Ante los cuestionamientos y las demandas que ya se han anunciado en contra
del decreto que establece la Emergencia Social, lo que pareciera ponerla en jaque,
la pregunta que flota en el aire es cómo incidiría en las cuentas fiscales del
Gobierno.
A primera vista, con las decisiones adoptadas en materia de impuestos a los
licores, la cerveza, los cigarrillos y los juegos de suerte y azar habría una
afectación de 514.000 millones de pesos que es lo que suman los ingresos
adicionales estimados para este año, que irían tanto para departamentos como
para las arcas nacionales.
Sin embargo, analistas advierten de la crítica situación del sector de la
salud cuyo déficit aumenta año a año y hablan de que el hueco en el sector de
la salud podría sumar unos 8 billones de pesos.
“El Gobierno no tiene espacio fiscal para meterse la mano al dril, pues ya
tiene un hueco de 5 por ciento del PIB. Sumando los dos huecos (más el de la
salud), puede llevar a una catástrofe fiscal. Por eso la Corte Constitucional
deberá andar con pies de plomo”, dijo el ex director de Planeación, Juan Carlos
Echeverry.
Así, lógicamente se requeriría de un plan B que le permita al Gobierno sortear
la situación por el lado de los ingresos. El ministro de Hacienda, Óscar Iván
Zuluaga, dice que éste sería ir al Congreso con un proyecto de ley, que es el
camino viable.
Y aquí las opiniones están divididas pues para unos, el camino del Congreso
es largo a lo que hay que sumarle la molestia que tiene por no haberle hecho
partícipe de las decisiones de la Emergencia.
“El Ministro de Hacienda que llegue se va a tener que enfrentar a una
reforma tributaria con o sin salud. En todo caso el asunto es difícil, aunque
al Gobierno le podrían ayudar los gobiernos territoriales haciendo presión en
el Legislativo”, señala Andrés Escobar, de la firma Econcept
y ex subdirector de Planeación Nacional.
Para el director de Planeación, Esteban Piedrahita, el escenario sin reforma
es peor.
“O tenemos una afectación fiscal si buscáramos el cubrimiento al ciento por
ciento, o tendríamos que rebajar cubrimiento”, advierte.
EL PLAN ‘B’ ES CONVENCER AL CONGRESO Si la emergencia cae y hay que ir al
Congreso, no hay que olvidar que el año pasado ya fracasó una reforma
tributaria territorial que presentó el Ejecutivo al Congreso: se hundió sin que
siquiera se le hubieran nombrado ponentes. Pero con la emergencia, el Gobierno
sacó esa reforma vía decretos.
Pero no ha sido el único proyecto relacionado con las regiones que se ha
caído. Fracasó otra vez la reforma al régimen de los juegos de suerte y azar,
en su quinta versión.
Para el ex ministro de Hacienda, Juan Camilo Restrepo, si la Corte
Constitucional llega a declarar la inexequibilidad de
la Emergencia no será el Apocalipsis porque con el empuje político del
Gobierno, un proyecto fiscal puede salir en pocas semanas.
“Quedó demostrado con la extensión del impuesto al patrimonio”, dijo
Restrepo.
Agrega que la tributaria territorial y la de juegos de suerte y azar
fracasaron porque faltó la voluntad política y el empuje del Gobierno, las dejó
solas.
El ex ministro no duda de que en caso de tener que acudir al Legislativo,
con el Gobierno haciendo su trabajo, sale un proyecto de ley