Siameses separados evolucionan bien

El proceso para separarlos se cumplió en fases y empezó en noviembre del 2010.

Estables y en sus cunas de la unidad de cuidados intensivos del Hospital Universitario San Ignacio, de la Universidad Javeriana de Bogotá, permanecen los niños de veinte meses que hasta el martes en la madrugada estaban unidos por la pelvis.

Los pequeños, provenientes del corregimiento Montegrande de San Marcos (Sucre), estaban hospitalizados desde finales de noviembre en este centro asistencial. En ese momento, se inició el proceso de evaluación a cargo de un equipo interdisciplinario de especialistas de la institución, que tuvo varias fases.

"Conocimos del caso el año pasado por la EPS Comparta del régimen subsidiado, a la que están afiliados, y de inmediato lo asumimos, sobre la base de que contamos con la capacidad técnica y científica para abordarlo", dijo Julio César Castellanos, director general del San Ignacio.

Los padres de los niños se enteraron de que eran siameses al final del embarazo, por una ecografía; entonces se determinó que el nacimiento debería producirse por cesárea.

Aparte del hecho de que compartían los músculos y los huesos de la pelvis, y algunos órganos, el desarrollo mental de los pequeños ha sido, de acuerdo con los especialistas, congruente con su edad.
 
Hubo varias cirugías
 
Castellanos explica que fueron necesarias varias intervenciones previas para preparar a los niños para su separación. La definitiva empezó a las 8:00 de la mañana del martes pasado y se prolongó hasta las 3:30 de la madrugada del miércoles pasado.

Durante la delicada intervención no solo se separó a los niños, sino que se reconstruyeron e independizaron los órganos que compartían.

En esa labor participaron 22 médicos especialistas, entre cirujanos pediatras, ortopedistas, urólogos, cirujanos plásticos y anestesiólogos, bajo la dirección del cirujano pediatra Juan Enrique Sebá.

Aunque los niños evolucionan satisfactoriamente, los especialistas han evitado ser triunfalistas y piden prudencia, pues todos los casos tienen desarrollos distintos.

Una vez se supere la fase crítica, los niños empezarán un proceso de rehabilitación, que también estará a cargo de un equipo interdisciplinario del hospital.

Para Castellanos, la experiencia es un aporte al desarrollo médico y científico del país y de la región.