Inhiben El Sistema Nervioso Central Como Las Bebidas Alcohólicas Antes De Tomarse La Vía, Conozca Los Remedios ‘Embriagantes’

Muchos de los medicamentos prescritos y algunos de venta libre generan sueño y, al igual que el alcohol, alteran los sentidos y las habilidades psicomotoras.

MANUEL ANTONIO ORDUZ REDACCIÓN VEHÍCULOS La conducción es una actividad que, como ninguna otra, implica un enorme riesgo de dañar a un tercero. Por eso el desconocimiento de normas elementales (desde parquear mal hasta manejar en estado de embriaguez) son castigadas severamente en el mundo entero y por eso también el vehículo es considerado un arma mortal.

Pero hay un elemento que suele tenerse en cuenta tan solo al momento de investigar un accidente grave: el uso de medicamentos con efectos secundarios asociados con la somnolencia, la vigilancia y la alteración del sistema nervioso, entre varios otros.

A diferencia del alcohol, esas medicinas son consideradas por los médicos como ‘incompatibles’ con actividades de alto riesgo y se convierten en enemigas silenciosas para quien se sienta frente al volante sin saber que lo que está tomando lo puede llevar a la muerte ‘por la vía rápida’.

“Pero ojo, no se trata de cuestionar el uso de esos medicamentos ni su efectividad, sino de que el paciente acoja las advertencias acerca de sus efectos secundarios y se abstenga de manejar cuando el tratamiento lo amerita”, explica el médico cirujano Carlos Francisco Fernández.

Lo malo del asunto es cuando se acude a remedios de venta libre, de esos que se compran indiscriminadamente para atacar la gripe o el malestar general, como los antihistamínicos, los antialérgicos o algunos antigripales.

“El remedio per se no es malo, pero su uso puede tener diferentes efectos en las personas –insiste Fernández–. Por eso es importante preguntarle al médico de confianza, cuando tiene dudas, si ese antigripal que le venden con la advertencia de que no produce sueño, en realidad le va a permitir conducir sin peligro hasta la finca”.

Naturalmente, los tratamientos puntuales que exigen medicamentos ‘duros’ con posologías controladas suelen tener muchas contraindicaciones que los especialistas les hacen ver siempre a quienes los van a consumir.

Los menos ‘manejables’ Las benziodazepinas, como el Valium, el Xanax o el Lexatin controlan la ansiedad, el insomnio, la depresión y algunas se utilizan como antiepilépticos. Todas alteran el estado de alerta y producen sueño. No se debe manejar mientras se usan.

Los barbitúricos, como el Luminar, son sedantes y tranquilizantes, es decir, bloquean el cerebro y actúan como depresores del sistema nervioso central.

Prohibidos frente al volante.

Los antidepresivos también pueden ser peligrosos porque buscan elevar el estado anímico del paciente pero producen somnolencia durante los primeros días del tratamiento. Desyrel, Beneficat, Deprax, Desirel, Molipaxin, Thombran, Trazorel, Trialodine y Trittico no son recomendables al timón.

Los antipsicóticos son medicamentos usados para regular el sistema nervioso y no le permiten al paciente estar en sus cabales mientras está al mando de un vehículo. Por ejemplo, la Flufenazina o el Alopelidol no van con la gasolina.

“Pero no sólo los medicamentos alopáticos pueden tener efectos secundarios: los que son hechos a base de hierbas, especialmente la valeriana y la mandrágora, generan somnolencia cuando se consumen regularmente”, advierte Fernández.

Finalmente están las fórmulas que contienen alcohol etílico, como la metacualona, que tienen efectos hipnóticos, anticonvulsivantes, antiespasmódicos y antihistamínicos.

“El mensaje aquí es que estos medicamentos son depresores del sistema nervioso por su composición y la finalidad para la que fueron hechos, y que es el médico y no el paciente el que decide acerca de sus condiciones de uso”, añade Fernández.