En una
verdadera encrucijada del alma bendita -brille para ella la luz perpetua-
quedamos los colombianos con los nuevos decretos de Emergencia Social,
impulsados por el señor ministro de la desprotección, Diego Palacio.
Como el Gobierno manoseó al Fondo de Solidaridad y Garantías (Fosyga) y lo dejó
en estado de anemia aguda, para poderles pagar a las aseguradoras (EPS) y
buscar la forma de no enculebrarse más, juega con la
vida de los colombianos, a los que cada vez les cobra más, mientras les
recortan los derechos de salud en el Plan Obligatorio de Salud (POS), que
también significa Pague Obligatoriamente, sumercé.
Lo que ha pasado en este largo gobierno con la salud, a la que volvieron un
jugoso negocio, es para morirse de infarto. O de tristeza. Los pobres médicos,
a quienes han irrespetado en su ética profesional y en sus derechos laborales,
ya se demoraban más llenando planillas que examinando al paciente. Y sin poder
formular lo que su conocimiento les indica, sino lo que les imponen las
aseguradoras. Y, en este país de la seguridad democrática, ahora los galenos
están amenazados. El decreto 131 los multa hasta con 50 salarios mínimos
mensuales si formulan medicamentos o solicitan procedimientos por fuera de los
estándares del nuevo POS, que niveló por lo bajo. Así uno vaya POStrado de un cáncer, el médico debe POStergar
el tratamiento, que tal vez se lo autoricen POS mórtem si no tiene ahorros
bancarios. Lo más que pueden formular es exámenes coprológicos. O sea que la
salud es pura miaja.
El Ministerio practicó una nueva y dolorosa cirugía: a pesar de que los
afiliados pagan por el derecho a la salud toda su vida laboral, el día que
sufran una enfermedad grave, esa platica se perdió.
Ahora se enquista una figura denominada "prestaciones excepcionales de
salud" y el paciente debe pagar, pagar y pagar. Todo será excepcional.
¡Líbranos, Señor, de todo mal! Así que el sistema hará un examen exhaustivo, no
del enfermo, sino de su patrimonio personal o familiar. Le dirán que abra la
boca y diga aaa... horro. Le practicarán escáner a
sus cuentas bancarias; les pondrán el endoscopio a las censantías,
le harán un by-pass a su pensión. Si no le alcanza, le tomarán placas
bancarias. Si no, que la enfermera de la guadaña venga por uno. Vergonzoso e
inhumano lo que está pasando. Como si en el Gobierno hubiera dueños de
funerarias.
¿Y qué pasó con el fondo para las enfermedades catastróficas, que antes debían
atender las EPS, y que el Gobierno creó mediante decreto con dineros de todos
los colombianos? ¿Se fue para pagar recompensas, se perdió en corrupción?
Esto es para morirse de la rabia. O de la risa, pues los chistes crueles de las
citas médicas son una realidad. Al preguntarle al médico "¿qué tengo,
doctor?", seguramente le contestará que una casita, pero que si quiere
vivir otro tiempo le tocará venderla para pagar el tratamiento. Y si le
preguntamos "¿qué me echo para este dolor?", le va a decir que se
eche al bolsillo la tarjeta de crédito. O cuando el médico le diga a un
paciente que por qué no se le cura esa anemia, este le responderá que cada vez
que quiera pedir cita, debe ir a vender sangre. El cubrimiento social va a ser
muy bonito, con tierrita y anturios. Como dijo un
médico amigo: "Ministro, no trapee con la gente".
Y no se nos olvide que, aparte de los descuentos por nómina, hay que pagar
cuota para la cita, cuota para que tomen los exámenes, cuota para que el
especialista los lea y POS, como dicen los mexicanos, salir a comprar la droga
por fuera, pues el acetaminofén no cura todo.
¿Y este gobierno social de tanto POStín es el que va
a pasar a la POSteridad como el mejor en muchos años,
así sea con reformas POStizas? ¿No será mejor que le
hagan una cirugía profunda al sistema de salud, más justa, y extirpen los
tumores de la corrupción?
¿Y el Presidente? POS, bien. ¿Y el Ministro? POS, también.
luioch@eltiempo.com.co