Sistema de salud está en jaque por sobrecostos de los medicamentos

La larga cadena de intermediación de medicamentos, que empieza con los laboratorios, incluye mayoristas, minoristas, hospitales y EPS.

En el Fosyga hay evidencia de que medicamentos no POS fueron cobrados siete veces más caros.

Entre las principales razones que el Gobierno esgrimió para decretar la Emergencia Social estuvo el alto costo de los medicamentos, sobre todo de aquellos que, por estar fuera de los planes de salud (no POS), los pacientes obtienen por tutela o con autorización de los comités técnico-científicos de las EPS.

El valor de todo fármaco autorizado por estas vías es recobrado por las EPS al Fondo de Solidaridad y Garantía (Fosyga), que administra los recursos del sistema de salud.

El problema es que decenas de estos medicamentos son recobrados a valores muy superiores a los precios promedio de venta de los laboratorios.

Esta situación se ha vuelto cada vez más evidente, dado el crecimiento exponencial del valor de los recobros que debe cubrir el sistema.

Según el Observatorio de Medicamentos de la Federación Médica Colombiana, esos recobros anuales pasaron de 4.000 millones de pesos entre 1997 y el 2000 a más de un billón de pesos en el 2008.

La situación, a los ojos del Gobierno, era tan crítica que comprometía el equilibrio financiero de todo el sistema.

Un estudio hecho por el Ministerio de la Protección Social, que analizó el comportamiento de los recobros entre el 2002 y el 2005, concluyó que su incremento significativo no podía explicarse ni con el aumento de afiliados al sistema ni con el ajuste de precios de los medicamentos.

Para el Ministerio, el crecimiento exponencial de estos costos, y la incongruencia en los valores unitarios, "significa que se están recobrando a cualquier precio y hacen suponer prácticas perversas en la definición de sus valores".

Pensando en ponerles límites a esas prácticas, el Ministerio propuso entregarle a Caprecom la coordinación de una red que se encargara directamente de administrar todos los servicios no POS (incluida la entrega de medicamentos), en lugar de las EPS.

La medida buscaba acortar la cadena de intermediarios que hay entre los fabricantes de medicamentos y los pacientes, y así ahorrarle recursos al sistema.

El ministro de la Protección, Diego Palacio, ha dicho en varios escenarios que si se controlan la sobreintermediación y los sobrecostos de los medicamentos, el sistema se ahorraría alrededor de 400 mil millones de pesos al año.

El tema fue incluido en los considerandos del decreto 4975, que declaró el estado de Emergencia en diciembre.

En ellos aparece reseñado un estudio de Afidro (que agremia a las multinacionales farmacéuticas) que, según reza el decreto, permitió "evidenciar, por una parte, que para algunos medicamentos el valor del recobro al Fosyga excede notablemente el precio de venta del laboratorio y, por otra parte, que en algunos casos, el número de medicamentos recobrados es superior al número de unidades oficialmente reportadas como vendidas por los laboratorios".

El estudio referido indica, por ejemplo, que un medicamento para controlar el colesterol alto que, en promedio, es vendido por los laboratorios a 5.062 pesos la unidad, es recobrado al Fosyga a 10.056 pesos, en promedio, la unidad.

El Gobierno fue más allá y expidió, también dentro de la Emergencia, el decreto 126, que "dictó disposiciones de lucha contra la corrupción dentro del sistema". Entre otras cosas la norma propuso que se impusieran márgenes de comercialización a los medicamentos y se fijaran precios límite por encima de los cuales no pueden ser comprados.

Cadena de intermediarios

Sergio Isaza, presidente de la Federación Médica Colombiana, señala que la clave de los sobrecostos está en la cadena de intermediarios, que empieza con el laboratorio e incluye a distribuidores, farmacias, hospitales y EPS, cada uno de las cuales agrega precio al producto, "esto hace que los fármacos acaben siendo recobrados al Fosyga a precios desbordadamente altos".

De momento, el foco está puesto en las EPS, porque son las encargadas de cobrar las facturas finales al Fosyga.

El viceministro técnico Carlos Jorge Rodríguez sostiene que si bien es cierto que no todas las EPS le cobran caro al Fosyga, "pareciera ser más un tema de las cadenas de distribución de los medicamentos, que en algunos casos serían más largas, con más intermediarios de lo que deberían, por lo menos cuando se trata de recobros al Fosyga".

EPS dicen que no ganan con recobros

Como las EPS son las entidades encargadas de recobrarle los medicamentos no POS al Fosyga, ha surgido la duda de si son ellas las beneficiarias de los sobrecostos desbordados.

Juan Manuel Díazgranados, presidente de Acemi (que agrupa a las EPS del régimen Contributivo), dice que no es justo que se quiera achacar el valor de esos sobrecostos a las EPS: "Nuestro papel se limita a cobrarle al Fondo, con soporte de facturas, lo que nos cobran proveedores, hospitales y demás intermediarios por los medicamentos", explica.

Díazgranados asegura que en Colombia no hay reglas para fijar márgenes de intermediación, "al respecto, el principio definido por el Estado fue de libertad, con el objeto de que el mercado regulara los precios".

Sobre los recobros excesivos, afirma que "en Colombia no se ha definido qué se considera abuso y qué no, tampoco está regulado en materia de proporcionalidad ni racionalidad" de los márgenes.

Díazgranados, que calificó el estudio de Afidro de "impreciso y tendencioso", dice que las EPS han propuesto que se fijen márgenes de intermediación, "a los cuales el Gobierno, y otros actores del sistema, se han opuesto".

En ese orden de ideas, apoya la medida propuesta por el cardenal Pedro Rubiano de permitir, al amparo de la ley, las importaciones paralelas de medicinas y la expedición de licencias obligatorias para evitar los monopolios en algunos medicamentos y bajar los precios, "si el sistema está en Emergencia, debería hacerlo".

'Una cosa es la gestión y otra el sobrecosto': hospitales

Juan Carlos Giraldo, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas, afirma que la gestión y la administración de un medicamento dentro de estas instituciones, y que benefician a los pacientes, siempre tienen un impacto en el precio de ese insumo. Eso no se puede confundir con sobrecostos".

Giraldo aclara que los fármacos e insumos no tienen el mismo valor en todos los hospitales, "eso depende de la capacidad de negociación de cada entidad, de su nivel de complejidad, de los volúmenes de compra y de la ubicación geográfica".

Giraldo insiste en que este agregado debe estar dentro de límites razonables y pide que se ejerza una vigilancia especial sobre aquellas entidades que tienen integrado más de un paso dentro de la cadena de intermediación.

"El control para los excesos en los márgenes -dice- debe hacerse sobre casos puntuales, priorizando sobre hallazgos reales y no como una política general; mal aplicada, puede ser injusta con todo el sistema y acabar afectando a los afiliados".

CARLOS F. FERNÁNDEZ
SONIA PERILLA S.
REDACCIÓN SALUD