Tomar agua antes de comer sí sirve para adelgazar

Beber dos vasos antes de cada comida principal, todos los días, ayuda a bajar de peso.

Esto, que hasta hace poco era apenas una hipótesis, lo confirmó un estudio.

El agua es el solvente universal: ella es necesaria para transformar todos los nutrientes y sustancias necesarias para que todas las células del cuerpo funcionen bien.

Además desintoxica, lubrica, regula la temperatura y (ahora lo confirman los científicos) produce saciedad.

Se sabe que cuando el agua entra al estómago cubre las paredes gástricas. Al combinarse con los residuos de fibra y otros elementos, aumenta el volumen y hace que éste se vacíe más lentamente. En consecuencia, la gente tiende a comer menos.

Sobre esta teoría, médicos y nutricionistas recomendaban a pacientes que necesitaban perder peso, tomar agua antes de comer.

Ahora un estudio presentado durante el Congreso Anual de la Sociedad Química Americana, en Boston (Estados Unidos), demostró que estos profesionales tenían la razón.

¿Cómo lo hicieron?

Estos investigadores decidieron hacer un seguimiento de 12 semanas a adultos entre los 55 y los 70 años que hacían dieta para bajar de peso, a los que dividieron en dos grupos.

Aquellos que tomaron dos vasos de agua antes de cada comida principal perdieron siete kilos durante este tiempo; los demás perdieron cinco kilos. Los autores del estudio infieren que el efecto puede lograrse también si la gente toma refrescos endulzados con edulcorantes, en lugar de bebidas azucaradas.

Aunque aún no hay consenso sobre la cantidad de agua que debe consumirse durante el día, un promedio entre siete y nueve vasos puede ser una buena sugerencia.

Todo esto hace el agua por usted

Es vital: todas las reacciones químicas del cuerpo requieren del agua.
Lubrica: el aparato digestivo y todos los tejidos del cuerpo que están cubiertos por mucosas son protegidos por el agua. Evita que haya fricción entre ellos.
Amortigua: dentro de las articulaciones el agua es un amortiguador; evita que los huesos se golpeen entre ellos.
Regula la temperatura: a través de la transpiración, refrigera el cuerpo.
Intercambia gases: en el pulmón facilita la salida del aire pobre en oxígeno, que va mezclado con vapor de agua. Eso hace que el oxígeno fluya con más facilidad.
Es diurética: suficiente cantidad de agua en el cuerpo hace que los riñones funcionen mucho mejor.
Es laxante: evita el estreñimiento y la aparición de divertículos y hemorroides.
Activa el metabolismo: beber líquido en abundancia aumenta el gasto de calorías; se cree que dos litros consumen por sí solos entre 30 y 60 calorías.

REDACCIÓN SALUD