta

Por: YOLANDA GÓMEZ- SUBEDITORA BOGOTÁ | 8:50 p.m. | 14 de Enero del 2012

Muestra que solo 10 de cada 100 que han probado alcohol, drogas y cigarrillo se alejan de estas.

Una encuesta sobre el consumo de alcohol, cigarrillo y drogas ilícitas acaba de prender las alarmas sobre un grave problema de salud pública que se cierne sobre los estudiantes de los colegios públicos de Bogotá.

Para el caso del licor, los resultados de consumo, de entrada, son reveladores: 9 de cada 10 estudiantes de los grados 10 y 11 de los colegios públicos y por concesión de la ciudad han consumido bebidas alcohólicas alguna vez en su vida y 8 de cada 10 registran consumo reciente. Las conclusiones sobre el cigarrillo no son menos alarmantes: 5 de cada 10 han fumado alguna vez, y 3 de cada 10 lo siguen haciendo.

Para los investigadores, lo preocupante de las cifras es que se refieren a jóvenes menores de edad, cuyas edades oscilan entre los 15 y los 17 años, aunque predominan los de 16, y a que el estudio representa a los 112.031 estudiantes que el año pasado estaban matriculados en los grados 10 y 11 de la educación pública.

El estudio fue realizado por el Instituto para la Investigación Educativa y el Desarrollo Pedagógico (Idep), que contrató a la empresa Wireless & Mobile para aplicar los cuestionarios en dispositivos móviles electrónicos, entre octubre y diciembre del 2011. Fueron encuestados 6.567 estudiantes, hombres y mujeres, de 167 colegios que, según el Idep, representan a todos estratos y a las veinte localidades de la ciudad.

Después del licor y del cigarrillo, lo que más consumen los estudiantes es marihuana. Catorce de cada 100 reconocieron haberla probado alguna vez, mientras nueve siguen consumiéndola.

El estudio evidencia la aparición de una sustancia que está tomando fuerza entre los jóvenes: el dic o leydis, que ha sido probada por 11 de cada 100. Cinco de ellos la siguen usando. Se trata de cloruro de metileno, un producto que se utiliza comúnmente para limpiar equipos de cómputo, de venta libre en las ferreterías, y que los estudiantes se untan en los brazos para olerlo.

El estudio, que apenas está en proceso de análisis, confirma que la mayoría de los estudiantes (72,9 por ciento) llegaron al consumo de alcohol, cigarrillo y otras drogas por curiosidad. Un porcentaje menor (32 por ciento), por influencia de los amigos.

Consumen en el colegio

Para la coordinadora del estudio, Blanca Yolanda Sierra, lo preocupante es que, más allá del motivo de llegada, solo el 10 por ciento se aleja de estas sustancias adictivas, después de probarlas. Además, 24 de cada 100 encuestados presentan un consumo problemático, es decir, no solo han seguido consumiendo, sino que tienen una práctica repetida y han incurrido en comportamientos de riesgo, como salir a la calle o subirse a un automóvil bajo los efectos de alcohol o drogas.

Los investigadores alertaron a los profesores y directivos docentes sobre un dato revelador: el 30,1 por ciento reconoció haber bebido dentro del colegio; el 15 por ciento, haber fumado, y el 8,7, haber consumido marihuana, derivados de la coca, éxtasis y otras sustancias ilícitas.

Además, el 10,6 por ciento dijo que hay expendios de drogas cerca del colegio; y el 4,4 por ciento, que están dentro de la institución educativa.

Para el director del Idep, Olmedo Vargas Hernández, eso muestra que en los colegios hay una red, de la que pueden hacer parte algunos estudiantes, vigilantes y personal de servicio o cooperativas, que llevan las sustancias adictivas hasta los estudiantes.

Consumo sube en Mártires y Chapinero

El consumo de alcohol es más alto entre estudiantes de colegios de la localidad de Los Mártires, donde también se detectó el uso más alto del dic, mientras que el de cigarrillo y marihuana es mayor en la localidad de Chapinero que en el resto de la ciudad. En los colegios de las localidades del sur de la ciudad se identificaron los consumos más bajos.

Pedagogía
Campañas de prevención deben cambiar

Solo el 23,7 por ciento de los estudiantes de grados décimo y once encuestados calificó como interesantes las actividades que su colegio desarrolla para la prevención del consumo de drogas y alcohol, mientras que el 17,7 por ciento dijo que se trató de actividades aburridas.

Para la coordinadora de la investigación, Blanca Yolanda Sierra, si a eso se suma que apenas un poco más de la mitad consideró que las campañas les dijeron la verdad sobre el problema, hay una evidencia seria de que la metodología debe cambiar, para poder llegarles a los estudiantes. En su concepto, las campañas que pretendan prevenir el consumo y ayudar efectivamente a los jóvenes deben cumplir tres requisitos: "no religión, no cantaleta y no carreta".

Esta afirmación la hace fundamentada en que, al ser preguntados sobre el tema, los estudiantes dijeron que preferirían actividades recreativas (49,2%) y talleres (35,3%), y la orientación de psicólogos (39%) y profesionales de la salud (33%).

La investigadora advirtió que un aspecto que se debe aprovechar, según reflejó la encuesta, es que el 65 por ciento de los estudiantes están interesados en dirigir actividades de prevención. Eso rompería, además, el mutismo que mantienen por desconfianza o temor a represalias.

YOLANDA GÓMEZ- SUBEDITORA BOGOTÁ