La seguridad en el trabajo

Las dos historias recientes de accidentes mineros ocurridos en el municipio de Amagá (Colombia) y en la región de Atacama (Chile) deben ser aprovechadas para hacer una reflexión profunda sobre el tema de la seguridad en el trabajo y tomar decisiones públicas que protejan la salud y la vida de la población laboral.
No es la primera vez que ocurre una tragedia de esta magnitud. Son cientos en todo el mundo, donde miles de mineros han perdido sus vidas buscando el sustento diario. En Colombia, en lo que va corrido del 2010, según Ingeominas, han ocurrido 40 sucesos, que han dejado 112 muertos.

Lo que llama la atención al comparar estos dos accidentes mineros es la diferencia del tratamiento dado por los gobiernos nacionales. El gobierno chileno asumió el tema como un asunto directamente de la Presidencia y desplegó un conjunto de esfuerzos humanos y técnicos para atender el desastre tomando la decisión de no desistir de la búsqueda. Además, destituyó a los altos directivos de Sernageomin, principal ente público responsable de la seguridad minera, y creó una comisión de expertos para la seguridad en el trabajo.

Por su lado, el colombiano no le dio una relevancia al accidente, no ocurrió ninguna destitución en la cadena de responsables de evitar un hecho tan grave y el tema terminó en la sombra rápidamente.
Con su actitud ante el accidente, el presidente Piñera logró instalar en el ámbito nacional chileno el tema de la seguridad en el trabajo como un tema prioritario. Igual debe ocurrir en Colombia, donde se debe impedir que la sociedad acepte la muerte en el medio laboral como un hecho natural, cuando es totalmente previsible y prevenible.

Es necesario que el Gobierno asuma la protección de la salud y la seguridad en el trabajo como una política de Estado, que revierta la tendencia dada desde los 90, que puso el acento en el tema del aseguramiento de los riesgos profesionales (con exclusividad para la economía formal), pero retrocedió en la perspectiva de la salud ocupacional que había en el país en términos de desarrollo de programas de promoción de la salud en el trabajo y de prevención de las enfermedades profesionales y accidentes laborales.
Con la decisión de que el país cuente nuevamente con ministerios de Salud y de Trabajo se deben dejar bien claras las responsabilidades de estos entes en materia de salud ocupacional y superar así las tensiones que antaño tuvieron al respecto.

El Ministerio de Salud debe tener un área específica encargada del tema, que impulse una política nacional seria de protección en el mundo del trabajo, que diferencie claramente los componentes de aseguramiento y de salud ocupacional, sin diluir este en aquel; que ejerza un serio control sobre los empresarios, quienes son los responsables directos de propiciar las condiciones de trabajo seguro, y que articule adecuadamente al conjunto de actores responsables de la calidad de vida en el ámbito laboral a través de una estrategia global de promoción, prevención e intervención técnica.

Esta política debe generar mecanismos adecuados de asistencia técnica para que se garantice el desarrollo de servicios de salud; ejercer un control estricto de la labor de las administradoras de riesgos profesionales (ARP) para que no se queden simplemente en la reparación de los daños ya acaecidos, sino para que desarrollen una activa acción de promoción de la salud en el trabajo y de prevención de enfermedades profesionales y accidentes, y una labor coordinada con los entes territoriales de salud para que se desplieguen procesos de vigilancia y control a través de una sólida inspección en el trabajo, hoy muy debilitada en el país.

Colombia no puede pasar por alto esta vivencia reciente que dolorosamente les costó la vida a 73 mineros y que felizmente en Chile no provocó la muerte de otros 33. Es hora de actuar decididamente para detener estas muertes. Lo que pasa, sin lugar a dudas, por estructurar un efectivo sistema nacional de protección de la salud en el trabajo y de riesgos profesionales que cubra a toda la población laboral y no solamente a la formal.
* Médico, especialista en Salud Ocupacional
 

Mauricio Torres-Tovar