Los
tatuajes marcan -literalmente- a una persona. Las agujas perforan miles de
veces la epidermis en un solo minuto inyectado sustancias químicas, a menudo
tóxicas, que no se quedan en la dermis sino que son absorbidas por el organismo
en el transcurso de los años.
Químicos especializados en alimentos han examinado
los colores y sustancias más usados en tatuajes y han encontrado que muchas
tinturas no son aptas para el “consumo” humano, pues se trata de productos
fabricados para la industria e incluso algunos son residuos de combustión.
Según
el químico Michael Vocke, de la Oficina para la Salud
y la Seguridad de Alimentos de Baviera, en Alemania los más afectados son los
menores de 30 años.
“Mi recomendación es que la gente piense primero
en las probables consecuencias, antes de hacerse tatuar. Si la decisión es
hacerlo los clientes deben verificar la proveniencia, calidad e higiene de las
tinturas. Los empaques dan información sobre la conformidad de las sustancias”.
Exámenes realizados por los laboratorios de la
Oficina para la Salud y la Seguridad de Alimentos de Baviera han arrojado
resultados preocupantes: cerca de la mitad de las tinturas utilizadas para
tatuajes supera los límites del uso de hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP). Los HAPs son
un compuesto orgánico que se encuentra en el petróleo, el carbón y el alquitrán
y son usados en combustibles. Los hidrocarburos aromáticos policíclicos
son carcinógenos, mutágenos y teratógenos, o sea que producen malformaciones
congénitas.
Carcinógeno es una cosa,
cancerígeno otra
Los agentes carcinógenos, sea físicos, químicos o
biológicos, actúan sobre los tejidos vivos produciendo cáncer. Un carcinógeno
no debe confundirse con un agente cancerígeno, que es aquel que puede producir
cáncer.
Según la química para alimentos Ingrid Neudorfer-Schwarz, hay algunas
sustancias usadas en tatuajes que sobrepasan en 180% los niveles de
contaminación aceptados por las autoridades sanitarias en Europa. “Los
resultados los hemos comunicado a las autoridades sanitarias que han lanzado
varias alarmas y ordenes de prohibición de venta y confiscación de estos
productos contaminantes en el mercado”.
RAPEX es la agencia encargada, a nivel europeo, de
lanzar dichas alertas dirigidas a las autoridades policiales y a los
consumidores sobre la existencia de productos que son un riesgo para la salud y
la seguridad.
Los pigmentos de las tintas colorantes inyectados
no se quedan en la dermis sino que siguen su camino hacia los órganos del
cuerpo humano, como lo ha comprobado un grupo de médicos- y físicos dirigidos
por Wolfgang Bäumler, de la Universidad de Regensburgo.
Basado en estos estudios, Vocke
describe qué pasa con las tintas una vez convertidas en tatuaje: “En los
ganglios linfáticos por ejemplo, se pueden ver muy bien las tintas que se han
movilizado del tatuaje hacia los órganos. En experimentos en ratones tatuados
en el lomo se observa cómo después de cuatro semanas el 30% de las sustancias
del tatuaje se ha transportado a otras partes del organismo.”
Pero los hidrocarburos aromáticos policíclicos no son los únicos contaminantes. Ingrid Neudorfer-Schwarz advierte que en
los colorantes de tintas para tatuajes se encuentran cada vez más aminas
aromáticas de carácter carcinógeno.
Productos para la industria
bajo la piel
Al parecer, los fabricantes de tintas para
tatuajes utilizan colorantes para uso industrial. Algunas tintas negras, por
ejemplo, contienen un tipo de carbono que no es otra cosa que hollín. Esto
quiere decir que a muchos tatuados les inyectan un tóxico directamente en la
piel. Algo semejante ocurre con tatuajes de color, agrega Neudorfer-Schwarz: “Los colores brillantes tienen, a menudo, calidad
técnica porque son elaborados para la industria automotriz en la que sirven
como lacas”.
Por otra parte, estudios en Estados Unidos han
demostrado que algunas sustancias también pueden generar alergias incurables.
Tatuarse es una decisión que toda persona mayor de
18 años puede ejecutar libremente. En Europa la profesión de tatuador no está regulada y las sustancias utilizadas solo
están controladas por las leyes que aprueban el consumo de alimentos o el uso
de cosméticos.
El 90% de los cánceres en humanos son provocados
por factores ambientales o nutricionales. Éstos incluyen el fumar, hábitos
dietéticos, la luz solar, pero también fármacos y químicos, como las sustancias
usadas en tatuajes. El 10% restante se debe a factores genéticos, víricos y a
las radiaciones.
Al final, los tatuajes adquieren un significado
existencial que no corresponde con la idea inicial de llevar consigo un lema,
un amor, una amistad o el vínculo con una organización delictiva.