Rotavirus
tendrá tratamiento rápido y asequible
Aug. 10 de 2013
Por: Lina Leal, Unimedios
Una investigación de
la Facultad de Medicina de la UN en Bogotá propone un tratamiento que, usando
fármacos de fácil adquisición, frena los vómitos y la diarrea que caracterizan
a la enfermedad. Los niños infectados verían disminuidos los síntomas en dos o
tres días.
Antes de su quinto cumpleaños, casi
todos los niños del mundo han sido infectados por el rotavirus. Este, según la
Organización Mundial de la Salud (OMS), causa al año 500 mil muertes y 2
millones de hospitalizaciones por diarrea, especialmente en países en vía de
desarrollo.
En Colombia, el DANE señala que en el
año 2002 la mortalidad por diarrea fue del 79,5% por cada cien mil niños
menores de un año y del 6,9% por cada cien mil de entre 1 y 4 años de edad.
Esto devela el alto grado de vulnerabilidad de los menores de cinco años.
Existen dos vacunas que –según reportes
de la OMS– disminuyeron sustancialmente las muertes
por la infección. En Colombia, el Ministerio de Salud y Protección Social las
incorporó en el esquema de vacunación a los dos meses de edad, con un refuerzo
a los cuatro meses.
“Si bien existe vacuna, esta no remedia
síntomas como la diarrea, sino que la atenúa y evita un alto número de
hospitalizaciones”, dice Carlos Arturo Guerrero, investigador de la Universidad
Nacional de Colombia en Bogotá.
Él ha estudiado la afección desde hace
casi dos décadas, por lo cual ha obtenido varios reconocimientos, entre los
cuales se destacan el Premio Nacional de Medicina, en la modalidad de Ciencias
Básicas (2004, 2005, 2008 y 2012), y la mención en Ciencias Exactas Físicas y
Naturales, de la Fundación Alejandro Ángel Escobar 2009.
Este magíster en Farmacología y en
Genética y doctor en Bioquímica lidera una exploración científica que ha
identificado una serie de compuestos naturales y de fármacos de venta libre
que, junto con la vacuna, ayudan a detener la enfermedad por completo.
Fortalecer a la célula
El profesor Guerrero encabeza un equipo
de investigadores conformado por Orlando Acosta, Andrea Murillo, Paula Pardo,
Víctor Rodríguez y Rafael Guerrero.
En el Laboratorio de Biología Molecular
de Virus de la UN, ellos estudian moléculas de la célula que el rotavirus
utiliza para infectarla. Una de ellas –objeto de una tesis doctoral
desarrollada hace tres años– pudo ser alterada por
reactivos que poseían grupos de azufre, denominados tiol.
Así, descubrieron que estos elementos químicos podían inhibir la infección.
Con el hallazgo, comenzaron a
experimentar con 140 medicamentos –incluidos los que no tenían grupos de azufre– y encontraron que tres tipos de fármacos podían
inhibir casi el 100% de la infección.
En el primero se encuentran los
antiinflamatorios no esteroides (diclofenaco, ibuprofeno y aspirina –AINE–), que se utilizan para desinflamar y disminuir la
fiebre o los dolores.
El segundo está constituido por algunos
que solo se utilizan en la diabetes. Se caracterizan porque activan una
molécula en la célula que se llama PPARgama, clave en
los problemas de esta enfermedad.
En el último, se encuentran ciertos
antioxidantes, dentro de los cuales se destacan la vitamina C, la n-acetilcisteína y la curcumina.
La n-acetilcisteina
es un aminoácido que se proporciona, por ejemplo, para tratar la tos en niños y
ancianos, pues aclara el moco, y en prematuros ayuda a expulsar el meconio (las
primeras heces). La curcumina es un condimento muy
usado en la cocina. Aunque en Colombia su uso no es tan popular, se consigue en
los supermercados.
¿Qué tienen en común estas sustancias?
Según precisa el profesor Guerrero, actúan sobre una molécula celular, relacionada
con el dolor y la inflamación, conocida como NF-KB (factor nuclear potenciador
de las cadenas ligeras kappa de las células B
activadas).
“Descubrimos que, cuando ingresa a la
célula, el virus activa mecanismos oxidativos que, a
la vez, son proinflamatorios. Los fármacos inhiben la
NF-KB y la producción de sustancias oxidativas. Así, combaten la inflamación”,
explica el experto.
Los medicamentos no actúan directamente
sobre el virus, sino sobre las células, al desactivar moléculas que este
utiliza normalmente para replicarse. Se trata de fortalecer a la célula para
que se defienda.
Inicialmente, los científicos
infectaron células cultivadas para luego inocularles los fármacos. Efectuaron
el procedimiento con ratones (recién nacidos y adultos), esperaron a que
tuvieran los síntomas y, después de 24 horas, les administraron los reactivos
(n-acetilcisteina, vitamina C, ibuprofeno o productos
para los diabéticos). En todos los casos, hubo inhibición completa del
rotavirus.
El doctor Guerrero estudió los casos de
seis de sus familiares infectados. A tres de ellos les suministró los
medicamentos desde que comenzó la diarrea, aunque exceptuó los reactivos para
diabéticos, debido a que bajan el azúcar y podrían ocasionar problemas de
glicemia, por lo cual están desautorizados. Recolectó las heces durante quince
días.
“En las heces de los niños tratados, el
virus fue disminuyendo. A los dos días se redujo drásticamente su expulsión y
ellos presentaron mejoras radicales”, asegura.
En contraste, resalta que los tres
niños no tratados siguieron excretándolo hasta por quince días y que los
síntomas fuertes solo disminuyeron pasados seis y ocho días.
El tratamiento que los científicos de
la UN proponen ayuda a acabar con los síntomas del rotavirus. Es un aporte
mundial para que los afectados se alivien rápidamente. Lo mejor es que usa
productos de venta libre que no tienen contraindicación.
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