Casarse, separarse o enviudar son situaciones que cambian la vida en forma
radical y afectan profundamente a las personas. A esa conclusión llegó la
Asociación Sociológica Estadounidense, tras culminar un estudio que afirma que
los casados gozan de un mejor estado de salud que los viudos o los divorciados.
Para llevar a cabo la investigación, se analizaron los antecedentes de más
de 8.652 personas, de entre 50 y 60 años, y se estudió la relación entre su
vida sentimental y su historial médico.
De acuerdo con el estudio, que será publicado por la revista Journal of Health
and Social Behavior, así
como el matrimonio estable y de larga duración puede ser bueno para la salud,
el divorcio o la viudez dejan una cicatriz perdurable en las personas de edad
mediana o mayores.
Aparentemente, volver a casarse reduce, pero no borra del todo, el daño
causado por la pérdida de un matrimonio; además, quienes permanecen solos
después del fin de su unión están menos sanos que los que vuelven a casarse, de
acuerdo con esta publicación.
Los investigadores aseguran, también, que quienes nunca se han casado tienen
desventajas en algunos aspectos de salud, comparados con los viudos o los
divorciados, pero están mejor en otros.
“Llegamos a la conclusión de que la pérdida de un matrimonio es un
acontecimiento extremadamente estresante, y que un período de estrés elevado
tiene un precio para la salud”, dijo Linda Waite,
coautora del estudio, profesora de sociología y directora del Centro sobre
Envejecimiento en la Universidad de Chicago.
“Imagínese que la salud es dinero guardado en el banco”, añadió. “El
matrimonio es un mecanismo de ‘ahorro’, de adición a la salud, pero el divorcio
es un período de gastos muy altos”.
El estudio observó cuatro aspectos clave de la salud en la edad mediana:
condiciones críticas, limitaciones de movilidad, percepción propia de la
condición de salud y síntomas de depresión.
Waite y sus colegas encontraron que un trastorno
significativo de la estabilidad marital, como el divorcio o la muerte del
cónyuge, a menudo tienen un impacto prolongado que afecta negativamente las
cuatro áreas.
Estudios anteriores sobre el tema habían señalado que la gente separada o
viuda tiene un 20 por ciento más de posibilidades de sufrir enfermedades
crónicas, como diabetes, cáncer o problemas cardiovasculares. Además, tienen
una movilidad más limitada, al igual que las personas que nunca han pasado por
el altar. Estos últimos padecen un 13 por ciento más de síntomas depresivos que
los casados.
CON INFORMACIÓN DE EL MUNDO, DE ESPAÑA.
8.652 es el número de personas, entre los 50 y los 60 años, que fueron
analizadas para ofrecer los resultados de este estudio. Los investigadores
compararon su vida sentimental con su historial médico