Desde hace nueve meses a María Eugenia le descubrieron un cáncer de seno,
pero su verdadero drama empezó hace 15 días, cuando debía iniciar un
tratamiento de quimioterapia.
“Los médicos me dicen que los recursos se acabaron y la única recomendación
que me dan es que vaya a otra ciudad para que me atiendan por mi cuenta”, dice
la mujer de 47 años, a quien sin empezar la lucha contra esa enfermedad las
esperanzas empiezan a agotársele María Eugenia es una de las más de 40
pacientes con cáncer afectadas por la crisis de la salud en Nariño.
“La situación es crítica. Desde hace un mes no hemos podido continuar esa
atención porque no tenemos los recursos; eso me parece muy complicado”, dice la
directora del Instituto Departamental de Salud de Nariño, Ana Belén Arteaga.
Asegura que los pacientes venían cumpliendo procesos adecuados de
recuperación, pero ahora su estado de salud podría complicarse porque no tienen
la posibilidad de adquirir y tomar los medicamentos bajo la prescripción
médica.
La mayoría de pacientes con cáncer residen en Pasto, pero también llegan de
otras zonas del departamento. Todos se encuentran bajo la modalidad no POS
(Plan Obligatorio de Salud) y consultan por cáncer de cuello uterino, mama,
estómago y colon, entre otros.
La directora del Instituto de Salud explica que la crisis se desató en
agosto del 2008 porque “algunos servicios no POS se garantizaban al usuario por
parte de las EPS y estas lo recobraban al Fosyga,
pero a partir de este periodo la sentencia T-760, emanada de la Corte
Constitucional, estableció la no pertinencia del recobro al Fosyga
y en su defecto recobrarlos totalmente a los departamentos”.
En otras palabras, dice la funcionaria, los servicios contemplados como no
POS que antes los financiaba el Fosyga, ahora los
deben cancelar las entidades territoriales del país.
Para Arteaga, si bien la Corte definió esa responsabilidad no determinó los recursos,
pero “recordemos que la Constitución es clara en establecer que se pueden
delegar responsabilidades con recursos”.
En riesgo, otros pacientes Hay dos casos particulares que causan enorme
preocupación y que corresponden a dos pacientes que sufren enfermedades
denominadas de alto costo.
El primero es un niño de 4 años que requiere una cirugía de corrección de
una patología en el pene, que le produce un desangre. Con la crisis, la cirugía
no se puede hacer en Nariño sino en Cali, pero la institución que la ha
programado exige el pago anticipado de los 586 millones de pesos que cuesta.
El segundo caso es el de una mujer que requiere un medicamento que no se
consigue en el país, la paciente presentó en días pasados una tutela que ganó y
le exige al Instituto garantizar un tratamiento especial cuyo valor asciende a
400 millones de pesos.
“Los recursos con que cuento no alcanzan para cubrir esas dos atenciones que
son urgentes”, dice la funcionaria y agrega que el déficit del sector salud en
el departamento se calcula en 60.000 millones de pesos.
Lo más grave es que, pese a las solicitudes ante el Ministerio de Protección
Social, la Presidencia de la República y la Corte Constitucional, no ha habido
respuesta, dice la funcionaria.
La única esperanza para sacar de cuidados intensivos al sector salud tiene
que ver con una acción popular que interpuso hace pocos días el Sindicato de
Trabajadores de Carrera Administrativa, con la que se buscan recursos del
Ministerio de Protección.
''Desde hace un mes no hemos podido continuar esa atención porque no tenemos
los recursos; eso me parece muy complicado”.
Ana Belén Arteaga, directora del Instituto Departamental de Salud de Nariño