El café es la bebida más popular del mundo occidental, después del agua
embotellada. Colombia no es ajena a esta tendencia; es más, el 90 por ciento de
los hogares lo consumen y el 83 por ciento de las personas mayores de 18 años
lo toman.
Esta popular bebida, sin embargo, ha sido relacionada con el riesgo de sufrir
eventos cardiovasculares y derrames cerebrales, con el aumento en la presión
arterial y hasta con el cáncer.
No obstante, muchos estudios demuestran que, al menos en personas
sanas, no tiene una relación directa con estos males. Aunque hay que
tener cuidado con estos trabajos y la extrapolación de sus resultados, pues en
cada país las personas tienen diferentes estilos de vida, hábitos de consumo y
toman el café de formas distintas.
Es así como un grupo de investigadores decidió hacer el primer estudio con
población y café colombianos. “Quisimos darle respuesta a la inquietud de si el
café tenía un impacto positivo o negativo sobre dos efectos para la enfermedad
cardiovascular, como la presión arterial alta y los niveles de homocisteína (desecho de la síntesis de las proteínas que
cuando se eleva se relaciona con riesgo de alteraciones cardiacas)”, explica
Gloria Agudelo, magistra en
ciencias de la nutrición y una de las autoras de la investigación.
La muestra final de este estudio quedó constituida por 116 sujetos divididos de
la siguiente manera: 30 en un grupo que no consumió café, 29 en uno que tomó
200 ml, 29 en otro que ingirió 400 ml, y 28 en el que se bebieron 600 ml.
Todos consumieron café filtrado.
Los resultados, luego de seis semanas y diferentes pruebas de laboratorio
durante las que se tomó la presión arterial y se midió la concentración de homocisteína, mostraron grupos sin diferencias
significativas.
“Era muy importante comparar los resultados con el grupo control, es decir, los
que no lo consumieron. Eso nos permite decir que las personas sanas no tienen
dificultad para tomar un café bien preparado y como parte una alimentación
balanceada”, concluye Agudelo.
Por supuesto, investigadores insisten en que el hecho de que el café no se
asocie con las enfermedades, tampoco quiere decir que proteja contra ellas.
De acuerdo con Esther López García, doctora en salud pública de la Universidad
Autónoma de Madrid, “pacientes hipertensos, con la presión arterial no
controlada o con problemas de salud como el insomnio, la ansiedad, el reflujo gastroesofágico o arritmias cardiacas, pueden empeorar con
su consumo”.
Los beneficios para la salud
El café es una buena fuente
de antioxidantes
De acuerdo con varias investigaciones, el café tiene un efecto antioxidante.
Hay que recordar que durante la oxidación, las células quedan con la capacidad
de captar elementos nocivos para el cuerpo. Los antioxidantes son capaces de
bloquear este proceso. El ácido clorogénico es un
antioxidante presente en esta bebida.
Según estudios sobre el tema, en 400 mililitros de café puede haber 335
miligramos de ácidos clorogénicos y entre 200 y 550
miligramos pueden ser aportados y son biodisponibles,
es decir, los que el organismo puede aprovechar. La cantidad de antioxidantes
depende del tipo de cultivo, de la variedad del café y del proceso al que ha
sido sometido el grano.
Tendría un efecto protector
Un reciente estudio publicado en el 2012 en el ‘New
England Journal of Medicine’ y que examinó a 220 mil hombres y 170 mil
mujeres, concluyó que existe una relación inversa entre el consumo del café y
el riesgo de morir,y que
quienes lo toman de forma moderada tienen una esperanza de vida mayor. Otro,
publicado en el ‘American Journal
of Clinical Nutrition’ en el 2012, sobre la ingesta de café
descafeinado y cafeinado sugiere que el consumo
diario de cuatro tazas de café tiene un papel protector en cuanto al cáncer colorrectal.
Otras investigaciones sobre
esta bebida
El ‘Anthropometric, lifestyle,
and medical history data’ y
el ‘Diet semiquantitative food frequency questionnaire’ son dos estudios que han investigado la
relación del café y diferentes enfermedades. Comenzaron en los años 1976 y
1986, respectivamente, y muestran resultados del seguimiento a pacientes por
más de 26 años. Según Esther López, doctora en salud pública de la Universidad
Autónoma de Madrid, “en personas sanas el consumo habitual de 2-3 tazas de café
al día, no incrementa el riesgo de tener un evento cardiovascular o sufrir
cáncer. Aún no está bien establecido el efecto del consumo en el desarrollo de
enfermedades neurodegenerativas”.
REDACCIÓN VIDA DE HOY