El sistema está con fracturas múltiples. Ahora hay una odiosa
disculpita: "No hay agenda". Es la respuesta cuando lo que no hay son
especialistas.
Hoy es posible que menos personas lean esta columna, pues la atención está
centrada en el partido de fútbol de ayer en Barranquilla. -Gracias, muchachos
por la felicidad-. Sin embargo hay cosas que nos dan por las pelotas, no
precisamente de fútbol.
El tema de la salud es un partido aparte, donde miles de personas salen a
diario en camilla de la cancha nacional, pero no hay quien las atienda. Por
eso, ministro Alejandro Gaviria, usted, que es un reconocido economista, tendrá
una tarea fundamental en el funcionamiento del sistema.
En las cárceles, aparte del hacinamiento miserable, pues hay más espacio en TransMilenio en horas pico que en los calabozos, los
internos están casi desamparados en salud. Hay crisis en 110 penales del país,
según un informe de este diario el pasado martes. En algunos no hay médico en
la tarde ni los fines de semana; en otros no hay medicamentos; en otros, los
presos tienen que programar sus preinfartos en el día, porque de noche no hay
médico. El Inpec, preso del pánico, piensa pedir que
se declare la emergencia carcelaria.
Además, es aterrador que en las cárceles ande haciendo rondas nocturnas la
tuberculosis. Y doloroso que en algunas, como Bellavista
(Antioquia), sea la parca la que la esté descongestionando. En los últimos 15
días se ha llevado para los patios eternos a cuatro reclusos. Tal será, que en
las penitenciarías los presos les cantan al Ministerio de Salud y a Caprecom la ranchera de Javier Solís: "Las rejas no
matan, pero sí tu maldito querer".
Pero el problema es en toda la red hospitalaria. En Suaita,
el pueblito de mis cuitas, de casas pequeñitas y de mujeres bonitas, un
labriego se fracturó una rodilla y pegó el grito de dolor que pegan en la
región: ¡Rayos! Es porque en el hospital Caicedo y Flores no hay rayos X. Acudió
allí, donde no lo atendieron por urgencias a pesar de que él se agarraba las
tibias. En consulta externa le dijeron que no era grave. Como insistió, le
autorizaron radiografía, "por descartar".
Resulta que allí toca que Salud Vida pida autorización para que le tomen la
radiografía en el Socorro, a una hora en carro a 80 km/h.
Y se envía los lunes, pero como no había línea Internet, sino línea Omega,
tocaba esperar respuesta los viernes. Y después volver a Suaita
para que lean la radiografía, y luego otra vez que Salud Vida autorice otra
cita en el Socorro para el especialista. Lleva yendo y viniendo en muletas casi
mes y medio. Pero, ya "gracias a María Santísima", como dice el
lesionado, al que ahora llaman el cojo-nudo, descubrieron que tiene fractura
del platillo tibial externo y del platillo superior de la tibia. Y ya está
tibio para la intervención, permita María Santísima.
El próximo 12 de septiembre lo remiten a Bucaramanga, trasladado por
sus propios medios, a que le pongan dos tornillos. Esto es increíble. Agravado
porque el hospital de Suaita, que es vital en la
región, apenas es de primer nivel y está en mal nivel. Aún tiene las mismas
camas donde nació mi abuelo. No hay rayos X. La gobernación está reformando el
edificio, pero ¿la dotación? Unos 20.000 campesinos, Ministro, le matarán
gallina si dota el hospitalito, o lo sube a segundo nivel.
Pero es la salud en Colombia la que está en muletas. El sistema está con
fracturas múltiples. Ahora hay una odiosa disculpita: "no hay
agenda". Es la respuesta, cuando lo que no hay son especialistas. Conozco
varios casos. Una querida amiga lleva años buscando cita con un neumólogo y
"no hay agenda". Y el sistema sigue padeciendo tutelitis
aguda, la gran mayoría para reclamar derechos adquiridos, o sea que los
reconoce el POS. Pos ministro, si logra recuperar la salud, si la vuelve humana
y eficiente, usted será más popular que Falcao.
Suerte y no olvide a Suaita.