Claudia, una madre de familia, festeja que en la tienda de la institución
educativa Carlos Holguín Lloreda se ofrezcan ahora
más salpicón, manzanas y bananos que papas fritas o bombones.
Dice que la tendera decidió acogerse a la norma que exige el aumento en la
oferta de alimentos saludables en tiendas, kioskos y
restaurantes escolares.
Tras la adopción del Acuerdo 0278 de noviembre de 2009, 227 sedes educativas
de básica primaria cuentan hoy con proyectos pedagógicos en alimentación sana.
Además, otras 80 escuelas están implementando el programa de tienda saludable,
a través de actividades como el ‘Día de la fruta’.
Los índices de obesidad y problemas físicos en escolares llevaron a que las
autoridades locales fomentaran este cambio en la cultura alimenticia. Los planteles
tendrán hasta el próximo año plazo para adecuar las tiendas, de lo contrario
comenzarán a ser sancionados.
La medida también fue tomada tras visitas de
La nutricionista del Centro Médico Imbanaco Sandra
Alfaro destacó el intento que se está llevando a cabo para mejorar la oferta de
alimentos en las instituciones, sin embargo subrayó que falta más conciencia.
“Debemos entender que la obesidad es una pandemia en el mundo. Es el primer
factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares y síndrome metabólico que
genera diabetes, ácido úrico y colesterol alto”, explicó la profesional.
El 25% de los motivos de consulta son por problemas de obesidad en niños.
Al analizar la lonchera se encuentran productos
con alto contenido de azúcares y grasas. Por ello, sostiene que una tienda
escolar puede ser parte de fundamental en una mala nutrición.
“En las tiendas escolares no hay personal preparado para la nutrición. El
encargado no debe vender por vender, sino que tiene que entender que un
refrigerio representa del 25% al 50% de la comida del niño”, manifestó.
Agregó que deben existir letreros donde los escolares sean informados sobre
los valores nutricionales.
“Los niños necesitan proteínas, es decir carnes sanas, verduras (puede ser
en tortas), frutas, lácteos y quesos”, agregó la señora Alfaro.
Por último, la concejal Julie
del Pilar Reina insistió en que falta más difusión de la norma. “Sabemos que es
un proceso gradual, pero se busca prevenir enfermedades crónicas como obesidad,
diabetes y males cardíacos en los escolares”.
La próxima semana abrirá sus puertas en el barrio Alfonso Bonilla Aragón el
Centro de Recuperación Nutricional para niños, en el cual se invirtieron más de
$300 millones.
Este proyecto es liderado por
La etapa piloto incluirá a quince menores entre 5 y 11 años de edad que
viven en barrios de las comunas 13, 14, 17 y 18 fundamentalmente, donde se
presentan exclusión, marginalidad y pobreza, añadió Varela.
Uno de los objetivos del Centro, según Jhon Arley Murillo, director regional del Icbf,
“es brindar un espacio donde vamos a darle garantías de vida a los niños que
presenten desnutrición”.
Asimismo, Murillo insistió en que en esta etapa de prueba inicial es
necesario contar con el apoyo del Departamento del Valle del Cauca.
Por su parte, María del Pilar Sierra, nutricionista del Icbf,
explicó que “los niños van a recibir tratamiento médico, nutricional y psicosocial en sus tres fases de recuperación, que duran
inicialmente 28 días.