¿Qué hacer si se rompe un diente?
Lo
ideal es actuar con rapidez cuando un diente se rompe o se desplaza por un
trauma. Consultar de inmediato aumenta la posibilidad de que éste se fije en su
lugar y disminuye las complicaciones.
La
práctica de juegos y deportes en los niños puede desembocar en roturas, caídas
y otros traumatismos de los dientes. Claves para actuar en estos casos.
Uno
de cada tres niños latinoamericanos, entre los cinco y los 12 años, sufre
traumas que pueden causarles fracturas, aflojamientos y hasta caída de los
dientes.
Si
este es el caso, hay que actuar con calma, pero con rapidez. Está demostrado
que cuando se asiste a consulta inmediatamente después de que un accidente ha
ocurrido, la posibilidad de conservar el diente vivo es mayor.
Esto
permite al profesional aplicar un tratamiento más conservador, con un mejor
pronóstico; además, se previenen complicaciones futuras e incluso la necesidad
de tratamientos más complejos.
Las
siguientes son pautas sobre cómo actuar ante estos casos.
Si
se rompe
Hay
que recoger los fragmentos, ponerlos en un recipiente con leche (o agua en su
defecto) y llevarlo inmediatamente al odontólogo.
Si
la rotura no produce el sangrado de la pulpa (nervio), estos pedazos pueden ser
pegados nuevamente. Si hay sangrado es necesario hacer una curación, antes de
pegar el fragmento.
Si la caída o el golpe ocurren en el colegio, no espere al final del día:
llévelo a consulta cuanto antes.
¿Y
si se cae?
Vale
aclarar que los dientes de leche no se reposicionan cuando se han salido por un
golpe. Los permanentes sí.
En
caso de que un diente definitivo se caiga a causa de un trauma, hay que
recogerlo, pero sosteniéndolo por la corona (la parte blanca) y no por la raíz
(la parte amarilla); si esta sucio, debe lavarse con agua corriente y ponerlo
en su lugar de inmediato.
Debe
sostenerse haciendo morder al niño un pañuelo mientras lo lleva rápidamente al
dentista.
Si
no se puede reubicar el diente en el maxilar, hay que sumergirlo enseguida en
un recipiente con leche o en solución salina; si no se tienen a la mano, debe
ponerse en la boca del niño, entre la mejilla y la encía, y correr a consulta
odontológica.
Insisto:
el tiempo es vital. Entre más pronto se devuelva el diente a su lugar, mejores
serán las posibilidades de conservarlo.
Es
muy importante que todos los traumatismos dentales sean diagnosticados,
tratados y cuenten con el debido seguimiento de un odontólogo, durante al menos
de cinco años.
Jaime
Enrique Donado
Especial para EL TIEMPO
Presidente de la Federación